El "Sparry"
¡Qué especial y lleno de singularidades era este personaje…! José Florido Maturana nos embrujó con esas láminas delgadas, azucaradas, tostadas y enrolladas, que ofrecía con atractivos slogan… El hombre de ojos azules y dentadura plagada de oro, fue púgil en sus años mozos. Pero se hizo comerciante ambulante. Y aprovechando esto de "ambulatorio", se transformó en caminante, recorrió a pié Chile entero y parte de los países limítrofes.
"Anduvo, anduvo, anduvo… Lo vio la luz del día, lo vio la tarde pálida, lo vio la noche fría" -se diría, remedando a Rubén Darío. Hasta que -confundido con un tupamaro- recibió una bala que lo trajo de regreso al terruño. Y volvió a sus ventas tradicionales y añoradas.
¡Vitamín Vitaminííí…! ¡Estos quedan gustando y no repugnando… Los que quedan vivos quedan saltando…! ¡Estos tienen vitamina A,B,C,… fierro, lata, sunchos y acero de Huachipatooo! -gritaba, desatando la risa. No había recinto público o espectáculo deportivo, donde el "Sparry" no se mostrara luciendo una impecable chaqueta blanca y ese tarro redondo y variopinto que cargaba a sus espaldas.
Intercambiaba bromas con el público, logrando convencer a sus clientes. Saludaba a cualquiera, con una chanza que arrancaba aplausos: ¿Qué tal, chiquillo Latorre, trabaje o no trabaje el día le corre…!
Más tarde, haría una transición en su industria casera, incorporando el turrón a su oferta de embelecos. "Mirando y chupando…" -recomendaba el "Sparry", entre las carcajadas del público. Cariñoso con los niños, muchas veces regalaba sus bolsitas de turrones a aquellos que no podían comprarle. Otras tantas, se le vio tirando turrones "a puñados"… "Un regalo para endulzar el momento, chiquillos" -acostumbraba a gritar cuando el recordado "AP" se hallaba en desventaja… O bien, un puñado "Pa´ celebrar la victoria.." . El público miraba, chupaba, sonreía… ¡Y lo aplaudía…!
Cuando los años le pasaron la cuenta, José Florido Maturana asumió un bello rol: Se hizo Viejo Pascuero. Su traje rojo y la blanca barba, hacían un hermoso contraste con esos ojos azules, ya cansados de tanto trajinar para hacerle esquives a la vida.
El "Sparry" se nos fue en silencio… Talvez camine entre las nubes de la eternidad, rodeado de ángeles que -como lo hicimos nosotros- estarán "mirando y chupando" esos turrones que endulzaron nuestra infancia.
Jaime Nelson Alvarado García