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Carlos Tromben arremete con una ficción histórica

En resumen

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-¿Qué personajes reales fueron claves para armar tu trama?

-La primera dama Sara del Campo es un personaje muy interesante. Cabe suponer que ella era el alma y la intuición de un hombre muy trancado emocionalmente: Pedro Montt. El abogado Antonio Viera Gallo también me sorprendió por su rol conciliador, a ratos ambiguo pero bien intencionado.Recién se sabe algo de los líderes de la huelga, del comerciante Ronco Núñez y del cartero José Santos Morales, quienes tuvieron un rol crucial en los hechos.

-¿Qué mujeres fuertes aparecen en este mundo de hombres?

La profesora Eduvigis Cabrera, la cantora Rosa de Talagante, la doctora Alicia MacAllister. Son personajes de ficción basados en documentos,materiales de tipo histórico y notas de prensa nacional e iquiqueña de la época que revisé para armar mi trama: El Mercurio, Zig Zag, Sucesos, La Época, La Patria y El Pueblo Obrero. Ellas son las que representan sectores emergentes de la sociedad chilena de la época, incipientes capas profesionales, mujeres de trabajo y abnegación.

-¿Por qué a la gente pareciera estar reencantada con la Historia de Chile?

-Puede haber muchos factores, sociológicos, culturales e incluso políticos. Yo destaco el hecho de que la Historia con mayúscula está hecha de cientos de pequeñas historias fascinantes, dramáticas y muy entretenidas, que podemos contrastar con el relato oficial y escolar. (...) Entre los libros que leí para documentarme está La Sociedad del Salitre, publicado por RIL en 2014 y que contiene una serie de artículos sobre la vida en la pampa salitrera.

Tromben es hijo de un capitán de navío e historiador. estudió ingeniería y luego periodismo.

3 preguntas

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Santa María de Iquique. La Muerte de la República es la nueva novela del escritor chileno Carlos Tromben, con la que cierra el ciclo de ficción histórica antecedido por Huáscar y Balmaceda. El autor es periodista, profesor universitario y comentarista en Radio Futuro.

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Jorge Sánchez

George Clooney se titula como director de cine

El actor y cineasta regresa con "Suburbicon: Bienvenidos al paraíso", comedia negra que lanza sus dardos contra la supremacía blanca y se alimenta del cine clásico de Hitchcock, Nicholas Ray y Samuel Fuller.
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Que un actor se convirtiera en director de cine fue alguna vez una gran proeza. Dar el salto implicaba salir de la zona de confort que Hollywood le otorga a sus estrellas y asumir las dificultades de un oficio complicado. Luego, en 1959, apareció el gran John Cassavetes -ese cineasta bendito que a casi 30 años de su muerte no deja de asombrarnos- con un ejemplo de persistencia y pasión por hacer películas. Es que el padre del cine independiente estadounidense estaba dispuesto a trabajar como actor en cualquier película para financiar sus largometrajes. El problema era su honestidad: en una entrevista criticó duramente "El bebé de Rosemary" después de actuar en ella, lo que gatilló el enojo de Polanski. A él le daba lo mismo; sólo quería el dinero.

Hoy, algunos emblemas del star system se convierten en realizadores casi por inercia, como si ponerse tras la claqueta fuese un paso natural dentro de la escalada hacia la gloria. Podríamos fácilmente ubicar a George Clooney dentro de ese grupo de acomodados, pero sería injusto no reconocer su superioridad sobre otros. Desde que debutó con "Confesiones de una mente peligrosa" (2002) -película potenciada por Charlie Kaufman, el guionista de moda de esos años-, ha sacado adelante una carrera como director que es probablemente superior a sus trabajos como actor. "Good night, and good luck" (2005) se atrevía a acoger el blanco y negro para acercarse a la batalla comunicacional emprendida por el periodista Edward R. Murrow contra el macartismo. Menos impacto tuvo con "Leatherheads" (2008), "Los idus de marzo" (2011) y "The monuments men" (2014), pero son todas apuestas aceptables, correctas, políticas sin llegar a ser discursivas.

No hay dudas de que "Suburbicon: Bienvenidos al paraíso" -estrenada esta semana en Chile- es un paso adelante para el Clooney director. En parte porque se hace acompañar de un buen team -los hermanos Coen como co-guionistas y un elenco que incluye a Matt Damon, Julianne Moore y Oscar Isaac-, pero también porque el director no le teme a los homenajes. Digamos que Alfred Hitchcock, Nicholas Ray, Samuel Fuller y ese tremendo caudal de estéticas y recursos narrativos que es el cine negro estadounidense funcionan como referentes explícitos.

Clooney filma este thriller melodramático cargado de humor negro y crítica social como si estuviésemos en los años 50. Los colores del film, la perfecta ambientación de época, el tono de las actuaciones y una música continua que recuerda a los torrentes dramáticos de Bernard Herrmann ("Vértigo", "Psicosis") son pilares del ejercicio de estilo.

Lo que diferencia a "Suburbicon" de una película de esos años es la dosis de comedia satírica (cortesía de los Coen) y la negrura con la que retrata a la sociedad de esa época. Todo transcurre en un suburbio blanco de fines de los años 50, cuando los vecinos atacan sin piedad a una familia afroamericana que se ha instalado en el barrio. Mientras la violencia se desata en las calles, un niño debe lidiar con la sospechosa muerte de su madre y los misterios que oculta su sombría familia. Un poco de horror doméstico en medio de un país de pesadilla que, de alguna manera, Clooney trae a colación en la era Trump, cuando la supremacía blanca ha vuelto a manifestarse. La historia es cíclica, pareciera decirnos. Los miedos de ayer no han desaparecido.

La película "Suburbicon: Bienvenidos al paraíso" fue estrenada esta semana en Chile.


en resumen

La última cina de Clooney ocurre en un suburbio blanco de fines de los años 50, cuando los vecinos atacan sin piedad a una familia afroamericana instalada en el barrio.

Por Andrés Nazarala R

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