Secciones

El futuro de la planta

E-mail Compartir

El Liceo Industrial Eulogio Gordo tiene alrededor de 2 mil alumnos que cursan de primero a cuarto medio. Es uno de los más grandes de Antofagasta y sus instalaciones cuentan con equipos especializados para áreas como la minería, mecánica y electricidad. Como en todo liceo técnico, la idea es "aprender haciendo".

Pero después de tres años afectados por emanaciones de gases, alumnos, apoderados y profesores debieron aceptar en junio de este año, a regañadientes, que la única opción para continuar las clases y no repetir, era trasladarse a otros establecimientos.

De primero a segundo medio se mudaron al liceo La Portada, mientras que los terceros y cuartos medios fueron traslados al liceo Oscar Bonilla.

Las clases comienzan a las 2 de la tarde y se extienden hasta las 7 de la noche.

Los contenidos han debido adaptarse a la nueva realidad. Menos talleres, más teoría. Pero se supone que en noviembre el liceo vuelve a su casa, una vez que se hayan llevado a cabo las medidas de mitigación de las emanaciones.

Las emanaciones, según los estudios realizados por la Secretaría Regional Ministerial de Salud de Antofagasta, provienen de la planta de tratamiento de aguas servidas de Econssa (Empresa Concesionaria de Servicios Sanitarios, de propiedad estatal) y operada por Sembcorp. Hasta el momento no se ha encontrado oficialmente otra fuente de los olores que afectan al liceo.

Los gases que provocan las molestias, según la seremi, son el ácido sulfhídrico y, en menor presencia, el amoniaco, los cuales se producen por procesos de descomposición de material orgánico.

La planta de tratamiento se habría quedado chica para una ciudad que ha tenido un crecimiento rápido.

Todo el agua servida domiciliaria de Antofagasta, con una población aproximada de 370 mil habitantes, pasa por esa planta, la cual solo alcanza a tratar un 10% de esas aguas. A la restante se le extraen los sólidos y va a parar al mar.

Por su parte, desde Sembcorp sostienen que no son responsables de las emanaciones que afectan al Liceo Industrial y el Cesfam Rendic (que también debió ser trasladado). "Dichos gases no tienen relación alguna con la actividad de Sembcorp, y se relacionarían con otros procesos industriales llevados a cabo en el sector, como soldadura y uso de solventes. No obstante, estamos colaborando en este proceso para encontrar el verdadero origen y la solución del problema respectivo", afirma Mauricio Castillo, gerente de operaciones de Sembcorp Aguas del Norte.

En noviembre se supone que el Liceo Industrial vuelve a su establecimiento. Para eso se están llevando una serie de medidas de mitigación de las emanaciones. Entre ellas la construcción de un muro, la instalación de odorizantes y la instalación de sensores que avisarán si hay presencia de gases.

Las medidas son parte de un plan firmado en una mesa de acuerdo, en que participaron entidades de gobierno, de la Corporación Municipal de Desarrollo Social (sostenedora del liceo) y de cuatro empresas relacionadas a la planta de tratamiento: Econssa (concesionaria), Sembcorp (operadora), Aguas Antofagasta (usuaria) y Alto Norte (cliente que compra agua industrial a la planta).

El secretario regional ministerial de Medioambiente, Felipe Lerzundi, quedó a cargo de supervisar que los compromisos se lleven a cabo. "Hasta la fecha se están cumpliendo", afirma, aunque apunta a que para una planta en medio de una ciudad, se deberían esperar parámetros más exigentes de operación. "No es poco frecuente en el mundo que estas plantas estén en medio de las ciudades, pero tienen que cumplir con mayores estándares. A eso se suma que estamos en una zona donde hay poca agua y donde se está reutilizando muy poco", dice.

El domingo 27 de agosto alumnos y profesores del Liceo Industrial de Antofagasta desfilaron frente a la Intendencia con mascarillas. El propósito: recordarle a las autoridades y a la ciudad que las emanaciones mantienen a la comunidad educativa exiliada de su liceo.

Javier Huamán, vocero actual de la coordinadora de consejos de curso y alumno del cuarto medio E "Explotación Minera", muestra escepticismo cuando se le pregunta si cree que volverán en noviembre a su establecimiento. "Se quiere volver, pero con solución, es lo que los estudiantes esperan. Se construyó un muro de siete metros, que incluso parece algo gracioso, se instalaron aromatizadores y sensores. Son soluciones parche".

El estudiante agrega que estar en otro liceo no solo es incómodo, sino que además los está perjudicando en su preparación al mundo laboral. "Tener clases en la tarde y de pura teoría, siendo un liceo técnico, no es lo óptimo. Eso nos va a jugar en contra en la práctica profesional".

En junio el Liceo Industrial se fue a vacaciones de invierno anticipadas y en julio reingresaron a clases pero en otros establecimientos. Fue la única solución que encontró la autoridad para un problema que se volvió insostenible.

Todas las mañanas del primer semestre del año fueron similares. Poco después de ingresar al liceo, los alumnos comenzaban a quejarse de dolores de cabeza o estómago y de picazón en la garganta. A veces se sentía el característico olor a huevo podrido y otras veces no, solo las molestias físicas. Las quejas se trasformaban en silbidos y gritos que se podían escuchar a un par de cuadras a la redonda del liceo.

En los primeros meses del año hubo unas 30 evacuaciones. Casi no existieron jornadas normales. "En un momento llegamos a ver 20 compañeros desmayados. Era chocante. Sentimos que se violó nuestro derecho de vivir en un lugar libre de contaminación y de poder estudiar. Llegábamos a las 8 de la mañana y a las 9 estábamos saliendo", relata el estudiante Javier Huamán.

Para Javier, las soluciones se tomaron muy tarde y mal. "Sentimos que las autoridades no nos escucharon, que no tomaron atención a nuestra problemática, hasta que fue tarde. Esto es un problema comunal, afecta a otras instituciones, como el cesfam Antonio Rendic, el jardín Caracolito y las poblaciones de los alrededores. Pero las autoridades se lo tomaron como algo normal. Esa planta ya no debería estar ahí".

Marcos Alfaro, inspector y vocero de la comunidad educativa, también es crítico frente a cómo se ha enfrentado el problema. "De aquí a noviembre esperamos que hayan terminado las emanaciones. Sabemos que es un tema complejo. La autoridad ha hecho sus esfuerzos en torno a la empresa de tratamiento de aguas, pero nosotros tenemos la comprobación de que hay otros olores que no vienen de la planta. No podemos perder nuestro liceo por algo que es de responsabilidad de las empresas y las autoridades".

El inspector también explica que a las limitantes de trabajar en infraestructuras que no están preparadas para un liceo técnico, se suma el aumento de la inseguridad de los alumnos que están saliendo a las 7 de la tarde. Algunos de ellos han sufrido robos en el trayecto de regreso a sus casas. "Tienen que desplazarse a la avenida Bonilla cuando está oscureciendo para tomar locomoción".

El representante de los profesores, Jorge Avalos, dice que el proceso que han vivido ha sido "tortuoso e irregular", debido a que han debido adecuar los contenidos a aspectos teóricos, "y en el Liceo Industrial tradicionalmente el segundo semestre es práctico. Hemos debido hacer talleres en forma precaria".

El municipio de Antofagasta efectuó un estudio en que -según lo informado por esa entidad- se detectaron otras posibles fuentes de contaminación, además de la planta de tratamiento. La alcaldesa Karen Rojo informó en mayo de este año, al presentar los resultados preliminares, que además de ácido sulfhídrico se descubrieron "solventes químicos en el área como glicol, hexanol y oxima, los cuales son utilizados como disolventes de pinturas y en la fabricación de lubricantes, plastificantes, refrigerantes, desengrasantes, entre otros".

El estudio fue efectuado por la consultora Ecometrika.

Pero la secretaria regional ministerial de Salud de Antofagasta, Lila Vergara, explica que el estudio encargado por la alcaldesa aunque identifica elementos, no entrega datos sobre las concentraciones, ni las fuentes de emisión. "Ese estudio define qué compuestos químicos hay en el aire, pero sin definir la cantidad. Es como si uno pusiera un aparato para identificar los gases en su cocina. Va a arrojar que hay CO2, gas metano, cloro, etc., pero eso no significa que la concentración de esos gases que están en la cocina van a ser tóxicos. Para evaluar el riesgo es necesario no solo saber qué es lo que hay, sino también las concentraciones y si están ingresando al organismo de las personas", dijo la seremi.

Vergara además dijo que actualmente continúan con las fiscalizaciones a empresas del barrio industrial y se han registrado multas y prohibiciones de funcionamiento, pero hasta el momento no se ha encontrado ninguna otra faena -aparte de la planta de tratamiento de aguas servidas- que esté incidiendo en lo ocurrido con el Liceo Industrial. "La principal fuente identificada hasta ahora, con consonancia entre lo que ocurría en el liceo y en la empresa, es la planta de tratamiento de aguas servidas. Nosotros (la seremía) no firmamos el acuerdo (de medidas de mitigación) y seguimos fiscalizando porque la empresa no solo tiene que hacer los arreglos, sino que debe demostrar que lo que hizo fue suficiente para el control del problema".

Econssa en julio de este año adjudicó la ejecución del estudio "Evaluación Técnica, Económica y Ambiental de la Planta de Tratamiento de Aguas Servidas de Antofagasta, Alternativas de Solución". Según el gerente general de la empresa, Patricio Herrera, con el estudio se contará con la información necesaria "para proponer una solución tecnológica acorde al crecimiento de la ciudad y que aborde aspectos que son relevantes, tales como la futura demanda y la localización de la planta". Desde la empresa explicaron que "la Etapa 1 de este análisis corresponde al "Estudio de Demanda para Reuso de Aguas Servidas Tratadas", el cual será complementado con una "Descripción del Sistema Existente" y un "Estudio de la Zonificación Territorial" para revisar -de ser necesario- alternativas de emplazamiento de una nueva planta de tratamiento de aguas servidas, junto con una "Evaluación Ambiental Preliminar" del proyecto". "En enero de 2018, tendremos el informe final", dijo el gerente, Patricio Herrera.

Medidas de mitigación de Sembcorp

Mauricio Castillo, gerente de operaciones de Sembcorp Aguas del Norte, explicó que entre los compromisos ya ejecutados están: "La suspensión de recepción de camiones limpia fosas; instalación de cubierta en canales abiertos, desde tornillo hasta el inicio del reactor biológico; mejoramiento de estanqueidad de tolvas para recepción de residuos sólidos e Instalación de cubierta provisoria, sin sistema de tratamiento de olores". Y en etapa de ejecución están: "La instalación de cubierta definitiva, incluyendo sistema de tratamiento de olores que tiene como fecha final de ejecución la primera semana de noviembre y la instalación de un espesador de lodos que se encuentra sujeto a la obtención de las autorizaciones que corresponda, con fecha de ejecución para fines del mes de diciembre". Castillo además indicó que están llevando a cabo más medidas de mejora a la planta que no estaban en el acuerdo firmado con las autoridades, y que se inició un convenio de prácticas con el Liceo Industrial.

El liceo exiliado

Los 2 mil alumnos del Liceo Industrial de Antofagasta actualmente están repartidos en dos establecimientos, mientras se ejecutan las medidas de mitigación de las emanaciones que los han afectado durante tres años. En este nuevo escenario los profesores han debido adaptar los talleres a materias más teóricas y menos prácticas; las clases terminan a las 7 de la tarde, sin luz de día, y algunos estudiantes han sufrido robos mientras regresaban a sus casas. La comunidad educativa espera con escepticismo que se cumplan las promesas y puedan volver en noviembre a su liceo.

Cristian Ascencio Ojeda

cristian.ascencio@mercurioantofagasta.cl

La clase de química tiene poca química. El profesor escribe fórmulas en el pizarrón y los alumnos escuchan y replican la materia en sus cuadernos. Los tubos de ensayo están guardados. "No podemos hacer experimentos porque no nos prestan los materiales", dice un alumno de lentes. El profesor asiente con la cabeza. Sabe que no es su culpa que tenga que basar sus clases en la teoría. La culpa, paradojalmente, la tiene un efecto químico. Uno que obligó a exiliarse a un liceo entero.

El éxodo

El acuerdo

Escepticismo

El estudio

100

evacuaciones, por lo menos, se realizaron en el Liceo Industrial desde 2015 producto de las emanaciones. Las molestias son causadas principalmente por ácido sulfhídrico, según la Seremi de Salud.

en agosto los alumnos del liceo industrial marcharon con mascarillas. la idea era recordar a las autoridades y la ciudad su problema.

@lorena_1301