90% de los antofagastinos tiene nulo o bajo acceso a áreas verdes
CIUDAD. Estudio realizado por la PUC fija en apenas 1,3 los metros cuadrados disponibles por habitante, muy lejos del 12,2 que tiene Punta Arenas y de los 9 que recomienda la OMS.
El déficit de áreas verdes que existe en Antofagasta nuevamente salió a relucir en un estudio realizado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica.
La investigación midió la disponibilidad de espacios en seis centros urbanos del país (Antofagasta, La Serena-Coquimbo, Gran Valparaíso, Gran Santiago, Gran Concepción y Punta Arenas), estableciendo que la capital regional es, lejos, la que presenta las mayores carencias y, peor aún, la que tiene peores expectativas de superar brechas a corto y mediano plazo.
Según el estudio, en la ciudad apenas existen 1,3 metros cuadrados (m2) de áreas verdes por habitante, cifra que contrasta con los 12,2 m2 que ostenta Punta Arenas -que es la urbe mejor posicionada en el informe-, o los 9 m2 que recomienda la OMS.
Con este bajo per cápita no extraña que Antofagasta además sea la zona con la mayor cantidad de población sin acceso o con acceso restringido a este tipo de equipamiento.
Los datos indican que el 28,8% de los antofagastinos tiene nulo acceso a espacios verdes, mientras que para otro 60,7% el nivel de acceso es bajo. Por el contrario, sólo un 5% de la población tiene acceso medio y 5,5% alto.
En comparación, en el Gran Santiago más de la mitad de la población 55,6% tiene acceso medio o alto a áreas verdes, y en el Gran Concepción la suma de ambos indicadores llega al 70,8%.
La situación de Punta Arenas escapa a completamente a la realidad a local y nacional, pues en ese extremo del país el 93% de los habitantes tiene un alto nivel de acceso a este tipo de espacios y 6,3% acceso medio, es decir, prácticamente no hay habitante que no tenga parques, plazas o jardines en su entorno inmediato.
Proyecto
El estudio fue realizado en el marco del proyecto Ciudad con Todos (CnT), liderado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, con el fin de contribuir a lograr ciudades con mejor calidad de vida y más productivas.
La investigación explica que la baja accesibilidad puede deberse a que las redes viales no conectan con las áreas verdes existentes, o bien a que simplemente no existen espacios de este tipo en el radio de influencia analizado.
En el caso local, la explicación va por el lado de la ausencia de estos espacios.
Pía Mora, coordinadora del proyecto Ciudad con Todos, explicó que la desmejorada situación de Antofagasta está muy influenciada por los factores climáticos (la disponibilidad aumenta a medida que se avanza hacia el sur), pero también por la escasez de terreno para desarrollar proyectos de áreas verdes.
A esto sumó el fuerte proceso de densificación que ha venido registrando Antofagasta los últimos años, con gran construcción de edificios que no aportan espacios de este tipo a la ciudad.
En este sentido, la investigadora citó un estudio realizado por Astaburuaga & Grandón en 2016, el cual precisa que el 91% de los hogares construidos en Antofagasta entre 2013 y 2015 fueron departamentos, con una altura promedio de los edificios de 14,5 pisos.
"Veo que cada vez hay mayor presión a través de estos procesos de densificación en altura sobre las áreas verdes, porque además hay poco suelo disponible para hacer más áreas verdes", argumentó.
En cuando a las consecuencias de este déficit, la investigación advierte que las áreas verdes cumplen funciones sociales, ambientales e incluso económicas (elevan la plusvalía), de ahí que su ausencia sea un tema relevante.
"Si no hay áreas verdes, o si estas áreas verdes no son de calidad, estas funciones no se pueden cumplir", explicó la encargada del estudio.
Hay que precisar que otras investigaciones sugieren que áreas verdes de calidad tienen efectos positivos en la salud mental e incluso reducen las cifras de delincuencia.
Brechas
Respecto a la evolución de las brechas la investigación concluye que Antofagasta es la ciudad que se encuentra en peor situación, tanto en el corto, como mediano plazo.
A partir de una línea base de 1 m2 por habitante, se deduce que sólo un tercio de la población tiene acceso a este mínimo actualmente, en circunstancias que todas las demás están sobre el 80%.
Para el mediano plazo, en tanto, se fija un estándar de 1,3 m2 por habitante y un cumplimiento incluso levemente inferior, de 28,2%.
El seremi de Vivienda y Urbanismo, Mauricio Zamorano, compartió el diagnóstico, pero explicó que para avanzar en disponibilidad de áreas verdes es fundamental resolver primero el tema del riego, que es uno de los grandes frenos a la construcción de espacios.
En esto -dijo- es relevante el proyecto de instalación de mini plantas de reciclaje de aguas que se trabaja junto al Creo Antofagasta y que ya está en etapa de firma de convenios.
Por su parte, el arquitecto Emile Ugarte, planteó que Antofagasta debe apostar al desarrollo de su borde costero como su principal área verde, junto a proyectos de arborización que contribuyan a generar corredores verdes a lo largo de la ciudad.