Felipe Contreras Reyes
Hasta catorce horas diarias trabaja en pleno desierto un equipo multidisciplinario dirigido por expertos de la NASA, ¿el objetivo? Evaluar el desempeño de un vehículo que será enviado al planeta Marte, proyecto de investigación que volverá a visitar el desierto de Atacama durante el 2019.
En específico las pruebas se desarrollaron en la zona del Salar Yungay, ubicado a 80 kilómetros de Antofagasta en pleno Desierto de Atacama, lugar donde los profesionales acamparon por más de once días para probar tecnología en condiciones extremas.
El estudio se denomina "Atacama Rover Astrobiology Drilling Studies" (Ards), éste consiste en pruebas de campo de "rover KREX2", equipo de cuatro ruedas que podrá recorrer zonas complejas, así como también extraer y analizar muestras ubicadas bajo tierra. Estas últimas podrían indicar la existencia de vida.
En ese sentido, la zona de Yungay fue elegida por su aridez extrema y la química del suelo, la cual es muy similar al planeta de destino, aunque ambos sitios se diferencian por su temperatura y atmósfera.
Pruebas
El director del programa e integrante de la NASA, Brian Glass, explicó que la elección del lugar fue desde un punto de vista estratégico basado en la baja proporción de microorganismos en el sector.
"Para testear realmente algo que irá a Marte debes llevarlo a lugares donde haya señales biológicas tenues, pero deben existir algunas para saber si los instrumentos realmente funcionan", argumentó.
Esto porque el dispositivo operará autónomamente, pues porta un taladro capaz de alcanza hasta dos metros de profundidad, lo cual permitirá recorrer la zona y transmitir indicadores directamente a la Tierra.
"Uno de estos instrumentos ya fue a Marte en la Misión Phoenix. Éste ya ha sido propuesto para otras tres operaciones, pero las pruebas realizadas aquí le otorgan más opciones de ser seleccionado", agregó Glass sobre las expectativas del proyecto.
Vida orgánica
En este trabajo también colabora la Universidad de Antofagasta. Al respecto el académico del Departamento de Ingeniería Química y ProcesOS Minerales, Luis Cáceres, explicó que el equipo deberá buscar dos tipos de señales.
"Primero se busca materia orgánica que pudo haber sido vida, mientras que la otra es buscar la vida misma, ya sea restos de ADN perteneciente algún organismo o, algún organismo vivo", contó.
De hecho, una investigación dirigida por el geólogo alemán, Dirk Shulze-Makuch, reportó que, dos años después de los temporales ocurridos en 2015 en el norte del país, los microorganismos encontrados habían disminuido su actividad, lo cual les permitió estar en un estado inactivo.
Dificultades
Para realizar las pruebas primero se toma una fotografía en un dron, esto con la intención de simular las imágenes satelitales. En base a esta captura se decide el lugar de exploración, en base al cual el equipo prepara los protocolos de excavación.
Pese a ello, el proyecto no ha estado exento de dificultades. Según explicó el ingeniero del instrumento SOLID, Juan Manuel Manchado, la condiciones climáticas del sector Yungay ha dificultado la calibración de los instrumentos.
"Lo que más nos ha costado es la dosificación de las muestras. Son condiciones con mucho viento, en Marte habrá menos, lo que más nos está costando es cuando el brazo entrega lo extraído", contó.
Además, pese a que el Rover tiene capacidad para desplazarse a través de sensores y cámaras, las cualidades de su computador interno son limitadas hasta cierto aspecto.
Sobre ello, el profesional del Centro de Investigación de la NASA, Arno Rogg, aclaró que el vehículo "tiene capacidad de navegar autónomamente basado en un conjunto de reglas, pero no diría que tiene una inteligencia artificial".
Esto implica que actualmente el equipo sea operado a través de antenas, no obstante, cuando esté en el espacio la transmisión de datos será muy lenta. De hecho, cada dato tendrá una demora de siete minutos (esto a la velocidad de la luz).
"Cavará y extraerá las muestras, las pondrá a disposición de los instrumentos y estos determinarán si hay señales de vida".
Brian Glass, Director del proyecto"