Carlos León vive "Todavía"
Jugando con los nombres de los libros de este escritor es que su amigo Andrés Sabella lo homenajeó poéticamente: 'Fue "Sobrino Único", disfrutó de "Viejas Amistades", conoció la medida del "Sueldo Vital", y, varón de rango humano extraordinario, se atrevió a mostrar lo que son los "Hombres de Palabra"'.Carlos León Alvarado nació en "el pequeño, alegre y despreocupado puerto de Coquimbo" (como él lo describía) el 2 de junio de 1916. Sin embargo, podríamos decir que aún vive en el Barrio El Morro de Iquique, Calle Covadonga 956, donde pasó su adolescencia. Fue alumno del Liceo de Hombres. Disfrutó de la amistad de la gente del barrio y les legó una novela muy leída por los adolescentes iquiqueños de fines del siglo XX: "Todavía". Luego de leerla, preguntaban si acaso el barrio existía aún, o lo visitaban, para comprobar, si las descripciones eran fidedignas. Uno de varios aportes simpáticos de "Todavía" a la historia de la ciudad, es que recoge tradiciones locales. Entre ellas, las competencias de volantines: "A todo esto, el cielo de Iquique se había constelado de volantines, pavos, bolas, estrellas, cometas, que mostraban, en alegre conjunción, todos los colores del espectro." Y aquella otra (hoy considerada políticamente incorrecta) de poner sobrenombres a los varones. Algunos "serios" como "Cotter", y otros más imaginativos pero burlescos, como "Boyled egg", "El negro copihue", "Catorce pistolas", "El pata de tranca", "El Pilaruca" y más…
Curiosamente, entre los críticos, comentaristas e incluso, literatos contemporáneos de Carlos León, no se encuentran críticas negativas ni tampoco antipatías hacia su persona. Tampoco se le conocieron enemigos. Su cordialidad era proverbial y su amistad muy apreciada.Otros libros de Carlos León, como Algunos días de 1977 y El Hombre de Playa Ancha de 1984 describen la vida de barrio en Valparaíso, ciudad donde terminó sus días. En 1980 fue reconocido por la Academia Chilena de la Lengua, lo invitaron a ser parte de ella y le otorgaron el Premio Joaquín Edwards Bello.
Cecilia Castillo