Un 73% de los niños nacidos en Chile lo hace fuera del matrimonio, según cifras del Registro Civil e Identificación. La cifra es sorprendente y tiene varias lecturas que van desde los enormes y complejos cambios de la sociedad, hasta las políticas públicas que derivan de aquello.
Fue en 2001 cuando el porcentaje de hijos nacidos fuera del matrimonio superó, por primera vez, a los hijos nacidos dentro de esta institución con un 50,02%. Desde ese momento la cifra no paró de crecer hasta llegar al 73%, alcanzado el primer semestre de este año.
El asunto tiene aristas diferentes. Por lo pronto, el grueso de los nacimientos ocurre en segmentos jóvenes, muchos de los cuales no están planificados. Allí hay una materia sensible, aunque debe citarse que al menos se ha avanzado en la igualación de derechos.
Hasta hace unos años, los menores nacidos fuera del matrimonio no contaban con una condición similar ante la ley, al tiempo, muchas madres quedaban en un estado de vulnerabilidad. La condición era sufrida desde varios puntos de vista: pago de pensiones, compra de una casa y otras.
Pero más complejo que eso, qué duda cabe que el concepto de familia (unidad básica de la sociedad) ha ido cambiando velozmente con los años. Lo que antes se entendía como padre, madre e hijos; hoy está abierta a opciones monoparentales, unipersonales y parejas del mismo sexo.
Chile presenta hoy una sociedad más secular y menos ideologizada, que también explica estas transformaciones, que son muy sustantivas respecto de cómo sigue construyéndose la sociedad futura.
Lo vemos en Antofagasta, una ciudad y región altamente individualista donde las personas están mucho más empoderadas respecto a las definiciones que tienen de ellos mismos y su porvenir.
¿Cuánto seguirá cambiando todo?
Es difícil saberlo, pero algunas tendencias ya parecen tener una fuerza suficiente: menos hijos y postergación del matrimonio y la vida en pareja. Sólo esos dos aspectos dan cuenta que el Chile de mañana, seguirá en una modificación permanente.