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Esa calle Condell

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Desde sus comienzos en el extremo sureste -cerca del acceso al puerto- hasta su final en Valdivia, la calle "Condell", rinde homenaje al excelso marino, compañero del insigne Prat, que provocara la mayor derrota naval que sufrió la marina peruana durante la Guerra del Pacífico. Años antes que Chile impusiera su soberanía en la naciente ciudad de Antofagasta, la calle "Condell" se le conocía como calle "Santa Cruz", rindiendo tributo al mariscal y protector del país del altiplano.

En los años previos a la guerra, era conocida como la calle "patricia". Allí se hallaban los más importantes locales comerciales. También estaban los juzgados, donde se ventilaban los embrollos, pleitos y causas referidas a la propiedad salitrera. Allí estaba la imprenta que publicaba el diario "El 14 de febrero" cuyo propietario era Quiterio Cabrera. Y en la misma calle, vivía el alcalde modelo, Maximiliano Poblete, que tenía como vecino al también destacado historiador Isaac Arce Ramírez. En "Condell" se asentó la Sociedad Yugoslava, con su bomba incluida. También la casa de fuerza de la "Conafe" y una industria refinadora de azúcar, entre otras entidades y propietarios civiles.

Hoy el cambio es horroroso. Esa arteria es un punto de alto riesgo en horas de la noche. Proliferan los negocios de dudosa reputación, donde merodean individuos de baja estofa y peor calaña. Parece curioso, pero los propios antofagastinos evitan transitar por esa calle, para no verse afectados por situaciones incómodas, por decir lo menos.

Entonces cabe preguntarse. ¿Cómo llegamos a esta situación? ¿Quiénes son los responsables? Quienes fueron el alcalde y los concejales que votaron apoyando la idea de convertir esa calle en un "barrio rojo", en el corazón mismo de Antofagasta? ¿Alguno de aquellos ha sido reelecto?

La ciudad está herida. Y los responsables de provocar esta vergonzosa llaga, o se esconden o niegan su autoría. Pero están las actas municipales. La ciudadanía merece conocerlos. ¿Darán la cara?

Jaime N. Alvarado García

Obra de teatro mostrará el lado más humano de la inmigración

MONTAJE. Compañía de la Universidad de Antofagasta estrenará el próximo 28 de julio su más reciente trabajo centrado en el fenómeno migratorio.
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Con el énfasis puesto en un tema tan cercano y discutido para los antofagastinos como lo es el fenómeno de la inmigración, la Compañía de Teatro de la Universidad de Antofagasta prepara el estreno de su último montaje "Frágil" (título tentativo).

La obra a cargo del director invitado Ronald Cortés, se enmarca dentro del convenio de colaboración que Minera Escondida firmó con la casa de estudios superiores, el que apunta a apoyar el desarrollo de tres obras de teatro, que digan relación con un trabajo de investigación social e histórico, bajo la premisa de fortalecer el patrimonio y la identidad local y regional.

"Este es el segundo montaje del proyecto que estamos trabajando con el apoyo de Minera Escondida y que comenzó el año pasado con el estreno de la obra 'La Plaza del Olvido'. Este es un convenio que exige un trabajo de investigación sobre temas que tengas que ver con la historia e identidad de la región y que invite a la reflexión", sostuvo Raúl Rocco, director de la Compañía de Teatro de la UA.

Tres historias

Para este montaje la compañía contará con la participación del director antofagastino invitado, radicado en Santiago, Ronald Cortés, quien estuvo a cargo del texto dramático de la obra, el que apunta a mostrar al público una inmigración más humana, alejada de la crónica roja y la criminalización.

"Algo muy importante sobre esta obra es que estamos viendo la inmigración como consecuencia de un sentir íntimo que la origina. Y ese sentir íntimo sería el deseo de bienestar que tenemos todos los seres humanos. Desde ese punto de vista la inmigración se vuelve humana y se sale de esta mirada criminalizada que hoy en día pesa sobre la inmigración, permitiendo tener un acceso a esta idea de inmigrar que lo hacemos todos el tiempo, que es lo que esta obra intenta reflejar", enfatizó el director teatral.

En cuanto a la puesta en escena y el contexto en el que se desarrolla la obra el director explica que, "el montaje tiene un formato de cuadros dramáticos que conforman una gran obra unidos por la tema de la inmigración. En estos doce cuadros hay tres historias que cruzan la obra. Por una parte tenemos la historia del inmigrante que llega un país que no es el suyo. Por otra lado, tenemos la historia de qué pasaría si los antofagastinos tuviéramos que inmigrar, planteando como ficción qué pasaría si se acaba el cobre. Y por último otra historia muy potente que tiene que ver con entender que la inmigración se usa muchas veces como un veto para ocultar otras realidades, como por ejemplo la trata de personas", aclaró.

El elenco que compone esta nueva propuesta teatral de la compañía universitaria está integrado por los actores Jorge González, Ximena Cancino, Ángel Lattus, Pamela Meneses y Raúl Rocco. A este reparto de consagrados actores se suman otros cuatro invitados.

"Toda la obra está cruzada por un componente fundamental que es el amor. Del deseo de ver al otro, de legitimar al otro, de valorar la presencia del otro, de saber que no todos discriminamos y que eso no sale en ninguna parte. Eso es lo que nosotros hemos querido resaltar. Es una obra para decirle a la gente que no discrimina que sigan adelante y para la gente que ha naturalizado el proceso pueda reflexionar sobre el tema y pueda entender que la inmigración no es el problema propiamente tal, entendiendo que hay un porcentaje mínimo que acarrea una problemática", explicó el director antofagastino.

Teatro local

Por último, consultado por la relevancia que implica el que las compañías de teatro asuman un rol activo dentro de la sociedad haciendo visibles sus problemas el director del montaje sostuvo que, "para mi es fundamental. Si algo le pasó al teatro en algún momento es que se fascinó con la estética y la forma, alejándose de lo que a la gente le importa ver. En ese sentido, creo que reivindicar el lugar donde yo decido hacer arte para mi es súper importante. Nos empezamos a llenar de cosas que venían de afuera que eran muy bonitas, pero que poco tenían que ver con las cosas que le pasaban a la gente de Antofagasta. Por esencia el teatro se ha hecho cargo de eso siempre. Entonces instalarlo desde una reflexión que permita ampliar la toma de conciencia de ciertos temas, me parece que el teatro con la libertad que tiene de sentar un punto, me parece que es fundamental", acotó.

"Algo muy importante sobre esta obra es que estamos viendo la inmigración como consecuencia de un sentir íntimo que la origina".

Ronald Cortés,, director de la obra"