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En "San Luciano" yo tuve un amor

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Quizá pudo haber sido así la canción de Gamelín Guerra, en vez de su conocida "En Mejillones yo tuve un amor". Antecedentes históricos indican que en virtud del Tratado de Límites de 1866, entre Chile y Bolivia, se aceptó autorizar la planificación de una nueva ciudad que se llamaría Mejillones.

En las "Memorias Científicas i Literarias, Jeografía Náutica de Bolivia, diciembre 1876, Ramón Vidal Gormaz, Capitán graduado de fragata", describe los asentamientos de la bahía de Mejillones y confirma la existencia del pueblo llamado San Luciano. Vidal Gormaz, describe: "…en 1859, solo quedaban en la tierra las ruinas de un establecimiento mineral, abandonado por la aridez i la dificultad de conducir desde los puertos de Chile todos los recursos; pero en 1863, puede decirse, comenzó a ser visitada i a establecerse la población que hoy lleva el nombre de San Luciano". Referido a las instalaciones precarias que dejó la firma de los industriales Matías Torres, Juan López y Juan Garday, quienes iniciaron la explotación de las covaderas en el morro de la península.

Menciona además: "…San Luciano es todavía un pequeño villorio con poco mas de 500 habitantes de varias nacionalidades, principalmente chilenos. La vida en este pueblo se encuentra espuesta a todas las alternativas de los minerales de Caracoles y de las Covaderas".

El Vicecónsul de Francia en Perú, A. de Montferrer, al visitar el lugar comentaría en 1867: "El año pasado, en igual época, [fines de 1866] la playa de Mejillones estaba desierta; se encontraba allí dos malas chozas de madera y una máquina de agua fuera de servicio; añadid a esto un fragmento de camino que conducía a las covaderas superiores de guano".

El ingeniero naval y político francés, Jean Lucien Arman, interesado en explotar las covaderas, designó a Henri Guillaume Marie Arnoux de la Rivière, para administrar las guaneras en el sector del Rincón, creando así un poblado que se denominó Villa San Luciano en homenaje a Lucien.

"En 'San Luciano' yo tuve un amor"…

Pedro Rojas Herrera

Libro sobre Mejillones revela pasajes inéditos de su historia

PATRIMONIO. El escritor e investigador, Pedro Rojas, lanzará mañana su más reciente trabajo literario relacionado con el surgimiento del vecino puerto.
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El escritor Pedro Rojas Herrera lleva más de 20 años investigando sobre la historia de Mejillones, su tierra natal. Su padre fue uno de los gestores que ayudó en el levantamiento del vecino puerto. Incluso, la Escuela Julia Herrera Varas lleva ese nombre en honor a su madre, quien fue la primera directora de ese establecimiento. Un mejillonino con todas sus letras.

En el marco aniversario 137° de la comuna, el escritor e investigador lanzará mañana su más reciente libro "Mejillones su historia". Un texto que de forma rigurosa documenta la historia de la bahía de Mejillones desde su origen en 1941 hasta 1957, revelando en sus líneas interesantes antecedentes sobre su surgimiento como asentamiento, impulsado por la explotación de guano.

San Luciano

Uno de los datos importantes que arroja este libro histórico tiene relación con que Mejillones antes de ser conocido como tal le fue acuñado otro nombre que hasta ahora se desconocía.

"Este libro cuenta la historia de Mejillones desde sus orígenes. Con todos los antecedentes que teníamos junto con Patricio Espejo (autor del libro El Barón de la Rivière), logramos establecer que el primer asentamiento, que fue a raíz del descubrimiento del guano rojo, estuvo a cargo de la sociedad que establecieron El Barón de la Rivière y el inversionista francés Jean Lucien Arman. Ellos lograron firmar un contrato con el gobierno boliviano y se delinea un poblado que llevó por nombre Villa San Luciano (en honor a Lucien Arman) y que con el tiempo pasaría a llamarse Mejillones", explicó el autor del libro.

El texto que presentará mañana a la comunidad el escritor mejillonino fue publicado por primera vez en 1995 bajo el título "Mejillones, un pueblo con historia", con la colaboración del profesor Juan Panadés Vargas. Dos décadas después de su publicación, el texto regresa como un complemento de aquella primera edición con muchos más antecedentes y datos sobre el vecino puerto (el nuevo libro cuenta un 30% más de información).

Renacer

El registro literario de Pedro Rojas cuenta con 11 libros, todos sobre Mejillones. Una veta literaria que comenzó en 1995, pero que solo hace un año y medio atrás retomó con fuerza luego que le fuera diagnosticado cáncer.

"Hace aproximadamente dos años me detectaron cáncer. Yo había dejado de escribir. Pero fue a raíz de este episodio médico que renace mi pasión por escribir. Me propuse aprovechar al máximo el tiempo para hacer lo que más me gusta y se me desarrolló una necesidad muy grande por escribir. De los once libros que he publicado, nuevo los escribí desde que me detectaron la enfermedad", relató el investigador que ya prepara una nueva publicación.

Debido a la relevancia histórica y patrimonial de este nuevo libro dedicado a Mejillones, es que será parte de un innovador proyecto educativo, para que dentro de la comuna se establezca un plan de estudio en relación a la historia del vecino puerto.

Su primer trabajo literario formal fue con el libro "Mejillones, un pueblo con historia", coautoría con Juan Panadés y Ottorino Ovalle (1995); el rescate de la "Vida y obra de Gamelín Guerra" (1995); sentó las bases del Desfile del Recuerdo (1996); creación del Museo Histórico (1998); grabación de "En Mejillones yo tuve un amor" y "Gamelín se ha perdido" (2000); el prolijo trabajo de investigación de los edificios patrimoniales (2008); el novedoso "Emedario, Diccionario de los Mejilloninos" (2015); su trabajo sobre la Fragata HMS Liffey (2015); más un sinnúmero de otras publicaciones y acciones artísticas - culturales, que lo identifican como un cultor de las artes y un consagrado investigador mejillonino. Con Juana Guerra C., publicó el texto narrativo "Mejillones, doce visiones para no olvidar" (1998).

Antecedentes sobre el autor