¿Jocoso el título? Pero para los humanos es dramático equivocarse. Dramático porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, reconocer que estamos obligados, después de años obstinados, a cambiar de ruta, peor aún: ¡empezar de nuevo! Y, no es lo mismo un empezar esperanzado que desde cero.
En la vida de las personas nos es común, pero como humanidad, como sociedad errar en el blanco de la felicidad, de lo que concebimos como progreso, la situación no deja de ser casi apocalíptica.
El calentamiento global, quizás la mayoría de los chiilensis lo veía lejanísimo, más aún los antofagastinos que vivimos como en otro planeta. Pero, los incendios forestales (me hicieron dudar que exista el infierno), mostraron una realidad monstruosa.
Algunos de ellos pudieron ser intencionales, pero los científicos los atribuyen a los efectos del calentamiento global.
El Fondo Monetario Internacional ha emitido informes que los sistemas económicos son más arítmicos, y, en particular, lo que se denomina "Capitalismo", está mostrando lo que le pasó a la culebra.
En lo político…, su producto de las desconfianzas es casi abismante. Pero como todo está interconectado con todo, todo influye en todo.
E.Kant, siglo antepasado, se preguntaba: ¿qué puedo pensar?, ¿qué puedo hacer?, ¿qué me es lícito esperar? Para tener resultados diferentes, no podemos seguir anquilosados en los paradigmas que nos confundieron.
Volver a las fuentes siempre será inequívocamente renovarse, fecundizar la vida. ¿Qué es lo más prístino en todo ser humano? Su capacidad de tener coraje. El coraje que somos para compartir que competir, que el amor en todo es la máxima energía, que la paz de la conciencia es el corazón de la paz, que la alegría "no llega", nace de quien amasa verdades, difunde belleza, lo mueve el bien común. Con ello se construye, de lo otro: destrucciones por doquier.
Pedro Aranda A.
Profesor de Filosofía