Músicos que se desmoronan
En las últimas semanas ha habido un terremoto mediático en redes sociales por la aparición de acusaciones y testimonios de mujeres que atreviéndose y venciendo el miedo, han denunciado abusos sexuales y violencia de algunos músicos de la escena chilena.
Medios en internet han compartido estos testimonios, incluso algunas de ellos ocurridas hace bastante tiempo. Consecuentemente, se ha generado una ola de comentarios en Facebook y otras plataformas al respecto, en donde, principalmente fans, han expuesto su decepción e incluso su "renuncia" a continuar siguiendo a estos músicos debido a las conductas inapropiadas.
Han sido semanas complejas para el mundo musical, y a la vez llenas de reflexión y cuestionamientos que han dado lugar a una nueva mirada hacia lo que ocurre detrás de este arte que es tan noble y preciado para algunos de nosotros.
Personalmente también he compartido la sensación de algunos fans y personas que miran desde afuera esta llamada escena musical y que asisten a conciertos, compran discos, escuchan canciones de su artista preferido. Esa sensación a la que me refiero es a la decepción, confusión y cierta desmotivación.
A algunos de aquellos músicos acusados los conozco, compartí escenario, habitamos ese espacio llamado "escena musical chilena independiente" que al fin del día es un grupo muy reducido de personas que nos dedicamos a mantener un proyecto musical andando a punta de esfuerzo y autogestión.
La decepción y confusión surge porque nunca te esperas que cosas así sucedan (y siguen sucediendo) en un círculo relativamente cercano. A veces llego a pensar que todo lo noble y sensible de este arte llamado música, se pierde fácilmente cuando aparece el ego y la necesidad de éxito, y de "lograrlo". El ego nos puede nublar (¿A quién no le ha pasado alguna vez? ¿Aunque sea un rato?) y empiezas a ocupar las posiciones de poder que el éxito, el reconocimiento te dan, para malintencionar acciones, para violentar, para pasar por encima a otros.
Mi decepción reciente con eso tiene que ver: con observar que cada día que pasa, esto se transforma en algo no artístico, sino en algo frío y calculado; en la búsqueda de lo masivo sin importar el medio. Importa más cuantos seguidores tienes en FB, Instagram, Twitter, etc que si tu canción emociona a alguien.
Muchos de esos músicos han sido acusados no sólo de abusos, sino también de vender un discurso político, una postura sobre algún tema, y funcionar en sus vidas privadas contrariamente. Es ahí donde, a mi juicio, esto se amplía a algo más allá del mundo de la música, sino que, puede ser un reflejo de cómo funcionamos como sociedad, en Chile, particularmente.
Carlos
Montivero,
musico
de Wentru