"Cheerleaders, más que solo cuerpos"
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deportivo
Los aficionados en Europa las ven a menudo bailando en el centro de una cancha de baloncesto, y los americanos, haciendo todo tipo de piruetas y coreografías en un tiempo muerto del juego.
Sí, son ellas, estamos hablando de las cheerleaders que son un grupo de chicas animando al equipo local. Pero el cheerleading es mucho más que el simple acto de animar, bailar o saltar.
Es un deporte - reconocido en 2016 por el Comité Olímpico Internacional (COI) - que esconde en sus entrañas horas de entrenamiento y dedicación.
La "Unión Internacional de Cheerleaders" tiene 4.5 millones de asociados y cuenta con sus propias competiciones.
Los inicios se remontan a 1877 en la Universidad de Princeton y recuerdan a un hombre que animaba al grito de "Hurrah, Hurrah, Tiger, Boom", cántico que aún se mantiene. Pero fueron las mujeres, quienes en 1923 son admitidas en la Universidad de Minnesota como animadoras, y sólo en los años 40 tomaron plenos poderes como tales. El reclutamiento de muchos hombres en la 2ª Guerra Mundial precipitó a que ellas no dejaran morir una actividad en auge.
Ya en 1954, nacen las primeras profesionales en Baltimore. Los Colts, equipo de fútbol americano fueron pioneros en contratar grupo de animadoras y tuvieron tanto éxito que otros clubes las imitaron.
Se hicieron comunes castings severos, en donde el criterio residía mucho más allá de tener habilidades atléticas y coreógrafas. El primer requisito era de estar de muy buen ver, pues la meta era atraer a los hombres a los estadios.
En la actualidad, las animadoras siguen rigiéndose por la máxima de la apariencia por encima de la habilidad. Pero tienen normas que respetar: no pueden beber ni mascar chicle en público, además el mínimo cambio del tono de piel, peso, volumen muscular o peinado puede acarrear el despido. También tienen vetado el contacto con jugadores, entrenadores, directivos y hasta con la mascota del equipo.
Alberto
Pescio