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GM anuncia el cese de sus operaciones en Venezuela por expropiación de la planta

CRISIS. Las autoridades se adueñaron el miércoles de la fábrica y su stock. La empresa despidió a 2.700 trabajadores.
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General Motors (GM), el tercer mayor fabricante de automóviles del mundo, anunció ayer que dejará de operar en Venezuela después de que el Gobierno de ese país expropiase el miércoles su planta.

Las autoridades venezolanas se adueñaron el miércoles, de manera inesperada, de la fábrica de GM en el estado de Carabobo, confiscando tanto las instalaciones como las existencias de automóviles, informó la compañía en un comunicado.

El grupo automovilístico estadounidense dijo que se vio obligado a despedir a sus 2.700 trabajadores en el país.

GM "rechaza tajantemente las medidas arbitrarias tomadas por las autoridades y emprenderá decididamente acciones legales tanto fuera como dentro de Venezuela para defender sus derechos", indicó la compañía.

Labor en el país

La empresa tiene 79 concesionarios que emplean a 3.900 personas y sus abastecedores de repuestos integran más de la mitad del mercado de Venezuela, según la compañía.

Gm en acción

El Gobierno venezolano, que suele culpar a grandes empresas de un supuesto sabotaje económico, no había hecho declaraciones hasta ayer sobre la expropiación, que se produjo el día en que se desarrollaron protestas por todo el país contra el Gobierno.

El Gobierno de Nicolás Maduro y el de su predecesor, Hugo Chávez, han expropiado más de 1.400 empresas y activos privados desde su llegada al poder en 1999, según la confederación de industriales Conindustria. Si el Gobierno lo permite, agregó la firma, los trabajadores recibirán prestaciones de finalización del vínculo laboral, "debido a la terminación de la relación por causas que rebasan al control de las partes", señaló GM.

Los concesionarios continuarán dando servicio a los vehículos y proveyendo repuestos, agregó la compañía.

Problemas locales

GM ha tenido problemas de ingresos en Venezuela durante años. En el segundo trimestre de 2015, la compañía asumió un cargo de US$ 720 millones por devaluación de la moneda y devaluación de activos, debido al deterioro económico.

Varias compañías han reducido operaciones en Venezuela, por la inflación sin control, y los estrictos controles cambiarios. Por ejemplo, en mayo del año pasado, el fabricante de neumáticos Bridgestone vendió su negocio después de seis décadas de funcionar en ese país.