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Capturan al "Dusseldorf"

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Las aguas de Antofagasta fueron escenario de diversos episodios de la Segunda Guerra Mundial, conflagración que se extendió desde 1939 hasta 1945. Hay que dejar en claro que por esos años, las aguas territoriales se extendían solamente hasta las tres millas, de modo tal que navíos de todas las banderas navegaban por las costas chilenas, "como Pedro por su casa".

El 17 de diciembre de 1939, Antofagasta se vio sorprendida por un hecho inédito. El crucero británico "Despatch", capturó cerca de Caldera al vapor alemán "Dusseldorf" y llegó con la nave germana a remolque, ante la carencia de combustible. Pero los hechos estuvieron a punto de desencadenar una tragedia. Ello, porque el buque alemán se negó a detener su andar, ante lo cual los británicos descargaron una andanada que obligó a los tripulantes germanos a abandonar su nave. Pero, antes de hacerlo, los alemanes minaron el barco, explosivos que estallarían cuando los ingleses lo abordaran.

Ante esto, los ingleses apuntaron sus armas hacia los botes alemanes y los obligaron a retornar a su nave. Sin otra alternativa, los germanos regresaron a bordo del "Dusseldorf", desactivaron las minas y -posteriormente- fueron encerrados en una bodega, bajo siete llaves. Todo acaeció fuera de las aguas jurisdiccionales chilenas.

La llegada de ambas naves causó verdadera expectación entre los antofagastinos, que encaramados en los cerros, contemplaban lo que ocurría en el mar. Los ingleses visitaron al Intendente Arturo Ramírez y al alcalde, Gabriel Villablanca. Las lábiles condiciones de neutralidad suscritas por Chile, permitían que las naves de los países en guerra solo recalaran para emergencias y por no más de 24 horas, lo que se cumplió a cabalidad, ante la expectación de los pobladores.

La tarde de ese día, las calles de la ciudad se vieron repletas de marineros ingleses, rubios unos y colorines otros, que disfrutaron del merecido descanso, después de un largo periplo náutico por las aguas del Pacífico sur.

Jaime N. Alvarado García

ENTREVISTA. Mónica lópez, psicóloga clínica y terapeuta:

"Lo más complicado es poder tomar las propias dificultades personales y ponerlas al servicio de otros"

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Nathalie Varas Centellas

La psicóloga clínica y terapeuta familiar y de pareja, Mónica López, sobrina de la diputada Marcela Hernando, es una referente de la psicología positiva en Chile y además es especialista en felicidad.

Tiene más de 12 años de experiencia en el rubro, tiempo en el que se ha especializado en diversas áreas.

Hoy presenta "El Libro de la Generosidad" el cual se enfoca en la necesidad de empatía en la sociedad y entrega consejos de cómo promoverla y aprender a ser más feliz.

Psicología positiva

¿Qué es la psicología positiva?

-La psicología durante muchos años se ha dedicado a sanar lo que está mal, sin embargo, la psicología positiva tiene un enfoque que va más allá de eso, se trata de acoger las dificultades que tu tienes pero mirando hacia delante, conectándote con tu fortaleza y desde ahí hacer algo para enfrentar tus dificultades, sanarte y desde esa base potenciar habilidades para ser feliz.

Según su experiencia, ¿Qué es lo que más hace feliz al ser humano?

-Lo que más nos hace feliz es el amor y los vínculos, desde ahí nace la preocupación de generar habilidades para que las personas puedan relacionarse más sanamente en pareja, con amigos y en su familia y la psicología positiva se dedica un poco a eso, al florecimiento de las personas y como desarrollar la mejor versión de sí mismas.

¿Cuáles son las dificultades a la que te enfrentas al intentar sanar a otras personas?

-Lo más complicado es poder tomar las propias dificultades personales y ponerlas al servicio de otros, de repente uno pasa por situaciones difíciles, por ejemplo yo tengo dos tumores cerebrales, en un momento me dijeron que me quedaban seis meses de vida y fue un golpe súper fuerte para mí, menos mal estaba equivocado el diagnóstico y todo sigue bien, pero creo que cuando te pasan cosas difíciles y uno está mal, el intentar sobreponerse es un aprendizaje necesario para todos.

Aparte de ser psicóloga, se ha dedicado a plasmar sus conocimientos de manera tangible...

-Sí. He sido coautora en dos libros antes de este, que es el primer libro ya sola, y todo comenzó hace seis años desde que me metí en el tema de psicología positiva, creamos el Instituto del BienEstar que es un espacio donde promovemos las relaciones saludables y la felicidad en Chile y surgió este trabajo para hacer el primer libro de felicidad y ahora este que se llama "El Libro de la Generosidad" que dentro de los próximos días estará en todas las librerías de Antofagasta.

¿A qué se dedica principalmente el Instituto del BienEstar?

-Tenemos varias iniciativas, generamos encuentros de felicidad y relaciones saludables haciendo charlas en todo el país, tenemos el día de la felicidad que es el 20 de marzo, el día de la amabilidad, estamos creando el primer museo interactivo de la felicidad para Chile y somos los primeros en el mundo en tener una feliciteca (biblioteca feliz).

¿Por qué cree que es importante realizar este tipo de intervenciones en la sociedad?

-Creo firmemente que lo que necesitamos en la sociedad es más amor, menos competencia, menos guerra, menos desconfianza. La desconfianza al final cuesta caro para todo, en lo económico y en lo emocional porque nos aleja de los otros y es importante entender que juntos podemos ser mucho más fuertes para poder conseguir objetivos.

¿Cuál es el objetivo principal de "El libro de la generosidad"?

-Es un libro que tiene más de 200 ideas para poder ser más generoso con uno mismo, en el trabajo, con los amigos, la familia, y con el medio ambiente. Es un libro didáctico porque puedes recortar tarjetas para hacer intervenciones urbanas y a través de esto aportar a un mundo más colaborativo, amable y generoso.

¿En qué consisten las tarjetas de las cadenas de favores?

-Es una tarjeta donde cada vez que haces algo generoso pasas la tarjeta con el objetivo de que pase por varias personas. Hay cerca de 500 tarjetas recorriendo Chile y la idea es también compartir experiencias y aumentar la cantidad de acciones generosas.

"Estoy convencida de que para poder ser más felices uno tiene que ser más generoso con otros y ser más agradecido con lo que tiene"."