Son varias las señales que desde hace tiempo dan cuenta del deterioro económico de la Región de Antofagasta y es probable que el desempleo sea la más importante. La región pasó del pleno empleo al segundo más alto del país en apenas cuatro años, lo que da cuenta del impacto producido en este tiempo. Se trata de cuestiones que son explicadas por la caída en el precio del cobre, siempre volátil en el tiempo y cuyos resultados poco dependen de los países productores como Chile.
En los tiempos de bonanza, Antofagasta creció bastante. No se tradujo en desarrollo completo, pero evidentemente la ciudad y la región sumaron. De eso no cabe duda. Nuestra tierra fue un atractivo para mucha gente, pobreza incluida, que hoy observamos, por ejemplo, en los faldeos de los cerros.
La ciudad creció con el aporte privado, pero con muy poca compañía del sector público. Desde los municipios hasta el Gobierno Regional, se hizo muy poco, o no todo lo necesario, para transformar ese dinamismo económico en un avance más contundente.
Los resultados de la última encuesta Casen así lo demuestran. Mientras todas las regiones registraron una disminución -en algunos casos moderada y en otros significativa- de la cantidad de personas en situación de pobreza, Antofagasta mostró un alza de 1,4 puntos.
De tener un registro de 4,0% en la encuesta Casen 2013, en la de 2015 subió a 5,4%. Esto significa una dirección contraria a la tendencia que ha evidenciado la región desde la medición de 2006. En esa ocasión registró un 12,3%, para luego ir bajando a 8,8% en 2009, 7,1% en 2011 y 4,0% en 2013.
¿Qué ocurrió?
Una zona con una marcada impronta industrial- económica, fundamentalmente en la minería, ciertamente está resintiendo los efectos de una nueva realidad, muy distinta a la de hace algunos años. Pasar de una libra de cobre a poco más de US$ 4 a los actuales US$ 2,1, implica un recorte enorme, pero ciertamente más normal.
En tal sentido, la región debe prepararse para escenarios de este tipo, lo que equivale a sostener que lo apreciado hoy es seguramente, lo que tendremos en vista los próximos años.