"Que no sea flor de un día"
Alberto
Pescio
comentarista deportivo
El reciente triunfo de la selección chilena de baloncesto sub-17 varones en Perú ha provocado la lógica alegría de quienes admiran al deporte de la canasta. Tal como dicen los anales históricos, hacía 80 años que esta disciplina no celebraba un triunfo de envergadura. En el lejano 1937 en Valparaíso, la selección adulta varones logró el título sudamericano, que ha sido el único que luce en las vitrinas de la federación, hasta este Viernes pasado, en donde los jóvenes comandados por Galo Lara, técnico chileno, rompieron esa dinámica.
Este triunfo ha desatado, con mayor o menor acierto, una serie de aventureras declaraciones, entre las cuales destacaría la del presidente de la federación chilena, Sr Arcos que declaraba textual; "el básquet chileno tiene el futuro asegurado". Creo que este señor se ha emocionado y casi sin pensar se ha subido en un carro en que no ha tenido ninguna incidencia., quizás con el único detalle de contratar al técnico que ha conducido a este talentoso grupo.
Que sepamos, no existe desde Federación planificación alguna o un trabajo a largo plazo para sacar al baloncesto chileno en el ostracismo en que se encuentra. Se ha tenido la suerte de contar con el joven Lorca, nacido y formado en EE.UU e Ignacio Arroyo que pertenece a Estudiantes de Madrid que han comandado a los Rubios, Pimentel y compañía.
Como suele pasar en otros países, los que desarrollan un arduo trabajo de formación son los clubes que cobijan a estos jóvenes. Es el trabajo arduo y paciente de entrenadores a pie de cancha que se preocupan en explicar, demostrar y corregir los gestos técnicos y la táctica individual que conducirán a que ese joven se convierta en un mejor jugador.
Los que amamos a este hermoso deporte nos preocupa que este triunfo sudamericano no se convierta en una ráfaga pasajera, en flor de un día que se marchite por errores en la gestión a los que nos tienen acostumbrados nuestros dirigentes.
Estos jóvenes, con sus capacidades y talento deportivo nos han señalado el camino. ¡No les abandonemos!