La destrucción de una familia según Jonathan Safran Foer
Tras separarse de la escritora Nicole Krauss, emparejarse con la actriz Michelle Williams y cartearse con Natalie Portman, el autor norteamericano se pregunta en la novela "Aquí estoy" si es la familia un valor incondicional.
Julia y Jacob llevan casados veinte años. Él es un escritor que trabaja como guionista para HBO, ella es arquitecta. Tienen tres hijos que crían bajo las preocupaciones de la paternidad moderna y el respeto a las tradiciones judías. Uno de ellos está por celebrar su bar mitzvah (rito de paso), pero casi nadie en la familia se siente muy entusiasmado por la festividad. Sam, el joven del bar mitzvah, pasa sus días viviendo un juego parecido a Second Life. Jacob se queja de no cumplir su deseo de ser escritor y busca refugio en los mensajes sexuales que intercambia con una compañera de trabajo. Pronto, Julia descubre los mensajes y comienza una debacle que, como sus deseos, permanecía subterránea.
La tierra también habla en la novela "Aquí estoy" (Editorial Planeta), el último libro de Jonathan Safran Foer. Unos días después, un terremoto sacude a Israel. La destrucción completa del país va de la mano con la violencia que surge del quiebre. La tercera novela del escritor norteamericano retrata eso y también los defectos de sus protagonistas: la cobardía de Jacob, la soberbia del mundo judío que lo rodea, el solipsismo de los hijos, la sensación de que todo lo construido (familia, países, instituciones) es una ilusión.
Pero también puede no serlo. "Aquí estoy", frase tomada por Safran Foer del Antiguo Testamento, retrata el afán de sus personajes por buscar su lugar en el mundo, tal como en "Todo está iluminado" o "Tan fuerte, tan cerca", sus dos aclamadas novelas anteriores (tan aclamadas que fueron llevadas al cine), o incluso en su crónica sobre el vegetarianismo , "Comer animales".
Safran Foer explora esa búsqueda a través de las dudas de los personajes. ¿Es la familia un valor incondicional? ¿Puede ser uno incondicional a sí mismo y a su familia a la vez? De algún modo, esas interrogantes resuenan desde el Génesis. Los protagonistas responden cínica y silenciosamente, con esas palabras perfectas de los personajes judíos de la tradición norteamericana, que esconden más que muestran.
El mismo autor ha negado que este fin de una familia expuesto en su libro tenga que ver con su propia reconstrucción personal tras separarse de la autora de "La Historia del amor", Nicole Krauss y volverse a emparejar con la actriz Michelle Williams. Vamos a leer para creer.
-¿Por qué te interesó escribir ficción en este caso, a diferencia de "Comer animales"?
-No sé si lo pensé en términos de ficción y no ficción, fue más bien en términos del tema y la mejor manera de escribir sobre ese tema. Es gracioso, porque en "Comer animales" me pregunté si quería escribirlo como ficción, pero después decidí que la mejor manera de hacerlo era a través de la no ficción, pues había una manera en la que quería, o más bien necesitaba, que el lector me creyera. Por ejemplo, cuando debía dar un dato o un número debía referirme al mundo real. En este libro también quiero que me crean, pero no quería hacer referencia al mundo exterior, sino a una verdad que está dentro, y la mejor manera para llegar a esa verdad -al menos para mí-, es la ficción.
-Luego de escribir "Aquí estoy", ¿qué piensas sobre el matrimonio y el divorcio?
-No sé si escribir la novela cambió demasiado mi opinión sobre el matrimonio y el divorcio. No sé, de todos modos, si tengo una opinión generalizable sobre ellos, porque las personas, que son distintas entre sí, necesitan distintas cosas. Cuando pienso en eso, recuerdo que mi respuesta favorita a la pregunta sobre si creo en Dios es que no solo soy agnóstico, sino que también soy agnóstico respecto a la pregunta misma, porque no estoy seguro de si esa pregunta y la persona que la plantea está siquiera en la misma vereda que la mía. Para algunas personas estar casados significa ser buenos amigos, para otros significa ser hermanos y para otros significa vivirlo románticamente. Creo que esa forma revela el modo en que las personas lo intentan para hacerlo funcionar.
-¿Hay una historia que trascienda a este matrimonio despedazado?
-El hogar y cómo buscamos y encontramos un hogar.
-¿Qué hay con los niños? Hay muchos en tus novelas y también en "Aquí estoy".
-Sí, me identifico con las voces de todos los personajes del libro y de alguna forma eso debe ser necesariamente cierto, pues el libro lo escribí yo. Me sorprende, de todos modos, que la gente de nuestra edad no piense en los niños, pues ellos tienen una presencia inmensa en mi vida y en la vida de todos, en realidad. Ni siquiera pienso la vida sin ellos. Para mí, son parte del lenguaje y la sensibilidad del libro. Estoy seguro de que no me interesaba escribir sobre la infancia, sino escribir acerca de la familia y, como decía, sobre el hogar, y los niños están profundamente unidos en mis ideas acerca de familia y hogar.
-¿De dónde nace el título del libro?
-De La Biblia. Es cuando Abraham es llamado por Dios para sacrificar a su hijo Isaac. Cuando Dios lo llama, Abraham responde "aquí estoy". No responde "¿qué necesitas?" o "estoy allí en cinco minutos", es una respuesta muy incondicional. Y después, algunos versículos más adelante, cuando Abraham lleva a su hijo Isaac al monte para sacrificarlo, Isaac nota algo extraño y dice "padre mío" y Abraham le responde "aquí estoy", nuevamente esta presencia incondicional. Resulta paradójico que Abraham sea una presencia incondicional para el Dios que matará a su hijo y para su hijo.
-¿Qué importancia tiene para ti La Biblia y cómo la lees en estos días?
-Es, desde luego, importante para mí. No soy un creyente y no sigo las leyes de la Biblia. Diría, en consecuencia, que es una obra fundacional en términos literarios. Las historias a las que más vuelvo, como escritor, y simplemente como persona. Considero que el Génesis es una de las narrativas más relevantes, ricas e interesantes que existen.
-¿Crees que existe alguna relación entre tus tres novelas?
-Son un viaje al hogar. Algunas veces se trata de largos viajes físicos, territoriales, y en otras de viajes espirituales o intelectuales.
-Hiciste una versión de "Calle de los cocodrilos", el libro de Bruno Schulz. ¿Qué te interesaba de él?
-Es uno de mis escritores favoritos. Es muy singular y único. Nadie escribe como él y su escritura es muy vívida, brillantemente viva. Su obra desborda vida; hay mucha más vida en sus cuentos que en cualquier otro libro. Hay una necesidad muy urgente de comunicar algo y yo simplemente respondí a esa necesidad.
-Estudiaste filosofía. ¿Influencia actualmente tu escritura?
-No creo que el contenido de la filosofía haya influenciado. Por supuesto, las ideas que están en mis libros vienen de ahí. Quizás sí influenció la forma de la filosofía y de cómo los argumentos se despliegan en ella. Es algo muy judío, de hecho, la forma en que la argumentación filosófica se incluye en mi obra.
Safran Foer es uno de los escritores más exitosos de Estados Unidos. vive en brooklyn.
Por Cristóbal Carrasco
JEFF MERMELSTEIN