La visita del Papa Francisco
Entre este 15 y 18 de enero Chile recibirá la visita del Papa Francisco. Millones de chilenos recuerdan el viaje de Juan Pablo II en 1987 a nuestro país, historia que hoy se vuelve a repetir en un nuevo escenario, un país muy cambiado y un escenario mundial que también se ha modificado. Y por otra parte, como es obvio, Francisco no es Juan Pablo II.
Los viajes papales son, esencialmente, de carácter pastoral. Por lo mismo su objetivo principal es que las personas se acerquen a Dios, reciban frutos espirituales, procuren ser mejores. Así lo manifestó el Papa en su mensaje a Chile y Perú, previo al viaje: "Voy hacia ustedes como peregrino de la alegría del Evangelio, para compartir con todos 'la paz del Señor' y 'confirmarlos en una misma esperanza'. Paz y esperanza, compartidas entre todos".
Sin embargo, el Santo Padre es mucho más que un líder religioso, y por ello despierta un interés más amplio, que lleva a la agenda pública otros temas como el desarrollo económico, los problemas sociales, los abusos dentro de la Iglesia o la situación internacional. Por lo mismo, su saludo enfatizaba una señal sobre el sentido de la vida en sociedad: "Conozco la historia de sus países, fraguada con tesón, entrega; deseo, con ustedes, dar gracias a Dios por la fe y el amor a Dios y a los hermanos más necesitados, especialmente por el amor que ustedes tienen hacia aquellos que están descartados de la sociedad. La cultura del descarte cada vez nos ha invadido más".
Este es un tema en el que Francisco ha insistido especialmente en los últimos años. No es, como suele interpretarse, una fórmula política o económica específica, sino que se trata de una invitación a una cultura o un modo de vida distinto, que tiene a la persona humana en el centro del desarrollo y que procura que no haya grupos que sean desechados como resultado del exitismo, el consumismo o la exclusión.
Como suele ocurrir, también han existido polémicas o disputas asociadas a la visita papal. Algunas de ellas son el decreto de algunos feriados, la posibilidad de reunión con víctimas de abusos sexuales -por lo demás siempre es una buena ocasión para pedir perdón por dichos abusos-, unas bombas y amenazas en los últimos días y la eventualidad de alguna declaración "políticamente incorrecta" en materias sensibles.
Sin embargo, hay otros aspectos que son positivos y necesarios, han sido parte de la preparación durante el 2017 y serán el corazón de la peregrinación papal: las reuniones masivas con públicos distintos en Temuco, Santiago e Iquique.
Alejandro San Francisco