La última cuenta de la Presidenta Michelle Bachelet ante el Congreso dejó bien en claro que la administración es notoriamente distinta a las cinco anteriores desde que fue recuperada la democracia.
Si el mensaje pudiera resumirse en una frase, esta podría ser la "importancia histórica" que la Mandataria le atribuye a las reformas impulsadas y la necesidad de proyectarlas en el futuro, con el objetivo de "asegurar un país más con mayor justicia y equidad".
Poco hubo de los resultados económicos y empleo, donde los números están al debe. Asimismo, bien vale la pena preguntarse qué reformas estructurales -pensando en el Chile de las próximas generaciones - fueron establecidas. Ninguna, igual que en el gobierno anterior del exPresidente Sebastián Piñera, donde tampoco se observaron propuestas sustantivas de largo plazo.
Queda cierta impresión que desde 1990, los tres primeros gobiernos diseñaron e hicieron las fundaciones de lo que es el Chile de hoy, a partir de lo cual tuvimos ejecutivos que han recibido los beneficios, pero no han hecho lo suficiente para generar nuevos saltos hacia el desarrollo. A modo de ejemplo, desde el 90, pasamos de una pobreza superior al 40%, a una acotada al 10%, con 1,2 millones de estudiantes de educación superior, con una multiplicación de las exportaciones, de los salarios.
Por ello son discutibles varias de las aseveraciones de la Mandataria. Sostener que uno de los problemas principales se vincula a una sociedad "que mantiene las inequidades y los privilegios" o que "impera la pura lógica de mercado", es cuestionable como centro de un análisis, aunque efectivamente deba ponerse acento en resolver temas clave en salud y educación.
Ciertamente Chile ha cambiado, pero las demandas no son aquellas que reiteró Bachelet, sino que son las propias de ciudadanos globales, que han crecido en modernidad. Es por esto que puede sostenerse que ante un diagnóstico parcialmente equivocado, consecuencialmente también lo fueron los remedios aplicados.
En esa perspectiva, suponer que los cambios ofertados eran los más necesarios y urgentes es materia para debatir, por cuanto no dicen relación con los requerimientos de un país más complejo e interconectado, ni menos con un mundo que está en un proceso de transformaciones demasiado relevantes.