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La Literatura de Armas en Chile se inicia en los instantes mismos de la Conquista, con el impulso creador de don Pedro de Valdivia y del poeta don Alonso de Ercilla y Zúñiga.

Escritores coloniales mayores, como don Francisco de Pineda y Bascuñán, fueron militares que movieron, con dignidad, la espada y la pluma. La herencia fue de responsabilidad para los que, más tarde, ocuparían espacio en la historia nacional.

Cuando, en el siglo XIX, la guerra obligó a nuestro país a la toma de armas, periodistas y escritores chilenos contaron con rigurosa verdad cada paso de nuestro Ejército. En 1879, la Literatura Militar Chilena se enalteció con Daniel Riquelme, documento vivo de la gesta patria, y sus relatos de heroísmos, ternuras y picardías de esos "rotos" que llevaron el Tricolor de trinchera en trinchera y de victoria en victoria, cantando a la Vida y a la Muerte.

"Cuando avanzan los chilenos, / avanzan con la bandera, dejando en cada trinchera / su gran corazón entero"

La valía de nuestros soldados escritores se levanta en Olegario Lazo Baeza, uno de cuyos cuentos, "El Padre", ocupa lugar de preferente admiración.

Otros escritores se deciden por la literatura guerrera: Jorge Inostroza, iquiqueño nacido en 1919, destaca, con su novela histórica "El Séptimo de Línea", verdadera Biblia del ímpetu patrio durante "el 79". Enrique Lafourcade ha dicho que, aquí, Inostroza exhibe los esplendores de la Historia de Chile.

Inostroza elevó al soldado chileno a sitiales de gloria, trazando el cuadro de su bravura, como ejemplo del ser chileno en su amor patrio.

Para los antofagastinos, "esmeraldinos" desde 1896, la novela de Inostroza es una honra, puesto que exalta el ardor de su querido Regimiento, recordándonos cómo se forjó en fuego y en conciencia de servicio a Chile.

El sargento Luis Mancilla compuso "Adiós al Séptimo de Línea", legándole a los chilenos la emoción de aquella hora de sangre y de nostalgia. Cuando lo escuchamos, sentimos que todos los "esmeraldinos" de 1879 pasan bizarros, envolviéndonos en su nobleza.

Andrés Sabella, 7.6.1983

Museo Artequin, un nuevo espacio para reencontrarse con el arte

PANORAMA. Ubicado en Inacap en el sector norte de la ciudad, cuenta con una amplia colección de obras, visitas guiadas y talleres educativos.
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Un nuevo espacio dedicado al arte y la cultura se suma al circuito antofagastino. Se trata del Museo Artequin, un proyecto educativo que tiene la difícil misión de incentivar la apreciación del arte y la creatividad al público infanto/juvenil.

Esta es una iniciativa que surgió hace 15 años en Santiago y que hoy cuenta con sedes en Viña del Mar, Concepción, Los Ángeles, y desde hace dos meses en Antofagasta.

"Artequin nace como proyecto en Santiago como un museo interactivo y educativo. Desde le año 2002 Artequin comenzó a expandirse a otras regiones del país y Antofagasta es la quinta sede a nivel nacional. En Antofagasta estamos gracias a Inacap que es nuestro sostenedor principal", explicó Carolina Contreras, directora de Museo Artequin Antofagasta.

Colección educativa

La idea del proyecto es permitir a niños, jóvenes y adultos conocer las obras más importantes del arte occidental y experimentar con ellas de manera cercana para entender los procesos creativos, conocer a los artistas y construir en los visitantes un juicio crítico para que cada uno lograra tener su propia mirada.

"Nosotros contamos con una colección educativa, eso quiere decir que realizamos visitas guiadas y talleres donde invitamos al público a vivir una experiencia dentro del mundo del arte. Nuestra colección esta compuesta por 61 reproducciones de la historia del arte en cinco nodos educativos que es paisaje, figura humana, retrato, naturaleza muerta y abstracción", enfatizó Contreras.

Museo Artequin está ubicado en Antofagasta en el sector norte de la ciudad emplazado en un nuevo y moderno edificio con ingreso por el sector oriente de Inacap ( calle Benito Ocampo). En este lugar, además de contar con una amplia colecciones de reproducción de obras, se realizan una serie de talleres educativos para los visitantes.

"Las visitas guiadas consisten en tres instancias. Primero una etapa visual interactiva. Luego se explican tópicos o temáticas sobre la historia del arte. Para finalizar, la visita cierra con un taller práctico. Para nosotros lo más importante es la mediación. Es decir, que los niños y jóvenes aprendan a disfrutar el arte de una manera entretenida", puntualizó la directora del museo.

El equipo profesional a cargo de Artequin está compuesto por cuatro profesoras especializadas en historia del arte. Actualmente el recinto funciona de lunes a viernes, de 10 de la mañana a 17 horas. Para el segundo semestre del año tiene contemplado extender su horario a los días sábados. Para visitar el museo es necesario agendar a través de la página www.artequinantofagasta.cl.

"Durante estos casi dos meses de funcionamiento Artequin ha generado muy buenas expectativas, sobretodo en los colegios. A la fecha hemos recibido más de 50 visitas guiadas y más de 1.500 visitantes", afirmó Carolina Contreras.

Inclusión

Además en su política de inclusión, Artequin diseñó recorridos para incluir a las personas con capacidades diferentes en las visitas guiadas y en los talleres.

Para ello Artequin aplica su metodología de enseñanza, adecuando los materiales y la implementación con el objeto de satisfacer los requerimientos específicos de cada grupo. Se inicia con una experiencia emocional para dar paso a una actividad práctica.

El edificio cuenta con un piso y rampas de acceso para permitir la circulación de personas con necesidades especiales.

reproducciones de reconocidas obras de arte componen la colección del Museo Artequin Antofagasta. 61

a nivel nacional se han abierto desde 1993: Santiago, Viña del Mar, Concepción, Los Ángeles y Antofagasta. 5 sedes