Secciones

Elección de carreras de ed. superior

En la zona son cerca de cuatro mil los cupos existentes entre universidades, institutos y centros de formación técnica. Es clave indagar la situación de cada plantel. Es indispensable que las familias participen de estas decisiones, con buenos consejos. Nadie mejor que los padres conoce a sus hijos y sus juicios son muy relevantes en estos momentos de tanta importancia.
E-mail Compartir

En pleno proceso de matrículas para establecimientos de educación superior, se encuentran miles de jóvenes de la ciudad y el país. Se trata de una decisión de enorme trascendencia, considerando que la carrera elegida, la profesión que el joven decida seguir, le acompañará a lo largo de su vida.

La elección de la misma tiene que ver con cuestiones complejas. No sólo están los factores de gusto y afinidad personal, también están las capacidades respectivas y los cupos dispuestos por los planteles. A esto se suman las ofertas disponibles en la ciudad, la que afortunadamente se ha hecho más compleja con el paso de los años, tanto en calidad, como calidad.

Y también debe hacerse presente que el costo de la carrera es también un antecedente relevante.

En la capital regional, por ejemplo, los valores anuales varían desde el millón y medio de pesos, hasta poco más de cinco millones. Se trata de costos que no todas las familias pueden pagar, de modo que se requiere la ayuda estatal, a fin de que cualquier joven con ganas y los resultados que lo avalen, pueda elegir la alternativa que desee.

Como es conocido, Medicina, Geología y algunas ingenierías están entre las carreras más caras de los planteles universitarios de la Región de Antofagasta. Para este año existe en la zona una oferta cercana a las 4 mil vacantes entre universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales.

Con todo, es relevante que los jóvenes no sólo consideren aspectos como el costo de las carreras; mucho más atentos deben estar al prestigio de las instituciones, la acreditación y el reconocimiento explícito por parte de las autoridades pertinentes. Tales informaciones están absolutamente disponibles.

Al tiempo, es indispensable que las familias participen de estas decisiones, con buenos consejos. Nadie mejor que los padres conoce a sus hijos y sus juicios son muy relevantes en estos momentos de tanta relevancia. De esta forma, con buenas conversaciones se evitan errores como las deserciones o la infelicidad que conlleva una mala decisión. Conseguir el máximo de datos al respecto es la mejor manera de atenuar la posibilidad de fallo.

La barbie de hierro

"Los resultados de 1988 y 2017 son relativamente idénticos. Hablan de una misma correlación de fuerza".
E-mail Compartir

Hay miles de explicaciones para justificar las cifras de la segunda vuelta. El plebiscito anti Piñera, impulsado en parte y distorsionado en las redes sociales, dio por vencedor al guardián del sistema. Si hace casi 30 años se le pidió a Augusto Pinochet dejar el poder, que en lo absoluto había usurpado, hoy se consagró el sistema que se implementó gracias al Golpe de Estado.

¿Son idiotas los chilenos como lo sugirió el diputado Hugo Gutiérrez? Algunos sin lugar a dudas, pero la gran mayoría no son ni más ni menos que el fruto de un sistema y de la institucionalidad que lo enmarca. ¿Está bien o mal eso? Desde Maquiavelo sabemos que la práctica de la política no tiene nada que ver con la moral. Agregaría que esta tiene mucho que ver con el pragmatismo y algunas realidades.

Los resultados de 1988 y 2017 son relativamente idénticos. Hablan de una misma correlación de fuerza, salvo que esta vez invertida. Como en 2009.

Ese famoso 55/45%. Pero se debe profundizar el análisis. De las 43 mil mesas de votación, solo en 66 mesas Sebastián Piñera perdió votos entre las dos vueltas. ¡Solo en 66! La implementación de su victoria fue a lo largo del país. De ahí el interés de ver el caso de Antofagasta.

Sin lugar a dudas la gran protagonista y ganadora es Paulina Núñez, que ya dejó de ser una figura solo regional, consolidándose a nivel nacional. Innegablemente ella armará los equipos que están llevados a lidiar el supuesto nuevo rumbo que tomará Chile y por ende la región.

¿Con quién debería contar? ¿Con los dinosaurios regionales, leones y otros animales? Constantino Zafirópulos ya no es (¿temporalmente?) parte del juego. Manuel Rojas, se ve reprochado por la UDI, partido que decidió, sin duda, no incluirlo en la terna que se envió a La Moneda. ¿Dicho partido, autodenominado popular, puede prescindir de un político que obtuvo casi 14 mil votos hace un año? Si miramos los resultados de sus candidatos en las legislativas, catastróficos y risibles, podríamos razonablemente pensar que no.

Pero las ambiciones tienen razones que la razón desconoce y los partidos en algunas circunstancias se transforman en un verdadero nido de caníbales. Sin ningún sustento electoral y racional... pero después de todo, más allá de la terna propuesta, ¿todo esto no dependería simplemente de la decisión de la diputada? Y descartando a Manuel Rojas, ¿no se pondría de lado a otra figura política fuerte de la derecha local? Hacia donde debería orientarse el instinto de un animal político ? Cómo diría Paul: ¿Vivir, dejar morir... o matar?

Cristián Zamorano Guzmán

Doctor en Ciencias Políticas

Una nueva mirada al cargo de supervisor

"En su rol de enlace con la organización debe ser capaz de transmitir, con un lenguaje simple, los lineamientos de la alta gerencia".
E-mail Compartir

Regularmente, hemos puesto la mirada en la gerencia como el nivel clave para que las empresas puedan leer las necesidades del cliente, optimizar sus procesos y desarrollar aspectos diferenciadores distintivos. Por ello, el cargo de supervisor históricamente ha sido considerado como de nivel medio que debe cumplir principalmente funciones operativas, logrando que los trabajadores a su cargo desarrollen de buena manera las tareas encomendadas.

Sin embargo, las mayores complejidades que han enfrentado las organizaciones durante los últimos años han impactado en el rol que desempeña el cargo de supervisor, el que no solamente tiene como tarea dirigir a un equipo de trabajo, sino que debe ser capaz de mantener una cohesión y servir de guía para que se cumplan los objetivos propuestos por la alta dirección (Núñez y Jáuregui, 2007). Entre los roles que el supervisor debe desarrollar actualmente se destacan los siguientes: liderazgo de equipo, promotor del cambio con una mirada estratégica, enlace con la organización y gestor de tareas.

El rol de liderazgo de equipo es trascendental, ya que ser jefe no es suficiente, dado que requiere motivar a sus trabajadores y lograr que puedan desarrollar desempeños superiores, aunque comúnmente desconocen cuál es el impacto que tienen sus tareas en la consecución de los objetivos de la empresa. Por lo tanto, es el supervisor quien debe comunicarles la importancia que tienen para el negocio y, además, mostrarles una visión de futuro de su área y empresa, donde ellos sientan que tienen mucho que aportar.

El ser promotores de cambio con una mirada estratégica los lleva a entender la estrategia del negocio, algo que hace 10 años atrás era impensado. Esto no se refiere a que el supervisor debe establecer los lineamientos de la organización, sino más bien debe recibir los lineamentos estratégicos y transmitirlos a sus trabajadores de una manera clara y motivante. El supervisor debe entender el rol de su área dentro de la estrategia y misión de la organización, con el fin de promover los cambios requeridos para estar en sintonía con los desafíos de la empresa.

En su rol de enlace con la organización debe ser capaz de transmitir a sus trabajadores, con un lenguaje simple, los lineamientos de la alta gerencia. También, por otra parte, debe comunicar a sus jefaturas las posturas/opiniones de sus subordinados, dado que son ellos quienes realmente conocen cómo operan los diferentes procesos y, por lo tanto, sus opiniones son claves para definir con mayor certeza la viabilidad de los cambios proyectados. El ser gestor de tareas los lleva a ejecutar, en conjunto con sus equipos, las tareas del día a día, definiendo, de ser necesario, las acciones correctivas que les permitan aumentar la productividad de sus funciones. Sin embargo, también deben evaluar la pertinencia de las tareas desarrolladas, con el fin de enfocarse en desarrollar las que aportan realmente valor al negocio.

En conclusión, el cargo de supervisor es clave dentro de la estructura organizacional por todo lo señalado previamente, siendo necesario que las empresas puedan evaluar si sus supervisores tienen las competencias requeridas para hacer frente a las nuevas exigencias del cargo y, en caso de encontrar deficiencias, desarrollar acciones de capacitación que les permitan adquirir los conocimientos/habilidades necesarias para ejecutar de buena manera sus funciones y ser uno de los actores clave de la co-creación de la valor en la organización.

Carlos Molina O.

Facultad de Economía y Administración UCN