La seguridad en el perímetro céntrico
Existe cierta impresión que este sector tiene un permanente y progresivo deterioro, cuyas manifestaciones se aprecian en distintos planos. En determinados puntos el descontrol es evidente y en las noches la situación no es distinta. Barrio rojo, venta de comida de todo tipo en las calles, venta de droga y prostitución a vista de cualquiera.
Según datos dados a conocer por el Ministerio Público, en el periodo 2006-2016 en el casco central de nuestra ciudad se produjeron 453 delitos de tráfico con al menos un condenado, lo que representa una de las cifras más elevadas entre los 426 barrios críticos identificados a nivel nacional.
Concejales concordaron en la necesidad de aumentar las fiscalizaciones en el centro para mejorar la seguridad. Se trata del perímetro más relevante de Antofagasta y de cualquier ciudad, considerando que allí se concentra el grueso de los servicios y se registra una enorme afluencia de público a todas horas.
Pero hay problemas graves, como el citado y otros.
El último Informe de Estadísticas Delictivas por Cuadrantes, elaborado por Carabineros, establece que después de los hurtos y robo de especies (asociados ambos al comercio) son precisamente las infracciones a la Ley de Drogas las más recurrentes en el centro. El reporte policial indica que entre enero y septiembre en el Cuadrante 1 (centro) se realizaron 323 procedimientos por este tipo de ilícitos, los que dejaron como resultado 475 detenidos.
Entrando en el terreno de lo opinable, queda la impresión que el centro de la capital regional tiene un permanente y progresivo deterioro, cuyas manifestaciones se aprecian en distintos planos.
Dejando en claro que no son situaciones homologables, el centro de la ciudad padece cierto descontrol con delitos e incivilidades. Abundan las personas en situación de calle, vendedores ambulantes, suciedad, ruido y un desmedro generalizado de áreas verdes. En determinados puntos el descontrol es evidente y en las noches la situación no es distinta. Barrio rojo, venta de comida, droga y prostitución a vista y paciencia de cualquiera no son un panorama alentador.
Al final, lo más malo es que se instala una sensación de temor, justificada o no, sobre la base de aspectos más amplios, pero concretos como los señalados. En resumen, el problema del centro es muy superior al de la mera seguridad, es social, es de oferta y sobre todo es de orden, de proyectos que las autoridades no calibran, no entienden y menos ejecutan.