Varios días llevan las protestas de la Asociación Nacional de empleados Fiscales -Anef-, quienes demandan un incremento en sus salarios. Se trata de una acción repetida en el sector público, que de manera permanente se ve enfrentado a la imposibilidad de contar con acuerdos de largo plazo.
Es indudable que los principales perjudicados con estas movilizaciones son los ciudadanos, que no pueden realizar sus trámites, ya que en buena parte, se trata de acciones que son monopolio exclusivo de ciertos servicios del Estado.
Como es sabido, ayer el Gobierno ingresó al Congreso el veto al proyecto de reajuste del sector público, con una nueva propuesta, que fue consensuada la noche del lunes con los presidentes de la Nueva Ma-yoría, tras el grave impasse de la semana pasada.
La fórmula final acordada mantiene el reajuste en 3,2%, pero significará un aumento en el costo fiscal cercano a los $1.000 millones. De esta manera, el Ejecutivo movió el techo de los sueldos que recibirán el aumento, pasando de $4.800.000 a $4.400.000 líquidos, además de la entrega de bonos que irán por tramos.
Al respecto, conviene recordar que el proyecto de ley de presupuesto fiscal de 2017 que el gobierno envió al Congreso está efectivamente bastante más recortado debido al menor desarrollo económico, al menor precio del cobre y a la situación complicada que enfrenta Codelco. La iniciativa consideró un aumento de 2,7% en el gasto público, la cifra más moderada en los últimos 14 años.
El mismo ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, lo calificó como un presupuesto prudente y centrado en prioridades ciudadanas.
La verdad es que un incremento en los gastos del Fisco no es bueno en sí mismo y no garantiza la eficiencia, sino que lo importante es ver a qué se destinarán los recursos.
Teniendo eso presente, la propuesta de reajuste para el sector público es coherente con la realidad del país, más cuando los incrementos en ese sector han sido superiores a lo apreciado en el sector privado. La prudencia en años como el actual es lo responsable y así debieran entenderlo todos los sectores.