21 de diciembre
Cuando esperamos el solsticio de verano se nos aparece el recuerdo de una de las matanzas de obreros en el Norte Grande, ocurrida en la Escuela Santa María.
Este es un hecho ampliamente registrado tanto en textos factuales como los de Pedro Bravo Elizondo, Sergio González, Eduardo Deves, Bernardo Guerrero y muchos otros investigadores, como también en textos literarios; entre ellos, "Hijo del Salitre" de Volodia Teitelboim (1952) y "Santa María de las flores negras" de Hernán Rivera Letelier (2002).
También en diciembre, pero de 1914, se produce un intento de hacer justicia por parte del hermano de una de las víctimas, quien ataca con una daga al general Silva, dejándolo herido aparentemente sin gravedad.
Antonio Ramón paga muy caro su acto de valentía y venganza. Se publica en El Mercurio del martes 15 de diciembre de 1914 una entrevista y comentarios respecto del ataque: "En una pieza de la guardia de la Fábrica de Cartuchos y sentado en el suelo, con las manos atadas por la espalda y las piernas aprisionadas por grillos, el hechor Ramón observa con actitud tranquila y resignada cuanto ocurre a su alrededor. En su cara, medio bronceada por el sol y la intemperie, se destacan sus ojos claros, pequeños y escrutadores, en los que no se sabe traslucir a un sujeto de perversas ideas y peores instintos, o a un desgraciado, víctima de degeneración"
Pero en ese tiempo había prensa popular, de modo que el periódico anarquista La Batalla, muestra otra versión:
"El sanguinario militarote Silva Renard se cubre de gloria ametrallando sin piedad al pueblo trabajador de la pampa el 21 de diciembre de 1907; pero el 14 de diciembre de 1914, un hijo del pueblo, el obrero Antonio Ramón Ramón, hermano de una de las innumerables víctimas caídas en esa luctuosa jornada proletaria, intenta hacer justicia por su propia mano vengando a los caídos. Cinco puñaladas le asesta al masacrador".
Estas heridas no causaron su muerte inmediata, pero sí secuelas graves que le produjeron a Silva Renard una larga y dolorosa agonía de más de cinco años.
Cecilia Castillo