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A dónde va la Nueva Mayoría

"Se deben tomar, dos decisiones que pueden ser claves para saber si la NM puede ser una coalición de centro izquierda".
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Los últimos días han sido totalmente vertiginosos en materia política, en especial para la Nueva Mayoría que ve con preocupación lo que está ocurriendo al interior de la coalición, sobre todo por la proyección futura que puede tener el conglomerado de Gobierno.

Para nadie es un misterio que lo ocurrido hace un par de días en el Comité Central del Partido Socialista ha generado un efecto complejo para el futuro de la coalición, porque más allá del legítimo derecho de dicho partido a proclamar a Alejandro Guillier como su candidato presidencial, en los hechos dicha decisión ha obligado a definir cuál es el futuro de la Nueva Mayoría.

Y esto porque se deben tomar, con urgencia, dos decisiones que pueden ser claves para saber si la Nueva Mayoría puede ser una coalición de centro izquierda que se proyecta al futuro y que es capaz de proponer al país una mirada común de cómo enfrentar los desafíos que tiene Chile, o bien solamente es una coalición de carácter electoral, que agrupa a partidos y movimientos que solo se reúnen con el objeto de tener un mejor rendimiento electoral en las elecciones que se avecinan.

La primera de estas decisiones es: ¿habrá candidato presidencial único, elegido en primarias, o cada partido compite en primera vuelta con su candidato propio? Cualquiera que sea la decisión que se tome el panorama al interior de la coalición sigue siendo igual de complejo, ya que como se han ido alineando las fuerzas al interior del conglomerado todo hace prever que la contienda por definir el candidato presidencial será la Democracia Cristiana, en solitario, en contra de todo el resto de los partidos de la coalición, lo que desde ya constituye un problema porque sin duda esta situación le quita un peso importante a la influencia que pueda tener la Democracia Cristiana en la elaboración del programa de Gobierno común que la Nueva Mayoría debiera presentarle a los chilenos para la elección presidencial, ello sin perjuicio de que se puede prever cuál va a ser el resultado electoral de una disputa presidencial entre Carolina Goic y Alejandro Guillier.

La segunda decisión, con iguales grados de complejidad, es definir si existirá una lista parlamentaria única o bien dos listas parlamentarias. Y este tema no es menor, porque de dicha decisión dependerá el posible peso específico de cada partido en el parlamento, lo que les dará mayor o menor fuerza para defender su mirada de sociedad y de país.

Los días que vienen serán claves para saber si somos capaces en la centro izquierda de mantener un ideario común del Chile que soñamos, y eso traducirlo en un programa de gobierno que se le presente a los chilenos, o bien, si la alianza política de centro izquierda de los últimos 27 años llego a su fin y como consecuencia de ello es la hora de redefinir las alianzas políticas en nuestro país, redefinición que será incierta y compleja, porque en este nuevo Chile en el que vivimos, hace tiempo dejo de alinearse entre izquierdas y derechas.

Pedro Araya Guerrero

Senador de la República

Crecimiento económico sostenido para bienestar

"En una discusión sobre crecimiento y mejoramiento de la calidad de vida, no se debe pasar por alto la experiencia histórica".
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La Presidenta afirmó hace algunos días en una entrevista que: "no me interesa para nada un crecimiento económico brutal por sí solo, el crecimiento económico tiene que expresarse en una mejora en la vida de las personas".

La frase permite debatir en torno a la pretendida relación dialéctica entre crecimiento económico por un lado e implementación de un Estado de bienestar por otro, y por lo mismo es susceptible de ser analizada desde una dimensión política y económica. Políticamente parece que el mensaje debería haber sido orientado en una mejor dirección, por ej.: "deseamos crecimiento económico brutal para seguir sustentando un sistema que mejore la vida de las personas", pues en momentos de crisis, las señales deben ser claras cuando se trata de fomentar la recuperación de confianzas de los agentes económicos encargados de gestionar el capital y el flujo de inversión que creará nuevos empleos.

Luego, desde una perspectiva económica, me parece que no se debe menospreciar la importancia del crecimiento sostenido -ojalá brutal-, como factor que permitió a los seres humanos construir el presente material-cultural a expensas de un futuro mejor. En términos simples, la ecuación: "confianza en crecimiento futuro? que genera que crédito fluya? que lleva a que emprendedores se apalanquen (solicitan crédito para invertir)? lo que financia nuevos negocios? lo que genera empleo (mejores remuneraciones) y beneficios del capital (mayor recaudación de impuestos)? lo que aumenta consumo y reinversión? lo que refuerza confianza en el crecimiento futuro".

Dinámica que generó un circulo virtuoso que levantó a la humanidad desde la Edad media y la introdujo en el Renacimiento italiano, la Ilustración, la Revolución industrial, y un sinnúmero de conquistas tecnológicas y culturales que mejoraron la vida de millones de seres humanos en los últimos siglos.

Soy de la opinión que, en una discusión sobre crecimiento económico y mejoramiento de la calidad de vida, no se debe pasar por alto la experiencia histórica, que ha demostrado que, toda justicia, toda libertad, el sustento de un Estado de bienestar, en síntesis, la felicidad de los pueblos, ha dependido siempre del crecimiento económico sostenido.

Éste por supuesto, debe estar al servicio del mejoramiento de la calidad de vida de las personas (en esto la Presidenta no se equivoca) para de esta forma poder apuntalar el crecimiento futuro (en esto debería haber sido enfática). La relación de estos dos elementos no será entonces dialéctica sino profundamente complementaria.

Luis Varela Ventura

Prof. Derecho económico y penal de la empresa U. de Antofagasta

Oportunidad de los vehículos eléctricos

La automotriz Tesla -con más valor que GM- ya está probando modelos que tienen una autonomía de hasta 500 kilómetros por carga. Las ventajas para el medioambiente y para nuestra Región son fenomenales. Estos automóviles demandan más cobre y litio. Pero debemos avanzar en la creación de valor agregado de los productos.
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El futuro de Chile será cada vez más eléctrico y esto tiene que ver con la preponderancia que está tomando esta área en distintos ámbitos de nuestra vida. Por lo pronto, los espacios de desarrollo son palpables. Los chilenos consumimos la mitad de la energía de los países Ocde y hasta un tercio de naciones como las ubicadas al norte de Europa.

Y otro punto relevante es que el desarrollo de las tecnologías ha permitido que distintas áreas de nuestra cotidianeidad ofrezcan oportunidades de desarrollo para su implementación, como el transporte o incluso la aviación, donde se están haciendo pruebas concretas.

Pero es el caso de los automóviles uno de los más notables. Y podemos detenernos en el caso de Tesla, el fabricante de automóviles que ya es una marca más valiosa que la General Motors. En el mundo existe hoy un millón de coches de estas características, pero se estima que al 2030 esa cifra crecerá al punto de que uno de cada seis coches tendrá esas características.

Y eso abre escenarios de enormes oportunidades para nuestra Región. Por lo pronto un automóvil contiene entre 60 y 80 kilos de cobre (un automóvil a combustión usa hasta 20 kilos), además de usar mucho litio para la construcción de las baterías, dos productos presentes en nuestra región y del cual podemos ganar en valor agregado.

La tendencia respecto de los automóviles eléctricos será, además, irreversible, considerando la mayor eficiencia que tienen, considerando rendimientos actuales un tercio más baratos que los autos a combustión.

Ni hablar de las ventajas medioambientales, donde es sabido que el impacto del consumo de petróleo y sus derivados ha generado evidentes deterioros sobre el planeta y nuestras ciudades. A modo de ejemplo, un camión operando en Chuquicamata llega a consumir 5 mil litros diarios de petróleo, mientras en el caso de los coches eléctricos, las chances son infinitas.

Es cierto que hoy estas alternativas son mucho más costosas que los modelos tradicionales, sin embargo, ello irá mejorando, conforme sigan avanzando aceleradamente los desarrollos tecnológicos. De esto no puede caber duda alguna.