Antofagastinos esperaron hasta 20 años para obtener casa propia
VIVIENDA. Los beneficiados con la primera entrega de departamentos sociales comienzan de forma paulatina a dar vida a su hogar definitivo, después de una larga espera.
La emoción no la ocultan. No han pasado ni cuatro días desde que se entregaron las primeras viviendas sociales del condominio Ayelén I, y ya sus primeros huéspedes están estucando, adosando cerámicos, pintando e instalando sus muebles, en lo que será oficialmente su residencia definitiva.
Fue el viernes cuando la ministra de Vivienda y Urbanismo, Paulina Saball, junto al intendente Arturo Molina y las 140 familias beneficiadas inauguraron el nuevo complejo habitacional que se encuentra emplazado en La Chimba, en el sector norte alto de Antofagasta.
Ese viernes la actividad oficial se realizó durante la mañana, y ya por la tarde comenzaron a llegar sus primeros habitantes para conocer en detalle sus departamentos.
Traslado
Paredes grises sin pintar, muebles embalados en las entrada de algunos edificios, ingreso y salida de camiones fleteros, vecinos barriendo y limpiando en conjunto y niños divirtiéndose en flamantes juegos infantiles, es la postal que se aprecia al interior del Ayelén I.
Todas estas actividades van acompañadas de música alegre. Bachatas, reguetón, trap, metal, electrohouse y rock son algunos de los ritmos que acompañan -a todo volumen- los trabajos de traslado de los debutantes inquilinos.
La alegría no es menor. Muchos de los beneficiados (pertenecientes a los comités "Estrella Fugaz" y "Las Rezagadas 2006"), esperaron más de una década para recibir las llaves de su casa propia.
Algunos llevaban años viviendo de allegados en la casa de amigos o familiares, otros pagaban onerosos arriendos y unos pocos incluso se encontraban en un permanente estado errante, saliendo y entrando de pensiones, situación que dependía de su pasar económico.
Comité
Paolo Cepeda Carvajal es el director del comité "Rezagadas 2006", que agrupa a 62 familias. Cuenta que pese a esperar 10 años por su departamento, sabía que la solución habitacional tarde o temprano llegaría.
"La esperanza jamás se perdió, aunque muchos se fueron bajando del proyecto. Desde hace ocho años que vivo con mi pareja y mis tres hijos como allegado en la casa de mi suegro. Ahora como familia tendremos el espacio que nos corresponde", dijo.
Rosa Villarroel no oculta su emoción. Sus ojos se humedecen al caer en cuenta que ya no tendrá que arrendar. Ahora tiene su propio departamento. Villarroel es antofagastina y pertenece a la agrupación "Las rezagadas". La mujer tuvo que esperar por 15 años su solución habitacional. En ese tiempo, vivió de allegada con algunos familiares y después comenzó a arrendar piezas. "Al principio pagaba una pieza por cien mil pesos. Después el monto ascendió a $200 mil en otro lugar. Este departamento me fue entregado por $250 mil, algo que todos los meses yo y mi pareja debíamos conseguir para tener un lugar donde vivir", cuenta la beneficiada. "Trabajaba haciendo aseo, pero me encontraron artritis y problemas en mi columna. Vi el momento complicado porque no sabía cómo iba a costear el arriendo, pero llegó este departamento en el momento justo", dijo la vecina, que lo único armado que tiene en su hogar es el árbol de Navidad.
"Pagué por mi casa lo que al mes gastaba en arriendo"
"Estuve viviendo casi 20 años con mis suegros" "Algunos comités perdieron postulantes por la espera"
El interior del departamento de Victoriano Pizarro está siendo estucado y preparado por él mismo y un amigo que le acompaña en las faenas. No ve ningún defecto en su nueva casa, pero desea decorarla a su gusto. "Llevaba mucho tiempo esperando esto, al igual que todos. Es vivir un sueño, uno algunos momentos piensa que la 'casa propia' llegaría en 10 o 20 años. Eso me pasó a mí, me llegó después de 20 años", reconoce Pizarro. El antofagastino vivió con su pareja y sus dos hijos en la casa de su suegra, también como allegado. "Mi mujer fue la que postuló de manera activa. Ella pertenece al comité 'Estrella fugaz' y ahí estuvo al tanto de las novedades que cada día nos acercaba más a nuestra nueva vivienda. Esto lo cambia todo. Nuestros hijos podrán tener su espacio para ellos. Mi mujer y yo igual. Para nosotros esto es un comienzo en muchos aspectos", reconoció.
Fue $230 mil el monto que tuvo que cancelar Jacqueline Vicencio para poder recibir, después de años, su casa propia. Vicencio es una madre joven que llegó a instalarse con sus tres hijos de nueve, cinco y un año. Al igual que varios de los nuevos habitantes del complejo habitacional, Jaqueline vivió pagando arriendos y viviendo de allegada. Este fue el tren de vida que sostuvo mientras, pacientemente, esperaba el momento de la entrega de las próximas viviendas sociales en Antofagasta. "Teníamos una idea de cómo iban a ser estos departamentos, porque en las reuniones en el comité se nos informaban de todo. Pero estar aquí ahora es alucinante", cuenta la joven. Vicencio se encuentra con su madre y algunos familiares arreglando su nueva casa. Uno de los detalles que más apreció fue la existencia de un parque con juegos infantiles erguido a pocos metros de su vivienda, en donde sus hijos disfrutan momentos de diversión.
Pamela Carvajal pertenece a la directiva del comité de "Estrella Fugaz", y fue parte de las 140 familias beneficiadas con la primera entrega del complejo de vivienda Ayelén I. Carvajal muestra cada detalle de su vivienda, un espacio de 61 metros cuadrados racionados en tres dormitorios, un baño, living comedor y balcón. Al igual que la mayoría de sus vecinos, no son muebles los que atestan el interior de su nueva casa, sino sacos de cemento, cajas con cerámicos y tarros de pintura. "Haremos unos retoques, pero el lugar nos encantó. Yo esperé siete años para poder recibir la casa. Sabía desde el principio que el camino sería largo, de hecho muchas personas que postularon en nuestro comité se fueron bajando porque ya no veían que algún día les entregarían las llaves de la vivienda definitiva", cuenta la mujer. La jefa de hogar, animó a las personas que aún están a la espera de una solución habitacional y les pidió no desesperanzarse, pues asegura que la casa tarda, pero llega.
"Con mis hijos nos vinimos apenas nos dieron las llaves"
2014 fue la última entrega de viviendas sociales que se realizó en Antofagasta. En la ocasión 68 familias recibieron soluciones habitacionales en calle Alto en el sector del Parque Nicolás Tirado.
$250 mil fue el monto que tuvieron que aportar, en promedio, las 140 familias beneficiadas que recibieron sus viviendas en el complejo Ayelén I. Las familias ahora preparan sus hogares.
61 metros cuadrados es la superficie de los departamentos que fueron entregados por la ministra de Vivienda la semana pasada. Las propiedades vienen equipadas con cocina y baños.