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Irregular votación en elecciones dificulta pronóstico en balotaje

PRESIDENCIAL. Pese a histórica tendencia de izquierda, la derecha ha ganado espacio. Además, alta votación a candidatos fuera de las coaliciones tradicionales, complican una proyección.
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El próximo 17 de diciembre el país conocerá al séptimo Presidente de la República de la etapa post dictadura.

El candidato de centroderecha, Sebastián Piñera, se medirá con el abanderado de centroizquierda, Alejandro Guillier, reeditando una confrontación de fuerzas que ha variado en sus resultados durante las casi tres décadas de democracia.

Esto, porque en la historia de los enfrentamientos electorales en la región, se observan comportamientos distintos en ambas fuerzas políticas.

Por un lado la izquierda, fuertemente arraigada en la región gracias a movimientos sindicales, muestra una tendencia a la fragmentación, mientras que la derecha, usualmente débil frente a su rival, ha tendido a fortalecerse, al menos en las últimas elecciones, aunque no al punto de ser mayoría en la zona.

Así, por ejemplo, en los comicios del año 1989, el candidato de la Concertación, Patricio Aylwin, alcanzó un 57,63% de los votos frente al abanderado oficialista Hernán Büchi, quien obtuvo 24,84%.

Un escenario similar ocurrió en las elecciones de 1993, cuando el candidato de gobierno Eduardo Frei Ruiz-Tagle consiguió el 55,58% de las preferencias, mientras que la carta de la entonces Alianza por Chile, Arturo Alessandri, sólo el 22,39%.

Sin embargo, en 1999 la situación cambia y comienza a visualizarse un aumento en el respaldo de la derecha.

Esa vez, de la mano del candidato Joaquín Lavín (UDI), la derecha obtuvo el 40,56% de los votos en la presidencial, mientras el socialista Ricardo Lagos alcanzó el 54,15%.

La tendencia se refleja aún más en los sufragios de 2005, cuando irrumpe Sebastián Piñera, quien obtuvo un 20,90% de respaldo, cifra similar a la alcanzada por el mismo Joaquín Lavín (19,69%), lo que significó para este sector alcanzar nuevamente 40,53% de adhesión, esto es 16 puntos más que 15 años antes (1989).

En esas elecciones, sin embargo, la actual Presidenta Michelle Bachelet consiguió el 53,55% de apoyo en primera vuelta, demostrando que aún la centroizquierda era el sector dominante.

El exdiputado UDI, Manuel Rojas, indicó que si bien el nacimiento de la izquierda socialista lo encabezaba el norte con el desarrollo industrial del salitre, donde existía una marcada lucha de clases entre los obreros y la jefatura, esta visión ha cambiado.

"De ahí venía el concepto de que la izquierda era la única que se preocupaba de los trabajadores, quienes con el tiempo se han dado cuenta que no es tan así (...) sino que los sectores de centroderecha y derecha, también nos podemos preocupar", explicó el exdiputado.

Rojas agregó que las votaciones obtenidas por Joaquín Lavín, Sebastián Piñera, él mismo y ahora la diputada Paulina Núñez (RN), más que derechizar la región, son el reflejo de una valoración por parte de los votantes, respecto a lo que es más beneficioso para la zona.

"Esto tiene relación con que también hay un voto muy personalizado, más que de izquierda o derecha que han tenido estos candidatos (...) porque la gente ha cambiado. Por ejemplo, cuando yo obtenía buena votación no todos eran de la UDI", indicó el exparlamentario.

Fragmentación

En la otra cara de la moneda, la centro izquierda parece mantener una base superior al 50%, pero fragmentada en distintas fuerzas. Esto se ve con claridad a partir de la primera vuelta de 2009.

Aquí el exPresidente Piñera obtuvo un 37,46 % de los votos, seguido de Eduardo Frei Ruiz-Tagle con 27,48 %, quien terminó prácticamente empatado con el exPS Marco Enríquez-Ominami, quien registró 27,68 % de las preferencias.

Cuatro años más tarde, en 2013, Michelle Bachelet consiguió 39,73%, en segundo lugar llegó el economista autoidentificado con el centro, Franco Parisi, con 21,67 %; y en tercer lugar la UDI Evelyn Matthei, con 19,09 %. En cuarto lugar quedó Marco Enríquez-Ominami, con 13,54 % de los votos.

En la elección del domingo pasado, la fragmentación se vio con más fuerza. En ella, los candidatos de derecha, Sebastián Piñera y José Antonio Kast sumaron 42,38%, frente a un 56,95% de los de centroizquierda (Alejandro Guillier 24,48%, Beatriz Sánchez 21,94% y Carolina Goic 3,82%).

El doctor en Ciencias Políticas, Cristián Zamorano, indicó que esta fragmentación de los votos hacia candidatos emergentes de la centroizquierda se debe a que la Nueva Mayoría no ha logrado resolver las demandas que tiene un electorado de izquierda, entre ellas, educación gratuita, reforma al sistema de pensiones y de salud, lo que no significa que estos pedidos vayan a desaparecer.

Por esto, el académico de la UA indicó que al mantenerse, uno o varios partidos pueden retomar las banderas de lucha de algo que no se ha realizado.

"Creo que eso sucede con ME-O que llegó con un discurso rupturista con la Concertación, y hoy ese 20% lo reencuentras con esa misma gente que dice que la Nueva Mayoría no lo hace bien, pero básicamente porque el PS, PPD, DC no supieron frenar los abusos de mercado", dijo.

Respecto a cómo votará la región en la segunda vuelta, el director del IPP de la UCN, Cristián Rodríguez, indicó que esto dependerá de las estrategias que tengan a escala territorial las distintas candidaturas.

"No creo que esta elección se pueda manejar como un sólo bloque desde Arica a Punta Arenas. Creo que las estrategias y campañas tendrán que ser distintas", declaró.

Rodríguez agregó que de esto dependerá, por ejemplo, que "la centroderecha con el exPresidente Piñera como candidato pueda aumentar su electorado en la región. Creo que con la votación que obtuvo en primera vuelta, ya copó lo que podríamos decir la centroderecha tradicional de Antofagasta".