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María José Rivera Oyarce

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"Eva y su Cuaderno de Gestos" es el título del poemario que se presenta este viernes 11, a las 18 horas en el salón de la Biblioteca Regional, evento que es organizado por el Círculo de Artes Manuel Durán Díaz, quienes reciben y presentan a María José Rivera Oyarce, poeta nacida en Chuquicamata y radicada en de Coquimbo. Abogada Litigante del Servicio Nacional de La Mujer, experta en Violencia de Género.

María José, con varios años de experiencia en las letras y un currículo que abarca galardones e itinerancias, tiene una mirada clara y auténtica del rol que ha venido asumiendo la mujer desde ese Paraíso lejano donde el creador nos hizo y puso, para compañía del hombre.

"Eva y su Cuaderno de Gestos" nace desde la intuición, desde la profundidad de ser Mujer, y los miles de caminos que comprende la dicha o desventura de serlo en este ahora, en lo cotidiano, en lo elemental, en lo humano, lo divino, en mansedumbre o revolución, sin pretensiones exactas, pero inevitablemente visible".

Todas somos Eva y la poeta, nos relata desde su expertiz; observación lírica y trabajo diario como abogada. "Desde donde, descubre y da cuenta de la violencia de género, no sólo a través de los textos que conforman este libro, sino de su diario trabajo con mujeres sobrevivientes. Eva como objeto sexual que, parafraseando a la autora, en cada gemido pronuncia el nombre olvidado del mismo Dios, ese que le habría dado su sexo tan sumiso y doliente por castigo (Tu lengua); Eva niña abusada por su padrastro (Trenza despeinada); Eva pareja golpeada, abandonada una y otra vez, por el mismo hombre a la que le es fiel; Eva imagen idílica de mujer "diosa"-"puta" que sabrá perdonar los golpes con su naturalizada supuesta bondad alojada en el sexo que Dios le habría dado para placer y paraíso".

En lo personal, admiro este trabajo poético que nos visita, letras y sentimientos valiosos para nuestro género y por tanto, invito con énfasis y cariño a todas las mujeres, a ser parte de esta hermosa velada de viernes.

Aída Santelices Kostópulos

ENTREVISTA. Bastián Bodenhöfer, actor, habla sobre la actual producción de telenovelas:

"Antes las teleseries tenían una mayor preocupación narrativa y de contenido"

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Daniel Contreras Palma

Por más de una década el actor Bastián Bodenhöfer (56) ostentó el título de galán en la época de oro de las telenovelas chilenas. Integró exitosas producciones como "Ángel malo" "Trampas y caretas", "Ámame", "Rojo y miel", "Tic Tac", entre otras telenovelas de culto.

Hoy Bodenhöfer se encuentra alejado de la pantalla chica, dedicado al teatro y a impartir talleres de expresión y manejo de la voz a docentes (actividad que lo trajo a Antofagasta), además de oficiar como chofer Uber durante sus ratos libres.

En su paso por la ciudad, el intérprete aprovechó de contar detalles sobre algunos proyectos personales, junto con analizar el actual escenario de las teleseries chilenas, y el por qué hoy no es considerado en ellas.

Nueva obra

¿En qué estás trabajando hoy en día en materia teatral?

-En este momento me tiene ocupado una obra de un gran novelista chileno Hernán Rivera Letelier, donde yo hice una adaptación para teatro de uno de sus libros. Llevamos meses de conversaciones y él está muy contento con el resultado final. Es un espectáculo muy complejo con 22 personas sobre el escenario. Tiene fecha de estreno para el próximo año. La idea es estrenarla justamente en el norte.

Hace algunas semanas se dio a conocer que estás trabajando como chofer de Uber, ¿cómo ha sido la recepción de la gente?

-La reacción de la gente ha sido muy sorpresiva y agradable. He tenido conversaciones con pasajeros fantásticas. De hecho tengo miles de historias que comencé a escribir y que en algún momento voy a publicar.

¿Tienes ganas de volver a las teleseries?

-La verdad es que eso no depende de mí. Depende si te llaman o no.

De todas tus novelas, ¿hay algún personaje que la gente te recuerde con frecuencia?

-Hay varios pero a diario recibo muchos comentarios sobre mi personaje de Tomás Barcelona en "Tic Tac". Esa teleserie marcó un hito dentro de las teleseries por el carácter de cómics que se le dio a los personajes.

Hay otra telenovela que le tengo mucho cariño y que desgraciadamente por una administración del Canal 13 en aquel entonces echaron a perder la teleserie "Cuenta Conmigo".

¿Recomendarías hoy estudiar actuación teniendo en cuenta lo saturada que está esa profesión?

-Es una carrera que como cualquier carrera artística está vinculada estrechamente a la vocación que uno pueda tener. Es decir, si uno no tiene vocación es mejor no estudiar esa carrera porque es una carrera difícil y el campo de trabajo es difícil. Totalmente inestable. De repente uno puede estar dos o tres años cesante y de un momento a otro te llegan cinco ofertas de trabajo.

Poca gente sabe que también eres músico, ¿aún cultivas esa faceta?

-Sí, pero en las sombras. En este momento me dedico a la composición. A veces me piden componer para una obra de teatro o trabajos audiovisuales. También compongo para darle el gusto.

También participaste en la película de Alejandro Jodorowsky "La Danza de la Realidad", ¿qué nos puedes contar sobre esa experiencia?

-Fue una experiencia admirable. A Jodorowsky lo conocía desde antes cuando fui agregado cultural en París. Ahí nos hicimos muy amigos, entonces fue muy grato volver verlo. También tuve una participación más pequeña en la segunda película de Alejandro "Poesía sin fin".

Otra historia del baúl de los recuerdos es que fuiste coanimador del Festival de Viña del Mar, ¿cómo sucedió eso?

-Fue hace muchos años cuando trabajaban en TVN. La idea ese año fue agarrar dos animadores y dos actores para que coanimaran junto a Antonio Vodanovic y Margot Kahl. Los escogidos fuimos Claudia di Girólamo y yo. También estaba Felipe Camiroaga. Yo no tenía ninguna experiencia como animador. El mejor Festival de Viña se vive ahí. No tiene nada que ver con lo que sale en pantalla.

Calidad

Tu fuiste parte de la época de oro de las teleseries chilenas, ¿por donde crees que pasó el éxito de aquellas producciones?

-Creo que hay distintos factores. Hay un factor objetivo que en esa época no existía el cable ni internet. Tampoco había televisor en las casas y si los había estaba en el living, entonces era un panorama familiar. Ese es el dato duro.

Por otro lado, los directores que empezaron a hacer teleseries, la mayoría eran directores que estudiaron cine, por lo tanto había una preocupación estética, narrativa, de contenido e imagen. En ese sentido, al tener esa preocupación de calidad de producto se tomaba más tiempo. Los libretos también tenían mayor contenido.

Hoy en día las teleseries están destinadas a un público joven. Por lo mismo los elencos son más jóvenes y a actores de mi edad los llaman cada vez menos porque ya no existen personajes que tengan más carrete de vida. Cualquier ser humano a partir de los 50 años tiene otra visión del mundo, argumenta con mayor profundidad, entonces como esas escenas ya no existen a los actores más viejos ya no nos llaman porque ya no escriben personajes así.

"Hoy en día las teleseries están destinadas a un público joven. Por lo mismo los elencos son más jóvenes y a actores de mi edad los llaman cada vez menos"."