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¿Creamos?

"Reconocer escenarios de complementariedad y no de competencia es el primer paso para la construcción efectiva de alianzas".
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En una época en que se describe a la sociedad como "desconfiada" u "ajena" existe en paralelo un movimiento liderado por nuevas generaciones que percibe de otra forma la multidimensionalidad de las necesidades actuales. Ya no sólo hablamos de empleo, salud y vivienda, sino que sumamos temáticas más profundas, y valóricas como dignidad, libertad y respeto.

En este sentido, se hace fundamental la creación de procesos de coordinación e interrelación entre instituciones, sociedad civil y organismos públicos, para construir una nueva administración pública, que fomente el diálogo y las relaciones a todos los niveles, que reconozca el espacio público y acepte su creciente complejidad.

Este modelo, nos permite pensar un cambio de cultura organizativa que incorpora actores múltiples, fomentando una inteligencia colectiva, que, desde una dimensión local, genere mayor identidad con lo público, dejando de lado el individualismo y la competencia.

Este cambio de perspectiva tan necesario, debe potenciarse, pues como todo proceso de cambio, requiere aprendizajes y la construcción de mensajes, valores y actitudes que a través de modelos innovadores seduzcan a la sociedad, sobre todo a quienes mantienen arraigados los antiguos modelos sociales, desarrollados en nuestro Chile.

Es por ello que la innovación social como valor central es un proceso sistemático, donde el aprendizaje se centra en la acción y la coherencia.

Lograr que estos conceptos pasen del terreno de las ideas al mundo real, puede parecer complejo, pero sin lugar a dudas se simplifica cuando el punto de partida implica un análisis del ecosistema en que nos movemos, con el objetivo de identificar brechas, dificultades y espacios de colaboración.

Reconocer escenarios de complementariedad y no de competencia es el primer paso para la construcción efectiva de alianzas, el segundo es precisar la innovación social, no como desarrollo social o necesidades eventuales, sino más bien, como un concepto holístico e integrador. Innovar socialmente es mucho más que trabajar con personas y uso de tecnología.

La innovación social reúne numerosas aplicaciones que hacen de este proceso un imprescindible, en un momento en el que la sociedad necesita de nuevos enfoques y caminos para hacer frente a los retos sociales de este siglo.

A partir de este análisis, debemos identificar el potencial de nuevas alianzas, para ampliar el impacto de las ideas propuestas, de manera de facilitar el trabajo colaborativo a través de la creación de un modelo o un mensaje con el que muchos se sientan identificados y que pueda ser usado por todos.

Finalmente, debemos entender este proceso como un ciclo donde tal como lo señalan los expertos, la clave está en experimentar, evaluar, intentar de nuevo. Cada ajuste debe tener en cuenta la retroalimentación recibida en el terreno, detectar las fallas y los aciertos y como en todo, volver a empezar y generar una nueva estrategia.

Nicolás Salinas Sepulveda

Director de Participación Creo Antofagasta

Necesidad de más inteligencia

La baja productividad del país es real y detiene el crecimiento de Chile, puesto que la mayoría de los trabajadores están empleados en actividades simples. Debemos diversificar la economía mediante la generación de oportunidades de negocios para los proveedores en actividades económicas. Esto es clave para el crecimiento y crear empleos.
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"Ser un país estable y una economía abierta no es suficiente para sostener el desarrollo empresarial o responder a las demandas de la sociedad". Así lo advirtió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el informe sobre la producción nacional denominado "Revisión de la Política de Transformación de Producción de Chile. Cosechando los Beneficios de Nuevas Fronteras". Debe decirse, un estudio que no trae mayores sorpresas, pero que sí debe conmovernos.

A saber: en 2014, el contenido de valor añadido de los servicios de las exportaciones totales de Chile fue del 38,4%, sensiblemente por debajo del promedio de la OCDE del 55,5%. Asimismo, nuestro país registra uno de los porcentajes de inversión en I+D más bajos de todos los miembros de la organización, apenas un 0,39% del PIB.

Por ello no extraña que se precise que "el modelo chileno requiere de una actualización para continuar teniendo éxito" y esto es acciones concretas porque los ciudadanos "demandan más oportunidades para la juventud y acceso a nuevos servicios".

Si pudiera resumirse, debiéramos decir que hacer más de lo mismo, no nos sirve para el futuro; y esto no es cambiar de estrategia, sino profundizar en la misma, avanzar hacia el valor agregado, lo que implica tener una población y trabajadores cada vez más capacitados.

Es cierto, somos más estables que los vecinos, pero estamos en una posición en la que podemos seguir avanzando. Ese es el desafío.

Entonces, la Ocde tiene razón cuando apunta a la baja productividad porque ésta detiene el crecimiento de Chile, puesto que la mayoría de los trabajadores están empleados en actividades simples "que contribuyen poco a agregar valor".

Es decir, el crecimiento económico interno aún depende en gran medida de los recursos naturales.

Lo bueno y esperanzador es que Chile tiene potencial para beneficiarse más de su apertura y mejorar su participación en cadenas de valor mundiales si busca oportunidades más allá de la minería.

Allí debemos enfocarnos.

El CDA se acerca a Antofagasta

"No existe institución que represente mejor a una ciudad, que el equipo de fútbol que lleva su nombre".
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De un equipo de fútbol, normalmente se espera que sean noticias relacionadas con su desempeño deportivo, las que acaparen los titulares y atención de la comunidad, sin embargo, la bomba noticiosa que ha golpeado el ambiente local, ha sido la sentencia del Segundo Juzgado, en cuanto a anular la venta de Deportes Antofagasta, de parte de la anterior directiva a quien actualmente ostenta su propiedad.

La resolución viene a darle la razón a Ricardo Rojas, exdirector del CDA, que, en primer lugar, solicitó al Tribunal Electoral Regional, la anulación de la elección del Directorio, para luego interponer una demanda de anulación por la venta del club. Las dos acciones judiciales favorecieron al citado exdirigente. Tanto el demandante Rojas, como los abogados Luis Bastías y Francisco Leppes, patrocinantes de las acciones judiciales, más otros exdirigentes del club y destacados antofagastinos, componen el grupo G10, que viene luchando por la recuperación del CDA para la comunidad antofagastina.

Al respecto, estimo que no existe institución que represente mejor a una ciudad, que el equipo de fútbol que lleva su nombre. Esto hace que, socios, hinchas, periodistas y una gran masa comunitaria, estén pendientes del rendimiento de club y se expresen a través de los medios de comunicación, en los corrillos, en la calle, etc. Todos tienen algo que decir al respecto y esperan que los directivos le entreguen respuestas que los conforme. Para esto es indispensable que los propietarios y/o dirigentes sean conocidos por la comunidad e, idealmente, estén presentes en ella.

En el caso que todo resulte favorablemente a los propósitos del G10, el escenario a enfrentar conlleva iniciar el recorrido de un camino tan o más pedregoso que el judicial. En efecto, administrar una institución con fines de lucro, como lo son las actuales sociedades anónimas deportivas, requiere de una administración adecuada tanto financiera, económica, administrativa y deportiva seria, eficiente y rentable.

Adicionalmente, se debe tener claro que el fútbol no se maneja con los mismos códigos, normas y fundamentos que otras actividades, como podría ser una fábrica que elabora un producto en donde si el precio y calidad es el adecuado, el éxito es casi seguro. El fútbol es una actividad donde nada es predecible ni está garantizado. Dentro de los desafíos a enfrentar están: diseñar un programa para cautivar socios, manejar un presupuesto ordenado, mantener un equipo competitivo, informar convenientemente a la comunidad, trabajar en forma óptima las divisiones inferiores para nutrir de canteranos el primer equipo, contar con sede propia y otorgar beneficios a los socios, etc.

Carlos Tarragó

Presidente Corporación Proa