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Vehículos están aplastando los primeros brotes de flora en cerros antofagastinos

DAÑOS. Sector de Chanida es uno de los más perjudicados por la irresponsabilidad de jeeperos.
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Cristian Ascencio Ojeda

Las lluvias que cayeron sobre Antofagasta durante la noche del 7 de junio propiciaron que los cerros desérticos de la ciudad nuevamente estén floreciendo. De hecho, desde la ruta Antofagasta-Mejillones ya se nota cómo los faldeos están adquiriendo una tonalidad verde.

El espectáculo natural debería llegar a su máximo esplendor en septiembre, pero la irresponsabilidad de algunos está cortando este ciclo y poniendo en peligro frágiles especies.

El sector Chanida, en el límite urbano norte, es una muestra de ello. Cientos de huellas recientes de ruedas de vehículos 4x4, principalmente jeeps y cuadrimotos, denotan como el sector sigue siendo utilizado para jeepear, a pesar de los brotes de flora.

El Mercurio de Antofagasta visitó esa zona durante la mañana de ayer, junto al presidente de la agrupación Caminantes del Desierto, Mauricio Quezada, y comprobó en terreno cómo los plantas han sido aplastadas por los vehículos. "Si uno se fija en las huellas de los jeep, ahí no crece nada más. La gente tiene que darse cuenta que este es un ecosistema frágil, con semillas que esperan décadas por la humedad necesaria para volver a crecer", explica Mauricio Quezada.

Y los vehículos no son la única amenaza sobre el fenómeno del florecimiento. Tanto en la ruta como en los mismos cerros de Chanida abundan los basurales clandestinos, principalmente con desechos de construcción.

Especies

Entre las especies que ya se pueden apreciar en los cerros de Chanida, están la argylia (fotografía superior derecha), la Nolana elegans, la cristaria, la tiquilia (fotografía inferior derecha) y la oziroe. Además también ya se ven algunas mariposas, escarabajos, grillos y muchas lagartijas.

Mauricio Quezada explica que los Caminantes del Desierto han detectado sobre 100 especies distintas de plantas. "Esta flora es muy importante porque preserva una pequeña fauna que ya la estamos empezando a notar. En agosto, septiembre y octubre esto ya va a estar en su completo fulgor. Los cerros se van a ver blancos por la presencia de la especie más característica (de las floraciones antofagastinas), la Nolana elegans".

Según Quezada, si el verano es muy caluroso, las flores van a estar secas en enero. "Pero lo que nos interesa que se mantenga es el germoplasma. Es decir, que las flores logren germinar, se polinicen y originen semillas, para que esto vuelva a ocurrir en los próximos años".

Por lo anterior, Quezada recalcó que los antofagastinos deben proteger la cordillera costera. "La principal amenaza sobre estas especies somos los humanos. Caminar sobre estos cerros ya produce un daño, y puedes ver como los vehículos han destruido sectores. Con sólo la cuarta parte de la población de Antofagasta visitando este fenómeno, se nos acaba".

Recomendaciones

Los Caminantes del Desierto efectuaron una serie de recomendaciones para los antofagastinos que -inevitablemente- acudirán hasta los cerros a ver las floraciones. Estas son: no cortar las flores, no perturbar la fauna del lugar, no dejar basura; si va en vehículo, dejarlo estacionado a una distancia prudente y por ningún motivo ingresar con él a los sectores con plantas; no llevar animales domésticos pues pueden agredir o transmitir enfermedades a la fauna silvestre, como los zorros; y educar a quienes necesiten entender la importancia del resguardo patrimonial.

"Si vemos a alguien corriendo con una cuadrimoto en medio de las plantas, lo más adecuado es decirle que lo que está haciendo está provocando un daño", sostiene Mauricio Quezada.

"La gente tiene que darse cuenta que este es un ecosistema frágil, con semillas que esperan décadas por la humedad necesaria para volver a crecer".

Mauricio Quezada,, presidente agrupación, Caminantes del Desierto"