Discusión en Ley de inmigración
Es de esperar que el debate se dé de manera prudente y teniendo presente que la inmigración es necesaria para Chile. Eso debe estar fuera de discusión. Los extranjeros no quitan los empleos y tampoco delinquen más que los chilenos, pero existe un objetivo problema con la forma en que ingresan y su permanencia, lo que debe ser normalizado.
El reciente anuario del Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior reveló que la llegada de extranjeros a Chile creció 123% en los últimos 13 años, y consignaba unas 411 mil personas, que representaban el 2,3% de la población del país.
Datos de la PDI, precisan que en nuestra Región vivirían aproximadamente 97 mil extranjeros, lo que equivaldría aproximadamente a un 16% de la población regional. Una cifra impresionante.
Por eso y otras razones, es importante que el gobierno haya ingresado a la Cámara de Diputados el proyecto de ley de migraciones, iniciativa que era esperada desde hace años y que fue firmada por la Presidenta de la República, ya que creará un sistema de principios, derechos y deberes para los extranjeros que entren al país, y establecerá una nueva regulación de ingreso, salida y categorías migratorias.
El gobierno llamó a los parlamentarios a realizar un debate adecuado y racional sobre este proyecto y a "terminar con la serie de sentencias que han rodeado la discusión, como por ejemplo sobre el presunto exceso de inmigrantes que tiene Chile".
A juicio del ejecutivo se están desarrollando algunas políticas, como que los menores de edad extranjeros en Chile no paguen visa y la eliminación de campamentos de inmigrantes, como los que existen en nuestra zona, para reemplazarlos por casas definitivas. Pero habrá que abordar también cómo esas personas tendrán coberturas sociales en salud, educación y previsión, entre otros.
Con cierta regularidad la ciudadanía -en especial la local- se entera de la mala impresión que parte de los chilenos tienen de los inmigrantes. Los resultados de la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) correspondiente a abril y mayo de 2017, evidenciaron una visión crítica de la inmigración. Un 41% de la ciudadanía estima que éstos elevan los índices criminalidad y un 40% cree que los foráneos le quitan el trabajo, mientras un 36% piensa lo contrario. Esto se repite con otros estudios locales, como el desarrollado por el Instituto de Políticas Públicas.
En resumen hay mucho por hacer y esta discusión si se da en buenos términos puede ayudar muchísimo.