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El gran legado histórico, presente y futuro del hospital de Antofagasta

SOCIEDAD. Médicos relatan cómo funcionaba el antiguo recinto asistencial y destacan el importante rol que jugó en tragedias como el aluvión o los terremotos que afectaron a la capital regional.
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Daniel Contreras Palma

Emplazado en calle Matta, frente al Cementerio General, comenzó la historia del Hospital del Salvador, el primer recinto de salud de Antofagasta construido en 1872. La carencia de centros hospitalarios, la lejanía respecto a otros centros urbanos, el hacinamiento y la aparición de un brote epidémico de viruela generaron la necesidad de construir un hospital.

En sus inicios el precario centro asistencial sólo contaba con algunas barracas de madera y no proporcionaba tratamientos complejos a los enfermos. Su edificación, al igual que su mantención durante algunos años, fue financiada con recursos provenientes de la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, la municipalidad y el gobierno boliviano.

En la práctica, el hospital además de tratar enfermos funcionaba como albergue acogiendo a quienes carecían de recursos.

La incorporación de Antofagasta y Tarapacá al territorio chileno aumentó la población producto de las migraciones hacia las oficinas salitreras. Ello hizo al recinto estrecho, por lo que fue necesario reformarlo y ampliar sus instalaciones.

Con este fin, en 1905 el Presidente de aquella época, Germán Riesco, autorizó al intendente, a la Junta de Beneficencia y al vicario Luis Silva Lezaeta, a adquirir un terreno para levantar un nuevo edificio en la intersección de la Avenida Argentina y la calle 21 de mayo. Lugar que aún conserva su fachada original.

"Yo como estudiante de medicina conocí el Hospital del Salvador. Estamos hablando del año 1959 al 1963. En mi último año de la escuela de medicina tuve que hacer una estadía de un mes y justamente me tocó este hospital. Ese recinto fue construido gracias al gran empuje del obispo Luis Silva Lazaeta. Él tenía un familiar que era arquitecto y que construyó el Hospital del Salvador de Santiago. Si uno se fija en la entrada del Hospital del Salvador de Antofagasta y lo compara con el de Santiago, son exactamente iguales", explicó el doctor Aliro Bolados.

Pacientes

Según comenta el facultativo el Hospital del Salvador fue concebido como un establecimiento en que el paciente recibía reposo, comida y auxilios religiosos más que cuidados médicos.

De hecho, monseñor Silva Lezaeta, realizó un viaje a Oruro, Bolivia, y tuvo la oportunidad de conocer a las Hijas de Santa Ana, que atendían el hospital de aquella ciudad. En esa ocasión concibió la idea de pedir a la Superiora General Sor Ana Rosa Gattorno, la posibilidad de tener las mismas hermanas para el hospital de Antofagasta.

"Ese hospital contaba con salas y cada una de ellas tenía 36 camas. Eran verdaderos galpones. El doctor comenzaba a hacer visita muy temprano y terminaba muy tarde por la gran cantidad de pacientes", relata Bolados.

El auge de la actividad minera en la segunda mitad del siglo XX, provocó una nueva oleada migratoria que hizo imprescindible el reemplazo del antiguo sanatorio y la edificación nuevamente de un recinto asistencial más amplio.

El proyecto hospitalario partió en la presidencia de Carlos Ibáñez del Campo, inició sus obras bajo el mandato de Jorge Alessandri Rodríguez, y se inauguró en 1966 durante la administración de Eduardo Frei Montalva: recibió el nombre de Hospital Regional de Antofagasta "Dr. Leonardo Guzmán", en homenaje al médico cirujano antofagastino.

Durante más de 50 años el antiguo Hospital Regional fue el centro de salud más importante de la macro zona norte, desde Arica a Copiapó.

Sin embargo, desde hace varios años el principal recinto asistencial arrastra una serie de deficiencias en infraestructura lo que motivó la necesidad de contar con un nuevo hospital acorde al crecimiento demográfico y a la alta demanda de atención por parte de la comunidad.

Catástrofes

En su historia el sanatorio fue testigo protagonista de dos terribles hechos naturales que azotaron a la ciudad: el aluvión de 1991 y el terremoto de 1995.

"Con el aluvión el hospital no sufrió grandes daños. Recuerdo que en esa oportunidad muchos funcionarios del hospital cuando empezaron a saber que habían muchas personas fallecidas, se concentraron en venir al hospital a ver que estaba sucediendo para comenzar con las labores de atención. Eso es algo que está muy arraigado en la cultura del hospitalario", apuntó el doctor Hugo Benítez, quien llegó a trabajar al recinto asistencial en 1987 hasta el día de hoy.

El especialista agrega que en aquella oportunidad la escena pos aluvión era estremecedora. "La imagen que yo tengo de aquella catástrofe es ver en la unidad de patología una alfombra de cadáveres cubiertos de barro. Eran cerca de 88 personas fallecidas. Era una cosa dantesca", recordó el facultativo.

Proyecto universitario

Tras la inauguración del nuevo Hospital Regional de Antofagasta, las dependencias del ahora antiguo sanatorio será el futuro Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta, que entrará en operaciones en marzo de 2018. El recinto universitario pondrá en funcionamiento los policlínicos (unidades ambulatorias), para gradualmente implementar el resto de las unidades que requiere un hospital de mediana complejidad. Por su parte, el rector de la UA, Luis Alberto Loyola, en su visita el centro asistencial destacó que se observó de mejor manera los espacios y el equipamiento que estará disponible para el hospital universitario a contar de marzo del próximo año. "Este es un proyecto muy anhelado por nuestra universidad, y por eso nos preparamos con mucha anticipación, de hecho, el próximo año comenzaremos a dictar dos nuevas especialidades médicas, como son Imagenología y Ginecología, posteriormente vendrán Medicina Interna y Cirugía", señaló la autoridad. En diciembre de este año, comenzará la adecuación arquitectónica de este antiguo recinto médico, para que en marzo de 2018, comience a funcionar el Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta.

36 camas para pacientes tenía cada sala del Hospital del Salvador -ubicado en Av. Argentina esquina 21 de Mayo-, las que eran visitadas diariamente por un médico, contó el doctor Aliro Bolados.

US$300 millones fue la inversión que requirió la construcción y equipamiento del Nuevo Hospital de Antofagasta, que esta semana abrió sus puertas a la comunidad.

16 pabellones quirúrgicos, seis salas de parto integral, 30 puestos de diálisis y 671 camas, entre otras áreas y unidades, cuenta el nuevo hospital.

Encuentro de educación reúne a jóvenes y emprendedores

TALLERES. Actividad será el próximo viernes y busca visibilizar nuevas metodologías para innovar en enseñanza.
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El mundo de la robótica, los secretos de la astronomía y el comportamiento de las bacterias serán algunos de los temas que estarán presentes en el Encuentro "Educación para Innovar", cita que reunirá a alumnos, docentes, emprendedores y empresarios de Antofagasta.

La actividad tendrá lugar el próximo viernes entre las 9 y 13.30 horas, en el Liceo Comercial "Jeraldo Muñoz" (Matta N°2176) y apunta a entregar una serie de experiencias metodológicas para innovar y potenciar propuestas al modelo educativo, además de incentivar un proceso reflexivo sobre el rumbo de la educación.

El encuentro consta de 20 talleres que serán guiados por jóvenes, docentes y emprendedores, quienes de manera participativa involucrarán a los asistentes en nuevos métodos de aprendizaje. La idea es difundir propuestas innovadoras y cómo éstas pueden propiciar cambios en el sistema educativo con miras a la formación de talentos creativos con pensamiento crítico.

Este encuentro es organizado por la Alianza de Emprendimiento e Innovación Social, instancia que agrupa a 40 instituciones de diversos ámbitos de Antofagasta y que es un potente esfuerzo del sector público y privado, para alcanzar la diversificación económica y el desarrollo sostenible.

Desafíos

Esther Croudo, gestora de Innovación, explicó que "los alumnos habitan un mundo dinámico, de cambios exponenciales, marcado por la necesidad de un modelo de desarrollo sostenible y mayor equidad. En ese ámbito, la educación reclama un giro rotundo y urgente, donde las respuestas van a venir de la confluencia de los distintos sectores".

Precisamente, el encuentro tiene por objetivo generar un espacio de reflexión y construcción colectiva que motive cambios hacia una educación del Siglo XXI. "La inteligencia colectiva es nuestra mayor riqueza y ella la debemos poner a disposición de nuestras futuras generaciones", agregó.

Investigación

El profesor encargado de la Academia de Astronomía de The Giant School, Raúl Muñoz, dijo que ésta es una instancia para poner en valor las habilidades blandas de los alumnos y buscar nuevos modelos educativos basados en la investigación.

"El actual sistema todo lo sustenta en los resultados del Simce y PSU, un proceso que es absolutamente mecánico. Los alumnos tienen que comprender bien el mundo que los rodea, prepararse, porque la vida es difícil y no cómo se ve en una sala de clases", sostuvo.

Una mirada similar tiene el emprendedor Rodrigo Muñoz, quien contará su experiencia en el Taller de Robótica. Ahí explicará cómo nació esta idea y pondrá en valor el aprender haciendo para los asistentes.