Los nuevos criminales de Ian Rankin, más salvajes que nunca
El célebre autor escocés de novela negra revivió a John Rebus, su personaje emblema que jubiló el año 2007. Todo ocurre en "Perros salvajes", libro que ya ganó un premio.
"Son mucho más salvajes: los criminales de antes tenían un cierto código ético y hay cosas que nunca harían. Los actuales son capaces de cualquier cosa por dinero", dice el autor escocés Ian Rankin (Cardenden, 1960), cuya última entrega es "Perros salvajes", su libro número veinte de la serie protagonizada por Rebus, que ya fue traducido al español y que ya ganó el décimo Premio RBA de Novela Negra.
En la obra contrasta la diferente forma de actuar entre criminales de distintas generaciones, pero "Perros salvajes", menciona el escritor, es también una reivindicación del valor de la experiencia que personifica su inspector, jubilado hace varios años, pero que ha recuperado de nuevo para trabajar como asesor externo de la policía escocesa.
Rankin, como escribe desde Edimburgo, la capital de Escocia, se ajustó a la realidad de la vida laboral de la policía de ese país y jubiló a los 60 años a Rebus, en 2007 ("La música del adiós"), pero era un "desperdicio" y una "estupidez" desaprovechar la experiencia que había adquirido a lo largo de su carrera, por lo que decidió que siguiera colaborando como civil junto al otro personaje de novela negra que había creado, el ex agente Malcolm Fox, de Asuntos Internos.
La relación de los dos policías es difícil y compleja, porque en el pasado Fox se dedicaba a investigar a agentes rebeldes, como es el caso de John Rebus, menciona el autor, y explica que ambos se complementan y se entienden bien, "pero no se gustan nada".
"Rebus tiene destrezas que los policías jóvenes no tienen; ellos pueden ser fuertes en buscar información por internet, pero el ex policía conoce las calles, a los criminales, los sitios donde conseguir información", dice Ian Rankin y recuerda que cuando comenzó a escribir esta saga, quiso que el policía tuviera una evolución a tiempo real y, como entonces era de mediana edad, ahora tiene que estar ya jubilado.
El policía envejeció y evolucionó, al igual que el autor, que cuando comenzó a escribir era "un estudiante sin dinero y sin expectativas" sobre sus novelas. "He conseguido mi propósito de que mis obras llegaran a muchos lectores de diferentes culturas, pero desafortunadamente no me resultan más fáciles de escribir; al contrario, cada vez es más difícil", reconoce.
En su última novela habla también de las relaciones entre padres e hijos, seguramente porque, según cuenta, coincide con que sus dos hijos ya son mayores y se fueron de la casa. Entonces, se planteó la pregunta de si había sido un buen padre. "Mis libros siempre han sido para mí como una terapia y las preguntas que me voy planteando se las acabo pasando a algún personaje, casi siempre a Rebus", agrega Rankin.
Así ocurrió, por ejemplo, cuando su hijo pequeño nació con una discapacidad que le impedía caminar, recuerda el escritor y explica cómo hizo que en la novela "El jardín colgante", la hija del comisario Rebus tuviera un accidente y quedara en silla de ruedas.
La realidad inspira al autor escocés. Su rutina diaria, de hecho, incluye comprar diariamente tres periódicos, de los que recorta los sucesos de cualquier parte del mundo y que pueden servirle algún día para una de sus novelas y los archiva.
También se pregunta por las causas que hacen que un mismo crimen se produzca a la vez en diferentes partes del mundo y lo traslada a sus novelas, como en esta ocasión, donde aborda los abusos a niños en instituciones como reformatorios y orfanatos.
Casi todas las novelas de Rankin están ambientadas en Edimburgo, lo que le plantea el problema de que como es una ciudad con una tasa de criminalidad muy baja, tiene que recurrir a casos ocurridos en el pasado con consecuencias en la actualidad para que sus libros sean más cercanos a la realidad.
Ian Rankin ya consigui[o un premio con su última novela negra "Perros salvajes".
Por Carmen Naranjo / EFE
Están a punto de cumplirse 30 años desde que el ya jubilado policía de novela negra escocesa John Rebus comenzara a investigar casos y su creador, el escritor Ian Rankin, asegura que la realidad de la que se inspira demuestra que los nuevos criminales son más salvajes que los de la vieja escuela.
"Mis libros siempre han sido para mí como una terapia y las preguntas que me voy planteando se las acabo pasando a algún personaje".
EFE/Luca Piergiovanni
"He conseguido mi propósito de que mis obras llegaran a muchos lectores de diferentes culturas, pero no me resultan más fáciles de escribir".