Crónica de Negros
Al Padre Alonso debemos la Pascua de Negros que, nació, en nuestro país, hacia 1627, deseos de un ilustre jesuita en organizarlos en cofradías donde se les enseñase el culto o de Cristo y se les ordenase, moralmente. Se escogió el 6 de enero, Día de la Epifanía. Entonces, en procesiones y en medio de cánticos y bailes los negros expresaban su júbilo, celebrando, también, al rey que elegían para presidir esta festividad. El Padre Ovalle habla de los "morenos" en sutil metáfora de matices.
Parece evidente que, durante las navegaciones del siglo xv hubo negros y moriscos esclavos en las aventuras de mar de los navegantes españoles, genoveses y portugueses. Se sostiene que el piloto de la "Niña", en el primer viaje de Colón, Alonso Pietro, era mulato.
En 1501 se dictaron las "Instrucciones" que los Reyes Católicos dieron a Nicolás de Ovando prohibiendo que fuesen conducidos a La Española "esclavos judíos ni moros, ni nuevos convertidos", asegurando sólo el paso, a los "cristianos que hubiesen nacido entre cristianos". Sin embargo, Fernando de Aragón envío a La Española 17 negros. Por mano real se lee a la puerta de América a la esclavitud.
Diego de Almagro trajo negros en una expedición. No se ha precisado su número. Se dice que vino con Almagro "una negra llamada Margarita o Malgárida". También un negro, llamado Juan Valiente, que, más tarde, anduvo libre con Pedro de Valdivia. Como sus mejores hombres.
"El Negro en realidad, era uno de los brazos de la conquista". En La Araucana, "un negro gelofo" actuar en el ingrato papel de verdugo y en 1548 días después de la fundación de la imperial, un negro, Francesco Duarte "murió en el enérgico lavado a que le, sometieron los indios asombrado por su color". Igual suerte o desventura sufrió una negra, "escobillada hasta morir", tras "el primer levantamiento de la ciudad de Valdivia".
Con los indios, los negros fueron una de las principales "fuentes de mano de obra" en la conquista.
Para enaltecerlos el Padre Alonso de Ovalle creó para ellos la "Pascua de Negros", que albea en su memoria.
Andrés Sabella