Salón Plástica Antofagastina 2016, lll
Finalizando la visita guiada al Salón de la Plástica Antofagastina, nos detenemos Junto al tema prevalente en la pintura de Pamela Chellew, el árbol: un tamarugo nortino, testigo silencioso de vidas ancestrales.
Jorge Cabrera, diseñador, sin abandonar su oficio, la imagen de un chinchinero reducido casi a una cifra. Eduardo Chávez en pintura digital un paisaje descalabrante "PlanetaM". Patricio Chávez, desde Tocopilla, en su peculiar estilo, dibujando al modo de un comic: crítica social. Aliro Guardia presente con pintura digital y un dibujo de gran belleza, una pareja cobijada en la concavidad de dos palmas.
Germán Morales un óleo sobre tela, la Bella Dama y su sombrero, envuelta en tonalidades carmín y violeta. Wilson Pastén, un paisaje tradicional a la acuarela. Claudio Rojas en una composición no figurativa en rojos y negro. Sergio Quispe y un club nocturno de calle Condell, el barrio rojo de Antofagasta.
Alberto Vargas y una pequeña instalación con las características de un exorcismo andino para el Salón, bella conjugación de imágenes y elementos naturales.
En Escultura este año hemos tenido a Avelino Sanhueza. A Franklin Berrios con un montaje en hierro forjado y palas pampinas. A Alejandro Herrera con una máscara tallada en madera desde su colección de la Biblioteca Regional y además un acrílico en una fuerte, imagen de nortinos recibiendo una lluvia de fin de mundo.
Los móviles de Dino Barrera fueron la novedad en el Salón, figuras en alambre delicadas, humanísimas. En Grabados al aguafuerte, dibujos burilados de urbes en ruinas de Ángelo Maya, quien finaliza su Licenciatura en Arte en la U, Católica de Santiago, ex alumno LEA.
En Fotografía estuvieron presentes, Angélica Araya con imágenes de Pedro de Valdivia. Sonia Cuevas y un árbol solitario en el desierto. Francisco Grisolia con huellas en la arena.
Finalmente, Waldo Valenzuela en un óleo sobre tela, una flor rosa y rojo al centro y cuatro rostros de mujeres jardineras sumidas en el verde viridian, en los cuatro puntos cardinales.
Waldo Valenzuela