Este Diario ha mencionado varios desafíos que debiesen ser abordados en la región por las autoridades que asumirán el 11 de marzo. Como es obvio, no se parte de cero, hay esfuerzos sectoriales-nacionales, y otros regionales, vinculados con la gestión del gobierno regional, sin dejar de mencionar acciones locales que municipalidades han llevado a cabo.
El gobierno regional es un actor clave para el desafío más importante, a saber, el desarrollo de la Región. Y esta institución ¿contaba con las herramientas necesarias para este objetivo?, sí, pero no con las suficientes. La creación de los Gore en el década del 90 fue un gran avance, pero atendida la realidad actual del país y la desigualdad expresada territorialmente, el traje fue quedando chico.
El centralismo histórico no se supera solo con voluntad política y liderazgo local. Se necesitan instituciones. Por ello, el gobierno de la Presidenta Bachelet logró la aprobación de una serie de leyes para dar más poder a las regiones. Entre ellas, la Ley de Fortalecimiento de la Regionalización que entrega nuevas facultades y organización interna a los Gore, a partir de este año, y las que permitirán la elección de gobernador regional el año 2020.
En este contexto, el GORE, en marzo de este año, no solo tendrá nuevo intendente y consejeros regionales, a quienes desde ya deseamos éxito en su gestión, sino, además, tendrá, a nuestro juicio, un carácter de transición.
Pero todo esto será parte de un proceso que liderará el intendente, hasta el año 2020, oportunidad en que sus funciones y atribuciones, en cuanto ejecutivo del Gore, serán asumidas por quien resulte electo por votación popular en la región para asumir el cargo de gobernador/a regional. Este hecho pondrá fin a este carácter transicional, la institucionalidad del Gore comenzará a funcionar en régimen, sin perjuicio de que continúe la transferencia gradual de competencias desde el nivel central al regional.
Por la envergadura de esta reforma y los desafíos que implica, la necesaria capacidad de gestión técnica, requerirá de una sustantiva gestión política. La tripulación y su capacidad de guiar el rumbo del buque, será determinante. Pero el éxito de esta travesía no solo dependerá del nuevo oficialismo, sino también de la oposición y de la sociedad civil y sector privado, en beneficio del desarrollo de nuestra región y de la calidad de vida de sus habitantes.
Víctor Flores
Seremi de Gobierno