Selección chilena de fútbol
Los resultados de La Roja son el fruto de un trabajo planificado en años más el talento de los integrantes de este equipo que funciona como conjunto. Hay mucho que aprender de la Selección. Es, sin duda, un gran ejemplo de que los éxitos llegan cuando las cosas se hacen bien; no se improvisan, no son cuestiones de suerte, sino de mucho trabajo.
"Al final, si no nos apoyamos entre todos los chilenos, nadie lo hará por nosotros... Vendrán otras generaciones y espero poder disfrutarlos, apoyarlos y querer lo mejor para ellos, tal como nosotros lo hacemos para ustedes. Vamos Chile".
Este fue parte del mensaje que Alexis Sánchez emitió esta semana luego del triunfo del seleccionado nacional ante Portugal, otra victoria más de un equipo que ha roto todos los supuestos y ha cambiado la historia del balompié con sus victorias.
En poco más de 100 años de desarrollo, el fútbol nacional, tiene muy poco que exhibir. Hasta antes de 2015, no sumaba ningún campeonato en un torneo oficial; apenas un tercer lugar en la Copa del Mundo jugada en nuestro país en 1962 y clasificaciones a certámenes en Sudáfrica, Francia, España y Alemania, entre otros.
Esto cambió con esta generación, que por vez inédita tiene pergaminos reconocidos mundialmente en resultados y jugadores que participan de las ligas más competitivas del planeta, como el caso de Alexis Sánchez, en Inglaterra; Arturo Vidal, en Alemania, Gary Medel, en Italia y otros tantos.
Pero más que lo anterior -y esto nos parece lo más relevante- este resultado es el fruto del trabajo bien hecho durante años, lo que se suma al talento de los integrantes de este equipo. Pero en especial, de lo primero. La labor realizada por José Sulantay, Marcelo Bielsa, Jorge Sampaoli y hoy por Juan Antonio Pizzi ha sido serio y relativamente coherente.
Eso ha sido clave para darle consistencia a los anhelos de los seleccionados: convertirse en los mejores.
El caso del tocopillano Alexis Sánchez es paradigmático. Él ha insistido que quiere ser el mejor del mundo, lo mismo repite Vidal y sus sueños de ganar todo lo que tenga por delante. Cuando los chilenos hacemos las cosas bien, eso tiene resultados. Lo podemos ver en distintos ámbitos de nuestra vida. Eso se ha repetido con la Selección, donde los triunfos no son la consecuencia del mero anhelo o el voluntarismo, sino de un trabajo programado, serio, de un trabajo en equipo, cuestión clave para el mundo de hoy.