Hablar del Estadio Municipal de Antofagasta es referirse a los eventos deportivos más importantes de la comuna en la primera mitad del siglo XX.
Desde nacionales de atletismo y béisbol, hasta partidos de un combinado amateur comunal que derrotó sin apelaciones a un grande de Europa de aquella época.
Hoy el recinto está en un esperado y necesario periodo de refacción para convertirse en un estadio destinado a los escolares, pero sin olvidar las historias y anécdotas que se vivieron en esa antigua cancha de la avenida Angamos.
El nuevo proyecto incluye un gramado de pasto sintético, hotel para delegaciones, multicancha y una piscina olímpica, con una inversión que bordea los $15 mil millones.
Proyecto inicial
La historia del Estadio Municipal comenzó a mediados de la década de 1920, cuando un grupo de dirigentes liderados por Aliro Parga y Joaquín Orellana, empezaron a gestionar un terreno donde los habitantes de la entonces pequeña ciudad de Antofagasta, pudiera desarrollar actividades físicas.
Esta ilusión del mundo deportivo fue tomada por el alcalde de la época, Maximiliano Poblete, quien el 2 de septiembre de 1927 encabezó la ceremonia de la primera piedra del "Stadium", como se conocería al recinto en esos tiempos.
Ya con esta primera etapa cumplida, vendría la difícil misión de conseguir los fondos para poder desarrollar este moderno proyecto para la ciudad.
El periodista deportivo José Ledezma explicó que los dineros fueron adquiridos luego que no fuera comprado un avión ambulancia para la comuna.
"Habían pedido dinero para comprar un avión ambulancia para llevar enfermos y heridos a Santiago, pero esto nunca se concretó. Esa plata se destino al Estadio Municipal. Además había un porcentaje que salió del Fondo de Apuestas Mutuas que se hacían en el Club Hípico. El municipio también se comprometió con fondos pero la crisis económica mundial de 1929 los dejó sin fondos", comentó el periodista.
Incluso el terreno designado para las obras era mucho mayor al que actualmente se conoce, ya que iba desde el Parque Japonés hasta la calle Pedro León Gallo, donde tendría una serie de canchas para el fútbol amateur, pero con el correr de los meses eso se fue acortando hasta quedar con el límite norte actual en calle Pedro Prado.
En una entrevista realizada en enero de 1931 por la revista "Los Sports", la más importante en el ámbito deportivo nacional de la época, Joaquín Orellana (presidente de la Confederación Deportiva de Antofagasta), explicaba la importancia de este anhelado recinto para la comunidad.
"Es una anhelo vivamente sentido por los deportistas, en especial de los atletas. Esto que parece un sueño, será dentro de poco una realidad", dijo Orellana en la publicación, adelantando la pronta apertura del reducto deportivo.
Inauguración
Finalmente el sueño de los deportistas antofagastinos se cumplió y el 18 de septiembre de 1933 se inauguraba oficialmente el Estadio Municipal de Antofagasta.
El recinto contaba con una tribuna principal cubierta, construida de cemento y madera, además de una gradería para público general con techumbre que daba para avenida Angamos, completando una capacidad para 3.000 espectadores.
La novedad del "Stadium" era que poseía una novedosa pista de ceniza, lo que sirvió para el desarrollo del atletismo local.
Así lo ratifica el también periodista deportivo Juan Antonio Marrodán, quien comentó que por aquellos años se desarrollaban distintos tipo de campeonatos zonales y nacionales.
"Ahí se realizaban revistas de gimnasia y la base del atletismo. El fuerte del fútbol en el Estadio Municipal vino mucho tiempo después. Todos las competencias se hacían ahí, ya que no habían pistas en otra parte de la ciudad. El mayor movimiento era del atletismo", señaló Marrodán.
Al mismo tiempo relató las complicaciones que le provocaba a los antofagastinos llegar al recinto deportivo, ya que se encontraba 'bastante lejos' del límite de la ciudad en la primera mitad del siglo XX.
"Las micros llegaban hasta donde está el Parque Japonés, ya que bajaban para donde está el balneario y se iban a la villa militar. Entonces tenías que bajarte ahí y caminar todo ese trayecto que antes era un peladero, no había nada. Sólo los que tenían autos, que eran pocos, podían llegar hasta allá", agregó el profesional.
Ya con la habilitación de avenida Angamos, el reducto comenzó a ser más accesible para la población, por lo que aumentó su uso a mediados de la década de 1940, especialmente por el fútbol.
El cura beisbolista
Con el correr de los años, el uso del Estadio Municipal se fue masificando, llegando incluso a ser utilizados por otros deportes.
Uno de ellos fue el béisbol, donde el recinto albergó un nacional de la disciplina en 1950 con representantes de distintas zonas del país.
Si bien no era un deporte muy conocido por los antofagastinos en ese entonces, el público llegó de igual manera al reducto de avenida Angamos.
Juan Antonio Marrodán relató que una de las grandes figuras de ese campeonato fue un sacerdote del Colegio San José, que se transformó en un "jonronero" por excelencia y que llamó la atención del público presente.
"Había un cura del Colegio San José de apellido Carrión que era muy bueno y llamaba la atención. El curita no corría mucho obviamente, pero metía unos 'jonronasos ' tan potentes que la pelota iba a dar a donde ahora está la población Gran Vía", dijo.
Pero esa no fue la única anécdota de ese certamen, ya que como el béisbol no era familiar para la comunidad, un trabajador del Servicio Informativo de los Estados Unidos, que tenía una sede en Antofagasta, llamado Juan Villegas relataba los encuentros para que la gente no se aburriera en las tribunas.
"En los campeonatos nacionales de béisbol, este personaje se ponía a relatar los partidos para que la gente entendiera que se estaba jugando. Ese torneo tuvo un carácter de instructivo para ir acercando la disciplina a la gente. Y este relator tenía una frase típica, decía que el pitcher estaba entre la rubia y la morena, para decir si sería bola o strike", continuó el Ancla de Oro 2011.
Además del béisbol, el Municipal recibió en la década del 50 a los principales equipos de Santiago como Colo Colo, la Universidad de Chile y la UC, quienes participaban en llamativos cuadrangulares con los equipos amateurs de Antofagasta y María Elena.
Partizán
Pero sin dudas el gran evento que albergó el Estadio Municipal en su historia fue el partido entre la selección de Antofagasta y el poderoso Partizán de Belgrado, un "gigante" del balompié yugoslavo e importante animador de los torneos europeos de la época, donde llegó a disputar la Copa de Campeones de Europa en 1966, perdiendo frente al Real Madrid.
En enero de 1962, el elenco balcánico inició una gira por el país, donde jugó un partido amistoso con Colo Colo. Aprovechando esta situación, la colectividad yugoslava residente en Antofagasta extendió la invitación al equipo de Belgrado para que llegara a la ciudad y animara un amistoso con el seleccionado amateur.
Sorprendentemente, la institución europea aceptó la invitación y el 21 de enero de 1962, el Partizán se hizo presente en la polvorienta cancha del Estadio Municipal.
Fueron 3.490 los espectadores que llegaron temprano al recinto deportivo donde disfrutaron de un partido preliminar entre Unión Chile y al Halcón del Oriente, para luego dar paso a una animada presentación del equipo de gimnasia del Sokol.
"Había mucha efervescencia, ya que era un equipo importante de Europa el que iba a jugar en la ciudad. El estadio estaba lleno y había mucha ilusión de hacer un buen partido a los yugoslavos", agregó José Ledezma.
Los locales formaron con Juan Camus; Manuel Berenguela, Nelson Garri y Osmán Donoso; Eduardo Rojas y Luis Martínez; Gregorio Vilches, Jorge Fernández, Raúl Reyes, Antonio Salazar y Jorge Giménez. Jugaron también René Cortés, Luis Arancibia, Robinson Sarria, Buddy van Gurp y Julio Franco, todos bajo la dirección técnica de Rubén González.
Mientras que el Partizán trajo a todas su figuras, incluidos el portero Milutin Soskic, el defensor Faharudin Yusufin y los delanteros Milan Galic y Vladica Kovasevic, que meses después volverían al país para el Mundial de 1962, cayendo en la definición del tercer y cuarto lugar contra Chile.
"Eran figuras internacionales en un equipo con mucho poderío. Días antes habían empatado 1 a 1 en el Estadio Nacional contra Colo Colo. Acá esperaban empatar o hacer un buen partido. Ganar no estaba mucho en los planes", complementó Ledezma.
La superioridad de los balcánicos se sintió casi de inmediato ya que a los tres minutos de partido, Lagar Radovic convertía el 1-0 en favor de los visitantes.
El gol "despertó" a los antofagastinos que se fueron con todo en búsqueda de la igualdad, que llegaría a los 35 minutos tras el tanto de Gregorio Vilches. Los hinchas no se sentaban del festejo de la igualdad cuando vino el "balde de agua fría" para los yugoslavos, cuando Antonio Salazar desniveló el marcador en favor de los nortinos.
En la segunda etapa, Partizán se fue con todo en busca de la paridad, pero no pudieron con el equipo de Antofagasta que sorprendentemente se quedaba con una victoria por 2 a 1.
"Los yugoslavos quedaron tan sorprendidos con la derrota que pidieron jugar la revancha al día siguiente. Culparon que la cancha, que el viaje, pero querían jugar sí o sí. Incluso se ofrecieron a costearse el alojamiento y los pasajes con tal de jugar, pero como el equipo de Antofagasta era amateur, todos tenían que trabajar al día siguiente que era lunes. Fue un hecho histórico ese triunfo", agregó Marrodán.
Actualidad
Luego de la construcción del Estadio Regional, el antiguo reducto emplazado en la población Gran Vía pasó a un segundo plano, siendo utilizado para el fútbol amateur y en los últimos años hasta para las Ramadas Populares.
El paso de los años hizo necesaria una remodelación que nunca llegaba. Incluso en varios periodos municipales se habló de vender el terreno para construcciones privadas.
Tras décadas de espera, en 2016 comenzó la construcción de lo que será el Estadio Escolar, que servirá para formar las nuevas generaciones de deportistas de la comuna.
La polvorienta cancha de arcilla se transformará en una moderna carpeta sintética, pero los recuerdos y hazañas de 83 años de historias deportivas quedarán por siempre en la retina de los antofagastinos.
de septiembre de 1933 fue inaugurado el Estadio Municipal en el sector sur de Antofagasta. 18
de enero de 1962 se jugó el mítico partido entre la selección de Antofagasta y el Partizán de Yugoslavia. 21