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"Día Mundial sin Autos"

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Hace unos años, tuve una conversación con un importante urbanista Chileno: "Don Marcial, tenemos la necesidad de consolidar la ciudad y no seguir planificando su expansión", él fue tajante, "Ud. tiene un problema conceptual, el urbanismo no tiene nada que ver con tapar hoyos y hermosear la ciudad, debe abocarse a garantizar suelos, que permitan oferta de vivienda, las que a su vez permitan hipotecas que financien bancos, los que son la base de la economía de Chile".

Ésto fue revelador, la ciudad en expansión, ya no se explicaba como un error de planificación, sino, como un modelo ideológico propio de un país emergente, donde el financiamiento de la economía, fue la gran urgencia de una época.

Este 22 de Septiembre, celebramos el día mundial sin automóviles, día que llama a tomar conciencia de lo poco sustentable que es este medio de transporte. Pero la pregunta es más profunda, ¿Qué tan sustentables son nuestras ciudades, que han sido pensadas para el automóvil y expandidas para el sistema financiero?

La ciudad de Antofagasta y sus 30 km de largo, es un caso extremo. Sus problemas, no son particulares, sino son externalidades negativas de un modelo de ciudad. Las ciudades extensas, se caracterizan por elementos comunes como, grandes tiempos de viajes, alta demanda de vehículos privados, altos precios de suelo y vivienda, y un centro urbano en deterior y despoblado, sumado a una alta segregación social y espacial.

Hoy, el llamado es a revertir una ciudad de crecimiento en expansión, la cual ya no es sustentable ni en su primer fundamento economicista, ya que genera pobreza, altos costos de vida, alta contaminación y alto desencuentro social.

En esto, se exige una nueva mirada que devuelva la ciudad a las personas. La oportunidad de un nuevo plan regulador es clave, pero no suficiente. Debemos evitar que se siga especulando con el suelo público y privado. Que se sigan planificando nuevos guetos, como el caso de Alto La Chimba, el cual pretende concentrar más de 3.000 viviendas sociales en el extremo más alejado de la ciudad. Y que nuestro municipio no siga permitiendo la densidad en los extremos y promoviendo el deterioro del centro, respaldando a un decadente barrio rojo, y negando la posibilidad de renovación habitacional del sector mejor equipado de la ciudad.

Rodolfo Ugarte

Arquitecto