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ENTREVISTA. Lucía Santa Cruz, historiadora y autora del libro "La Igualdad liberal":

"Decir que la desigualdad se asocia al libre mercado no se sostiene en la evidencia"

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"La economía de libre mercado y el crecimiento económico han hecho disminuir la desigualdad", aseguró de entrada Lucía Santa Cruz, historiadora y autora del libro "La Igualdad liberal", quien esta semana presentó el texto en la sede Concepción de la Fundación para el Progreso.

La conocida académica explicó que esa ecuación ha marcado incluso la conformación de las elites en la sociedad chilena, ya que a su juicio ha variado en su conformación por la acción de la meritocracia, factor al que atribuyó una relevancia creciente.

Lucía Santa Cruz también se refirió a las claves que cree que marcarán al segundo Gobierno de Sebastián Piñera y a las dificultades que puede enfrentar al retornar a La Moneda, en marzo.

En relación a su libro, Santa Cruz dijo que "se hace cargo de los temas que han estado muy presentes en los debates y que a veces, a mi juicio, no se enfrentan con suficiente espíritu crítico y se empieza dar una explicación a nivel de eslóganes y de consignas políticas, más que de penetrar en temas tan importantes como es la igualdad o desigualdad".

La desigualdad siempre ha sido bandera de lucha principalmente de la centroizquierda para impulsar cambios sociales. ¿Cree que esos planteamientos se justifican?

-No, para nada. Las afirmaciones que se han hecho de que Chile es el país más desigual del mundo, que cada vez hay más desigualdad y que la desigualdad está vinculada al sistema de libre mercado no se sostienen en la evidencia.

En primer lugar, la distribución del ingreso no está asociada a ningún modelo de desarrollo, porque la curva es prácticamente la misma desde el año 1964, que es cuando primero tenemos datos, hasta hoy. Porque las diferencias que para los economistas son increíbles, desde una perspectiva histórica no tienen ninguna consecuencia, porque da lo mismo que los ricos ganen 31 o 32 veces más. Eso de partida, porque bajo todos los modelos de desarrollo ha habido una mala distribución del ingreso.

Entonces, ¿qué ha ocurrido?

-En el último tiempo es que ha comenzado a disminuir la desigualdad en lo que muchos consideran una forma significativa. ¿Y por qué ha ocurrido? Porque cada vez en la fuerza laboral hay menos personas con educación deficiente y se incorporan nuevas generaciones con mayor educación. Eso es respecto de la distribución del ingreso y su asociación con el modelo de desarrollo económico. La economía de mercado ha contribuido, enormemente, gracias al crecimiento que ha producido, a mejorar la desigualdad. Pero, hay muchos otros parámetros para medir la desigualdad.

¿Cuáles serían esos parámetros?

- Si tomamos cualquier otro índice, vamos a ver que la desigualdad es mucho menor hoy de lo que era el año 70. Por ejemplo, las expectativas de vida han mejorado para toda la población, pero han mejorado mucho más para los más pobres. Entonces, la brecha en expectativas de vida entre ricos y pobre va disminuyendo. La brecha en años de escolaridad, que en promedio en los 60 era de cuatro años para los niños de Chile, hoy día es de 13 o 14 años. ¿Y quiénes son los grandes beneficiados? No los más ricos, que siempre han tenido educación, sino los más pobres. El acceso a los bienes, al consumo, a viajes, ocio, entretención, a la educación superior, en todo esos ámbitos la brecha ha ido disminuyendo.

Pero la concentración de la riqueza en pocas manos es un hecho poco discutido, ¿cómo se justifica?

-En esa ecuación lo que importa es cuánto tienen los más pobres, porque es muy distinto cuando hay una concentración de la riqueza y hay 50% de personas que apenas comen, cuyos hijos se mueren de desnutrición o por falta de alcantarillado, que una concentración de la riqueza donde todo el mundo empieza a tener niveles aceptables de sobrevivencia material, de futuro, de oportunidades, etc. Entonces, la desigualdad es una ecuación que tiene dos elementos. Uno, que haya unos pocos que tienen mucho, que concentran la riqueza y lo otro es que haya gente que tiene muy poco, que son más de 2,5 millones de chilenos que aún viven en la pobreza. Y de alguna forma hay que ver qué partes de esta ecuación realmente molestan, porque las políticas para resolver la desigualdad son muy distintas a las políticas para resolver la pobreza.

Para la desigualdad es un problema de distribución y para la pobreza uno de creación de riqueza. Porque, al revés de lo que la izquierda piensa, la riqueza no está predeterminada, no tiene una existencia dada, que esté ahí lista para ser distribuida, es una riqueza que hay que crearla.

Los avances en acceso a educación y salud, ¿a quién se le pueden atribuir como logro, al Estado o a los privados?

- Creo que las mejoras se deben, en un 80%, al crecimiento económico. Por ejemplo, la educación en Chile se expande cuando se abre el acceso a las universidades. Así dejó de ser limitada al 3% de la población, donde se educaba la elite, los que habían tenido el privilegio de terminar la educación media y se llevaban casi la mitad del presupuesto educacional. Cuando se crean las universidades privadas y se da espacio al sector privado para poder tener colegios privados y subvencionados e institutos técnicos profesionales se produce una masificación de la educación, que es lo que ha permitido estos avances en movilidad social por meritocracia.

¿Lo mismo sería en salud?

-También. A mí lo que me llama la atención es que la izquierda está concentrada en el problema de las isapres, no en los problemas de los hospitales públicos. Y lo que más les importa es terminar con la isapres, que atienden al 20%, cuando el problema está en el 80%.

Gobierno de piñera

¿Cómo prevé que será el regreso de Sebastián Piñera a La Moneda?

- Tiene muchos equilibrios que establecer. Es un Gobierno que no tiene mayoría en el Congreso, pero que puede negociar proyectos ad-hoc uno a uno con los sectores más moderados de la Nueva Mayoría. Pero que va a requerir un gabinete muy equilibrado, que equilibre capacidad técnica con política, que equilibre las distintas sensibilidades que conviven en Chile Vamos, que trate de expandirse al centro, porque este no es un Gobierno solo de Chile Vamos, sino de un 54% de la población, y también tiene que equilibrar entre hombres y mujeres. Pero creo que estamos en un escenario infinitamente mejor como país que si hubiera ganado Alejandro Guillier.

-¿Qué le parece la propuesta de Sebastián Piñera en materia de tratamiento de conflicto mapuche?

-- Este es un problema que tiene muchas aristas, pero estoy convencida de que hay un problema de terrorismo, porque quemar a la gente viva no puede si no producir terror. Hay una arista que tiene que ser enfrentada y tiene que ver con la imposición del Estado de Derecho, no de la fuerza bruta, sino que cumplimiento de la ley que todos tenemos que cumplir.

Lo otro es que hay problemas que son específicos del área y que son del pueblo mapuche y hay que diseñar una política que combine Estado de Derecho, diálogo y participación. Todo dentro de lo que es mi concepción de un Estado unitario, que por lo demás la mayoría del pueblo mapuche quiere.

"Al revés de lo que la izquierda piensa, la riqueza no está predeterminada, no tiene una existencia dada, que esté ahí lista para ser distribuida, es una riqueza que hay que crearla"."