"No me interesa vivir en Calama, ni siquiera en Antofagasta, aunque llevo diez años trabajando en distintas faenas en esta región; mi familia ni siquiera sabe cómo es aquí, prefiero que sigan en Concepción. Allá hay buenos colegios, áreas verdes. ¿Qué van a hacer acá?".
Ricardo presta servicios a una prestadora de servicios del MOP y es uno de los tantos miles de conmutados o "7x7", es decir, aquellos empleados que trabajan en nuestra zona, pero viven en otras regiones.
El fenómeno es inmenso y está asociado a un tipo de contrato que permite siete días de trabajo por igual número de días de descanso. La minería es el gran usuario del sistema, pero no el único, ya que otras actividades también lo han sumado ante la carencia de mano de obra calificada en la zona.
Problema
Pero el fenómeno tiene enormes costos económicos para la región. Entre $900 y $2.000 millones anuales pierde la Municipalidad de Antofagasta directamente por este tipo de trabajadores. La cifra se desprende del estudio "Pérdida de recolección de impuestos territoriales producto de la conmutación interregional", elaborado por Dusan Paredes, director de Economía de la UCN y Juan Páez, asistente de la investigación.
El mismo está referido a lo que el ayuntamiento deja de percibir por pago de impuesto de bienes raíces, recursos que van directamente a sus arcas y son de libre disposición. Esa cifra se suma a lo que la región pierde en materia de salarios y que ascendería a unos US$ 895 millones al año, considerando que este grupo llega a casi 60 mil personas, de acuerdo a la Encuesta Suplementaria de Ingresos 2015 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Esa encuesta dio cuenta que el 20% de la fuerza laboral de la Región de Antofagasta está conformada por trabajadores conmutados, quienes viven en ciudades como Coquimbo, La Serena, Iquique, Santiago y Concepción, entre otras.
A esto se ha sumado el abandono de la región, por parte de muchas familias, debido a los altos precios y la menor oferta de servicios. Vale decir, la oportunidad del "7x7" es un aliciente para cambiar de región, dice Dusan Paredes.
Efecto minero
"Prefiero vivir en Santiago. La empresa me paga los pasajes, allá tengo los mejores espectáculos, voy al estadio, está mi familia, no tengo para qué vivir acá, no gano nada", sostiene Claudio, un ingeniero ligado a la minería.
Hoy la fuerza de trabajo regional está estimada en 291 mil personas (trimestre febrero- abril 2017), de modo que son casi 60 mil personas las que cada siete días viajarían a desempeñar faenas a alguna de las nueve comunas de la región, especialmente aquellas mineras, como Sierra Gorda, Antofagasta y Calama.
La cifra es sorprendente considerando que la actividad minera genera unos 46 mil empleos directos en la región, según detalle del INE. Pero está claro que ese tipo de contrato no es propiedad exclusiva de esa actividad.
Dusan Paredes explicó que este tipo de fenómeno es propio de los sitios donde hay explotación de recursos naturales, especialmente los mineros y al analizar las razones por las cuales los habitantes no se quedan en las ciudades donde trabajan, aparecen dos factores: costo de la vida y entorno geográfico, los cuales son difíciles de modificar.
"Lo que sí es modificable es la disposición de bienes públicos, por ejemplo como lo ha hecho La Serena. Eso es central para que la gente se quede", explicó.
Pero el cambio de turnos del sistema "4x3" al "7x7" que ha resultado beneficioso para las compañías en términos económicos y de productividad, ha sido nocivo para la consolidación de las ciudades locales, afirma Paredes.
Esta merma se produce directamente sobre los citados ingresos que dejan de gastarse en las ciudades y sobre los impuestos territoriales percibidos por el municipio y que en este ítem llegan a un 30% del total (el resto se construye sobre las patentes comerciales y permisos de circulación, entre otros).
Impuestos
"Antofagasta está mejor, mucho mejor que hace 15 años, pero aún le falta. Yo estoy separado, tengo hijos pequeños y si me viniera los dejaría de ver. Tampoco me los puedo traer. Es rico el clima, pero no es suficiente, falta más desarrollo, más playas, más verde", apunta Felipe, otro ingeniero ligado a la minería.
Los impuestos territoriales son requeridos en el caso de los inmuebles no agrícolas con avalúos superiores a los $22.394.368 al segundo semestre del año 2016, según datos del SII. De acuerdo al estudio de la UCN, prácticamente la totalidad de los conmutantes cancela ese impuesto en otras parte de Chile, considerando que registran ingresos anuales promedio de $10 millones.
"Esos pagos no son realizados en la comuna de Antofagasta y esa menor recaudación, entre 2009 y 2015 está entre los $900 y $2.000 millones anuales. Entonces, además de perder población, se pierde dinero que podría invertirse para hacer nuestras ciudades más atractivas. Es una pérdida construida a costa de un ahorro para el sector privado", advirtió el académico.
Esta semana, por ejemplo, este Diario dio cuenta que el 90% de los antofagastinos tiene "bajo o nulo" acceso a áreas verdes, de acuerdo a un análisis del Centro de Políticas Públicas de la PUC. Con más recursos, aquello podría revertirse, insiste Paredes, para quien el sistema de turnos "7x7" hace que la cifra de conmutantes siga incrementándose.
Por eso se estima que el municipio de la capital regional ha perdido entre un 20% y un 35% de lo que podría obtener específicamente por pago de bienes raíces.
"Ya estás perdiendo el efecto multiplicador del gasto por los ingresos, que es tremendo. Te estás perdiendo los impuestos de bienes raíces, que a diferencia del Impuesto a la Renta, es dinero fresco para las municipalidades. Además se erosiona el imaginario social colectivo, en el sentido que no generas ámbitos de pertenencia. No hemos dimensionado el daño que hace esta política a las comunas. Fue una decisión, al menos, no evaluada técnicamente", concluyó Paredes.
Dusan, Paredes, director de Economía UCN"
"No hemos dimensionado el daño que hace esta política a las comunas. Fue una decisión, al menos, no evaluada técnicamente"."
de la fuerza laboral de la Región de Antofagasta está compuesta por trabajadores conmutados. 20%
a $2.000 millones estaría perdiendo la Municipalidad de Antofagasta por no ingreso de impuestos. $900