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Inversiones que transforman

"Entre el 2012 y 2016 logramos diseñar y ejecutar la mayor cartera de proyectos que nuestro municipio ha desarrollado".
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Hace cuatro años, Antofagasta comenzó una nueva época, cargada de visión, sueños y motivación para concretar las soluciones a todas nuestras necesidades. Aunque ha sido difícil responder las demandas históricas de nuestra ciudad, en poco tiempo y con acciones a la vista los antofagastinos volvimos a creer en La Perla del Norte.

Entre el 2012 y 2016 logramos diseñar y ejecutar la mayor cartera de proyectos que nuestro municipio históricamente ha desarrollado, con la más alta inversión cercana a los $68 mil millones. Entre los años 2012 al 2015 fue un periodo de sembrar a través de la formulación de proyectos, diseños, apalancamiento de recursos y procesos administrativos, pero el 2016 comenzamos a ver los frutos logrando invertir una suma superior a los $43 mil millones en 69 iniciativas, entre sedes vecinales, multicanchas, plazas, parques, mejoramiento de aceras, pavimentaciones, entre otros, y logrando financiamiento en el 99% del total de la inversión.

Los principales espacios públicos emblemáticos de Antofagasta hoy se están renovando, ejemplo de esto es la reconstrucción del Parque Brasil, el proyecto integral Avenida Arturo Pérez Canto, el Parque Gran Avenida, la construcción del Paseo Peatonal Matta el Odeón de la Plaza Colón, la reposición de aceras y plazas en el Barrio Estación, habilitación plazas y áreas recreativas en la población René Schneider, la construcción de la cuarta Casa Comunal de Adulto Mayor en la Población Favorecedora y la remodelación del mirador de nuestro monumento nacional La Portada.

A los anteriores proyectos se suman los que están a punto de comenzar como el nuevo Vivero Municipal, el proyecto integral Jardines del Norte, la ampliación y modernización del Cementerio General y el Parque Perla del Norte.

Todos esos proyectos van de la mano de otras iniciativas que mejoran la calidad de vida y dan un ordenamiento a la ciudad por ejemplo en materia medioambiental con el Centro de Tratamiento de Basura de Chaqueta Blanca, la actualización del Plan Regulador y la construcción de viviendas sociales gestionadas por el Municipio.

Por cada compromiso cumplido nos llenamos de satisfacción porque somos capaces como familia municipal, de demostrar que cuando hay pasión y vocación social por lo que hacemos, podemos convencer con hechos a cualquier persona, independiente de su ideología política, a confiar en la carta de navegación municipal que va en beneficio de todos quienes habitamos esta gran ciudad de Antofagasta.

Karen Rojo Venegas

Alcaldesa de Antofagasta

Palabras del fiscal Jorge Abbott

En la sociedad existe cierta impresión que los llamados "delitos de cuello y corbata" no tienen las mismas sanciones que otros absolutamente menores. "En el caso de colusión, por ejemplo, las multas no las paga el empresario, sino los accionistas de las sociedades anónimas, y en ellas el mayor porcentaje de accionistas son las AFP, que son dineros de los trabajadores".
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En una reciente entrevista el fiscal nacional, Jorge Abbott, comentó aspectos y dificultades en relación al trabajo de los fiscales y ciertas lesiones sobre la fe pública, entre las que incluyó esa suerte de impunidad que hay sobre determinados delitos, que podrían calificarse de "cuello y corbata".

Al menos en esto, el persecutor tiene toda la razón.

"Hay fraudes tributarios muchísimo mayores, que significan infracciones que son mucho más lesivas en términos económicos que las boletas que se extendían para el financiamiento de las campañas políticas", explicó.

Ciertamente el financiamiento ilegal de la política es un asunto grave. Hemos dicho que este tipo de acciones sólo dan cuenta de un golpe severo a la democracia, toda vez que el debate público y la discusión de ideas queda supeditada al poder económico, lo que termina destruyendo los cimientos más elementales de la república.

Pero Abbott se enfocó en esa surte de falta de coherencia que existe respecto del tratamiento de los delitos. Detalló por ejemplo, que si se les pide investigar y sancionar con severidad a personas que cometen un hurto en un supermercado, no es posible que el dueño del supermercado pueda cometer delitos tributarios y los arregle mediante el pago de una multa que encima es una fracción de lo que ha obtenido como beneficio.

Peor aun cuando en el caso de colusiones, por ejemplo, las multas no las paga el empresario o el responsable, sino los accionistas de las sociedades anónimas.

No obstante, aunque es efectivo que hay delitos contemplados en la Ley de Mercado de Valores que tienen penas de cárcel efectiva, queda cierta sensación que no han sido investigados con la severidad que merecen, situación en la que queda cierta impresión de existir un doble estándar dependiendo de quién sea el hechor.

Abbott, en definitiva, se hace cargo con sus palabras de una situación que en la práctica es efectiva y que debe remediarse y sancionarse cuando corresponda, por el inmenso daño que genera a un sistema cuyas bases están en la confianza mutua de la sociedad.

Por una educación de verdad

"Con los años, las diversas administraciones han ido refundando, cambiando, etc. buenas iniciativas y aventuras de reformas".
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En los últimos días, la opinión pública nacional y los ciudadanos, en general, han visto un escenario casi pronosticado para la imprevisión del Estado en materias de educación universitaria.

Ni la suma de reuniones entre las autoridades ni las diversas sesiones de las comisiones parlamentarias y ministeriales han logrado generar un consenso (uno genuinamente verdadero, pues así debiera serlo), independiente si nos referimos a la educación básica, media o universitaria, como es la actual discusión.

La educación, por cierto, aún con sus contradicciones, sigue siendo un agente democratizador de la sociedad chilena y es una forma de abarcar agendas en el espacio público del país, razón por la cual debiera cristalizar con mayor propiedad la idea de una reforma educacional de forma estratégica y sistémica. Pero el contexto político e ideológico, de la coyuntura, evidencia, cada vez más, la ampliación de esa suma entre necesidades versus capacidades las que se conectan con un fenómeno casi heterogéneo entre la precariedad técnica de los creadores de la reforma y las miradas segregadas de la administración política actual.

Es curioso que nuestro país, sin memoria muchas veces, no recuerde episodios similares ocurridos en otras épocas como, por ejemplo, lo que sucedió hace más de noventa años en este fenómeno del pragmatismo de las reformas educacionales. En esa época las reformas patrocinadas tuvieron implicancias administrativas, una alta participación de los profesores y una fuerte propulsión de distintas ideas de cambio.

Las dificultades, sin embargo, oscilaban entre las urgencias de lo que se consideraba prioritario, la posición crítica de los docentes y las descoordinaciones de las negociaciones para la serie de modificaciones de una reforma alineada a la alta institucionalidad del sistema educacional (de acuerdo a Serrano et al). Aun así, dicha reforma tuvo como espíritu participativo el conjunto del sistema e intentó una reconstrucción integral de la educación primaria, secundaria y universitaria situándose en la idea de fortalecer el Estado docente, el rol estatal de la educación y reafirmando la gratuidad de la enseñanza del Estado.

Sin embargo, con los años las diversas administraciones e instituciones han ido refundando, cambiando, derogando, etc. buenas iniciativas y aventuras de reformas que, de acuerdo a las coyunturas y conveniencias, se consideran las más adecuadas.

En unas, se ha hecho visible la fuerza del profesorado, en otras lo "integral" se ha articulado en contra de los docentes; en otras, el financiamiento ha sido generador de atrasos y discusiones por años, etc. Pareciera ser, entonces, que la educación ha tenido -durante décadas- como eje principal el concepto de "escolarización" o fomento de ella incluyendo, ahora, nuevamente, el concepto de una poco entendida idea de lo que es la "gratuidad", pero sin escalar a fortalecer la educación pública y menos a generar la definición de una política estratégica en materia de educación, ya sea vía programa o proyecto, incluyendo, por cierto, a todo el sistema nacional y sus circunstancias.

Francisco Javier Villegas

Profesor de Castellano, Doctor en Didáctica