El poder nunca desaparece, solo muta; si alguien lo pierde, es otro quien lo toma, dice una de las máximas al momento de referirse precisamente al poder.

El cambio de gobierno trae consigo una metamorfosis enorme en la región; al menos en el orden político. Y como puede apreciarse, la diputada Paulina Núñez Urrutia aparece como una de las grandes ganadoras en este plano.

Sin embargo, tal realidad está lejos de ser lo único: Gobierno, Consejo Regional y municipios, destacan desde lo público por el impacto que tienen con sus recursos y políticas específicas.

Lo mismo con las empresas, en especial, con Escondida, artífice de Creo Antofagasta y el gran mecenas de la cultura. Asimismo, todas las empresas del grupo Luksic tienen sitios privilegiados, por los recursos manejados y las amplias actividades que desarrollan.

También destacan gremios, en especial la Asociación de Industriales de Antofagasta, medios de comunicación, las emergentes agrupaciones sociales, entre otras, que van tejiendo una amalgama compleja de relaciones donde cada una intenta poner sus términos, con el objetivo de primar entre sus pares. De eso se trata buena parte del poder.