Ya zanjada la elección directa de los futuros gobernadores regionales, queda pendiente la discusión de sus potestades, además de saber cuándo serán elegidas. El proyecto en tramitación establece la entrega gradual de 101 competencias para los futuros gobernadores al 2020, algo insuficiente para algunos sectores, cuestión que fue la piedra de tope en los diálogos más recientes, especialmente el ocurrido a mediados de semana en el Senado.
Con todo, el gobierno ha insistido en que la elección directa de los futuros gobernadores ocurra en 2017, junto a los comicios presidenciales y parlamentarios. Para ello, el ministro secretario general de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre debe coordinar el trabajo legislativo de la reforma constitucional.
Esto implica que el Ejecutivo debe conseguir que la reforma sea despachada desde la Cámara Baja a comienzos de noviembre, para que el proyecto esté listo para ser promulgado antes de abril del próximo año, fecha límite para cumplir con el objetivo de La Moneda.
Asimismo, en paralelo a la reforma, la Comisión de Gobierno, Regionalización y Descentralización del Senado debe revisar la Ley Orgánica referida al Fortalecimiento Regional, que está en su tercer trámite legislativo, y que establece las atribuciones y competencias del nuevo cargo.
A ello debe agregarse el envío de un proyecto de ley que establezca el financiamiento del gobierno regional, lo que ocurrirá una vez que se apruebe la reforma constitucional.
Esto da tiempo suficiente para mejorar la iniciativa y trabajar en las capacidades que tendrá el futuro gobernador, quien será "acompañado" por el delegado presidencial. Es evidente que el avance descentralizador no es suficiente, pero debe reconocerse como un mejor momento que el actual.
Es fundamental entender que el desarrollo del país pasa por el fortalecimiento de las regiones, no sólo para corregir los crecientes desequilibrios territoriales, sino para empujar a las provincias a sacar lo mejor de sí. Lo último pasará por el compromiso ciudadano, de todos los estamentos en realidad, para que el futuro permita el desarrollo de nuestra tierra.