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Un tiempo de opiniones políticas

La falta de consensos, de un proyecto país es bien evidente, bien categórico. Chile ha tenido éxito por hacer las cosas bien y por conseguir grandes acuerdos. Hay que aceptar -en especial la clase política- que hoy su debate es ramplón y torpe. No habla de futuro, no está preocupado de lo que viene, pero debe declararse para comenzar a mejorar y ofrecer algo al país.
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Es evidente que la elección presidencial anterior, entre la actual Presidenta Michelle Bachelet y la actual alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, fue la más política de las últimas décadas. Mirando hacia atrás, es muy probable que sólo los comicios entre el exPresidente Patricio Aylwin y Hernán Büchi concitaran tal nivel de diferencias respecto a la visión del país.

Y ese ejemplo podría tener más asidero considerando que recién terminaban 17 años de régimen militar y objetivamente estaban en la mesa dos conglomerados con orígenes disímiles. Pero desde entonces entre la fenecida Concertación y la Alianza, fueron muchas más las cuestiones en común, salvo el pasado, específicamente en lo que concernía a lo que había sido el gobierno de Augusto Pinochet.

Incluso el gobierno de Sebastián Piñera no tuvo un sello disímil a las anteriores administraciones de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet en su primer período.

Pero en la elección de 2014, y a continuación con el actual gobierno de Bachelet y la Nueva Mayoría, comenzó a apreciarse una fuerte componente política distinta. Definitivamente una lectura del país -a ratos opuesta- a lo que fue la transición.

Quizás por ello, las opciones que hoy están de cara a La Moneda tienen importantes diferencias entre sí. Y esto es bastante inédito. Estamos apreciando visiones de país y propuestas disímiles, que remarcan el momento político que hoy vivimos.

Si antes los programas de la centroizquierda y la centroderecha eran bastante coherentes, ello parece hoy cada vez más alejado.

Es interesante preguntarse ¿qué viene entonces?

Naturalmente dependerá de qué seamos capaces de ofrecer en nuestras conversaciones, de nuestra capacidad para coordinarnos y de ver el mundo, lo que ocurre allí para sintonizarnos con los contextos.

Chile pudo llegar a acuerdos en transformaciones que eran necesarias y para lo cual hubo consenso, eso es lo que ha permitido mejorar en prácticamente todos los indicadores. La actual división y falta de escucha es una consecuencia de los tiempos, pero una pésima señal para el futuro y el anhelado desarrollo.

Futuro inspirador

"Las personas, formadas y calificadas con los mejores estándares, serán la base de la sustentabilidad regional".
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Desde el reconocimiento y valoración del mineral en la tierra hasta el producto exportable, se desarrolla el vínculo enriquecedor hombre-naturaleza, desde donde emergen la infraestructura, servicios básicos y el conocimiento constructor de nuevas realidades. En esta relación y proceso virtuoso, encontramos la síntesis de la explicación de nuestro presente y, lo más importante, la estrategia para la construcción de la nueva Antofagasta: diversificada, integrada, sustentable.

Algunos sueños de nuevas realidades…

Seremos líderes en energías renovables con el estandarte de la energía solar. Esta nueva energía, eficiente y amiga del medio ambiente, aportará a la competitividad productiva, los hogares y a la integración subregional.

Muy atrás quedará la amenaza de la aridez. Desde los usos directos y desalados de agua de mar para la industria del cobre, se consolidará un sistema de tráfico hídrico que integrará al mar, el desierto y las comunidades con su circulación azul y codificada, asegurando calidad y perpetuidad.

Nuestras carreteras, integrando los sectores productivos con el sistema portuario y logístico, serán un flujo permanente de mercancías, personas y culturas y, nos posicionarán como un musculoso nodo integrador intercontinental.

Con inteligencia y tecnología controlaremos la producción marina maximizando la eficiencia e impacto ambiental. La acuicultura será un nuevo sector productivo exportador y la base de la alimentación saludable de la familia.

Las personas, formadas y calificadas con los mejores estándares, serán la base de la sustentabilidad regional. Los especialistas, innovadores y emprendedores serán líderes provocadores que atraerán a esta tierra el debate y disrupción en la frontera del conocimiento. Estos turistas del conocimiento, la cultura y la aventura, recorrerán los insólitos y bellos paisajes del desierto de Atacama y disfrutarán de una oferta especializada.

Los radio telescopios y telescopios de los llanos precordilleranos y costeros, integrados al trabajo de los jóvenes científicos regionales y mundiales, nos irán acercando cada vez más a las luces, sombras, vecinos, riesgos y oportunidades del más allá. Las conexiones neuronales de nuestros niños y niñas se irán desarrollando intencionadamente desde el vientre materno para alcanzar todo su diverso potencial. Será una realidad nuestro actual sueño de ser "líderes en educación inicial". El deporte, el arte, la técnica y la ciencia serán la base de jóvenes protagonistas del desarrollo económico, social y político de su propia comunidad.

La Región de Antofagasta será una red de ciudades de inteligencia integrada para y desde los recursos naturales. Una región donde se desarrollará armónicamente el trabajo intensivo en conocimiento con la calidad de vida, todo bajo el clima templado del sol y las brisas marinas y del desierto.

Fernando Cortez Guerra

Gerente general Asociación de Industriales de Antofagasta

Innovar para mantenernos competitivos

"Se deben tomar medidas que incentiven y apoyen a los emprendedores a arriesgarse para generar nuevos negocios".
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Recientemente se dieron a conocer dos indicadores económicos que encendieron las alertas. El Informe de Política Monetaria (IPoM) presentado por el Banco Central informa que la actividad económica crecerá entre 1 y 1,75% este año. Por otro lado, el Imacec, informó que la cifra aumentó en abril sólo un 0,1%, principalmente por la menor cantidad de días hábiles y el negativo desempeño que mostró el sector minero. A modo de complemento es relevante recordar que el Foro Económico Mundial informó, por tercera vez consecutiva, que Chile registró un nuevo retroceso en el ranking de competitividad, lo que llevó a la entidad a hacer un llamado a nuestro país para que analice de manera profunda cómo mejorar nuestra productividad y lo urgente que se torna trabajar en una matriz productiva diversificada, tecnológica y enfocada en la generación de mayor valor agregado.

Para nadie es una sorpresa la gran correlación que existe entre el desempeño de la minería con las cifras de crecimiento que termina mostrando el país. Por lo mismo, es claro que cualquier cambio que se haga, en términos de mejorar la competitividad de la industria, debiese generar un impacto importante en la actividad económica. Cabe destacar que transversalmente la única forma reconocida para mejorar la competitividad de forma acelerada en un país es la innovación.

Acá nos encontramos con la primera piedra de tope, porque tenemos todo el potencial para mejorar áreas y procesos de la minería, en pos de incrementar la competitividad pero aún estamos estancados en los pocos espacios y oportunidades que le damos a nuestros emprendedores para que innoven de manera abierta y sistemática.

El Estado y las compañías mineras deben entender que la innovación está en el corazón del negocio y deben abrazarla desde sus bases. Esta es una oportunidad para dar este gran paso de la mano de los emprendedores.

Mientras más emprendedores se encuentren solucionando problemas, desarrollando tecnologías o modelos de negocios innovadores para las industrias, mayores serán los aportes a la productividad del país y además generarán más espacios para dar viabilidad al desarrollo de nuevos proyectos, con la respectiva generación de empleos que ello conlleva.

Se deben tomar medidas a corto plazo que incentiven y apoyen a los emprendedores a arriesgarse para generar nuevos negocios. Se pueden levantar más líneas de financiamiento que ayuden a costear sus innovaciones más riesgosas, generar incentivos tributarios, ayudarlos desde la industria para mostrarles las necesidades y desafíos del sector o crear estamentos para fomentar su internacionalización como existen en Canadá o Australia.

Son muchas cosas las que todavía se pueden hacer, pero lo primero es contar con voluntades reales por parte de autoridades, legisladores, reguladores y personeros de la industria, para que pasemos de los discursos a la acción y Chile retome el camino del liderazgo generando saltos importantes en materia de desarrollo económico, lo que se traducirá en una mejor calidad de vida para todos los chilenos.

José Manuel Correa

Gerente Endeavor Atacama