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La "gran bomba" acaba con una base del EI y mata a decenas de extremistas

AFGANISTÁN. En su primer balance tras el ataque, EE.UU. aseguró que no se produjeron bajas civiles. Mientras, Rusia recordó que tiene al "padre" de los proyectiles.
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Mabel González

El bombardeo en la provincia oriental afgana de Nangarhar con un proyectil GBU-43, apodado la "madre de todas las bombas" y uno de las de mayor poder del arsenal convencional estadounidense, acabó con una estratégica base del Estado Islámico (EI) y la vida de al menos 36 de sus miembros.

"Era el arma correcta contra el objetivo correcto", indicó ayer en rueda de prensa el jefe del contingente estadounidense en Afganistán, el general John Nicholson, al hacer un balance del bombardeo que se produjo el jueves y en el que Washington dio luz verde al uso de la bomba convencional más grande empleada desde la II Guerra Mundial.

El también máximo responsable de la misión de la OTAN en el país explicó que el objetivo era acabar con un complejo de túneles, cuevas y búnkeres en el distrito Achin de Nangarhar, que el EI utilizaba como una base de operaciones.

En ese contexto, dijo Nicholson, la bomba, de 10 toneladas, se presentaba como "un arma efectiva" para acabar con un "gran obstáculo" en la lucha contra el grupo terrorista en Afganistán.

Nicholson mantuvo que hasta el momento se han contabilizado 36 muertos en el ataque y subrayó, como ha venido informando el Ejecutivo de Ashraf Gani, que no se produjeron bajas civiles.

El portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Dawlat Waziri, precisó en la misma rueda de prensa que sólo una familia vivía en las cercanías del lugar del bombardeo y que había sido evacuada el jueves, pocas horas antes de la acción militar.

Efectivo

"El área bombardeada era imposible de despejar sin esta operación y era la única opción contra esta base, ya que en una parte tenía una profundidad de cerca de 30 a 40 metros", indicó.

El portavoz militar afirmó que el "bombardeo fue efectivo y un paso útil porque destruyó la principal base del EI" en el país.

Fuentes consultadas por la agencia de noticias EFE indicaron que la base estaba ubicada en una zona montañosa en la parte más elevada del Valle Momand, en el distrito Achin.

El vicejefe del Consejo Provincial de Nangarhar, Zabihullah Zmarai, indicó que en los últimos dos años, cuando el EI hizo su aparición en Afganistán, el grupo extremista expandió y mejoró el antiguo sistema de conductos existente y construyó otros túneles para hacerlo más resistente a los bombardeos en la zona.

Zmarai, que en varias ocasiones ha formado parte de las operaciones sobre el terreno de las fuerzas afganas, explicó que la "gran bomba" era la gran esperanza para terminar con ellos.

Mientras las tropas afganas y estadounidenses están sobre el terreno y continuarán la tarea de "despeje", las reacciones no se han hecho esperar.

El jefe de Gobierno, Abdulá Abdulá, indicó en Twitter que la bomba fue lanzada en coordinación entre los dos países en una zona que el EI usaba como campo de entrenamiento, depósito de armamento y base.

"Muchas familias hace tiempo que fueron desplazadas del área por la brutalidad del EI", indicó, al asegurar que el Gobierno tuvo "mucho cuidado" de no causar daños entre la población civil.

"La naturaleza conjunta de la operación muestra nuestra común resolución para eliminar el EI y los santuarios terroristas de nuestro país", dijo.

Rusia recuerda que tiene al "padre"

Tras el lanzamiento por Estados Unidos de la bomba GBU-43, la mayor no nuclear del arsenal estadounidense, conocida como "la madre de todas las bombas", los medios rusos recordaron ayer que Moscú guarda en sus arsenales al "padre", un proyectil cuatro veces más potente. Aunque todo lo que rodea a este arma es información confidencial, se sabe que se trata de una bomba termobárica, conocida en Rusia como Bomba Aérea de Vacío de Potencia Aumentada (AVBPM), según publicaron RT y Sputnik.