Mensaje de vida…
Desde ese universo infinito, en las alas del cóndor y las voces del viento, así llegan las palabras de las montañas andinas. El mensajero del sol enseña el principio de la creación, muestra los caminos del Pachacuti. Mallku, cielo dispensador de lluvias; montañas madres de ríos y vertientes, origen y cuidadoras de las aguas. Desde allí llegan mensajes de vida y de muerte, ofrecimientos de salud y riquezas. En alas del tiempo, en los símbolos del espacio, de la naturaleza y de los seres humanos, nos llega la explicación mítica de los elementos culturales que estructuran los ritos del floramiento, cruces de mayo, limpia de canales, pago a los abuelos y la Pacha Mama. Allí es donde se inicia el arco de la vida, de la nueva vida; donde la semilla cae sobre la tierra.
Lentamente, con la paciencia de quienes aprenden que, sabiendo esperar se llega, reunimos un importante corpus de relatos populares, casos, mitos y leyendas. Algunas veces fueron en situaciones incidentales, como cuando acompañábamos a nuestros amigos en la preparación de la tierra, la siembra, riego, quemazón de hojas y papeles para que el humo detuviese la helada. Otras, fueron narraciones que surgían espontáneas, en medio de la diaria conversación del atardecer, sentados sobre piedras en la estrecha y pobre cocina de doña Cloreta, mientras sus hijos y los nuestros compartían piri y pizangalla, tortilla y tostado.
También hubo ocasiones en que creábamos las condiciones para que nacieran los recuerdos y brotaran los relatos. Incentivábamos, motivábamos a través de cuentos inconclusos, picarescos o con errores garrafales. Y la respuesta activa, aclarando y/o complementando el relato, no se dejaba esperar. Y el diálogo se enriquecía, puesto que, los interlocutores sabíamos de qué estábamos hablando. Intentábamos profundizar en lo que suponíamos que "el otro" sabía, y pretendíamos descubrir hacia dónde se dirigían las intenciones del curioso, cuanto se podría confiar en "ese otro".
Domingo Gómez Parra