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ENTREVISTA. Richard Olivares, exdelantero "Puma":

"Mi intención era retirarme en el CDA, lamentablemente no se pudo"

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"Que está bonita la cancha", dice Richard Hans Olivares López mientras recorre el terreno de juego del "Calvo y Bascuñán" con las camisetas de todos los equipos en donde jugó en la mano.

Con 38 años, el excapitán de Club de Deportes Antofagasta espera seguir ligado al fútbol, mientras espera concretar ofertas llegadas desde la Segunda División profesional del balompié criollo. Pese a esto, reconoce que le hubiese gustado terminar su carrera en el CDA.

Con gran disposición se sienta en las graderías del reducto de avenida Angamos para la sesión fotográfica de esta entrevista, sin dejar de lado su alegría y su humildad. Es que así es "Corazón Valiente" y así se ganó en poco tiempo a la hinchada albiceleste, que lo recuerda como uno de sus últimos grandes ídolos.

Pero del club no le gusta hablar mucho, prefiere mirar desde lejos con nostalgia a la institución que más ha querido en su carrera.

También se refirió a su enfermedad cardiaca, la cual casi lo aleja definitivamente del fútbol, pero que lo motivó aún más en esta profesión que tanto ama.

¿En que está hoy?

-Estuve en Colchagua hasta principio de junio y ahora estoy esperando por una oferta. Tal vez nuevamente Colchagua y además hablé con Jorge Garcés para ir a San Antonio Unido. Yo creo que esta semana debería concretarse todo. Pero si no resulta, me quedaré acá en la ciudad planeando mi despedida.

Por lo visto el retiro también es una opción…

-Sí, es difícil que vuelva a jugar después ya que me tengo que operar del corazón. Tengo que cambiar la batería del marcapasos y así es difícil que siga jugando, por lo que estoy planteando esa posibilidad con la familia. Hay unos amigos empresarios que me quieren ayudar en el tema de mi retiro.

¿Qué tan cerca están esas ofertas de concretarse?

-Están cerca pero son pequeños los que impiden que se concreten. Para irme de la ciudad, y dejar a mi familia, tendrían que concretarse de la forma en que las planteo. No me bajaría de lo que estoy pidiendo porque es un sacrificio.

¿Estas propuestas por cuanto tiempo son?

-Por un año más. Mi intención era jugar hasta diciembre de este año porque me tengo que operar y ahí me retiraría.

¿Es muy distinto el fútbol en la Segunda División profesional?

-Hoy se privilegia jugar un buen fútbol en esa división, considerando que las canchas están en buen estado, pero se presiona más. Algo muy parecido a lo de Primera División.

¿Pensó en terminar su carrera en un equipo de tercera categoría?

-Para mí no es un retroceso, es una experiencia nueva porque nunca lo había hecho. Ante la falta de posibilidades, Raúl González (técnico de Colchagua) me planteó el proyecto que tenía y la gente que trabaja ahí son responsables, y decidí firmar.

¿Son muy distintos los sueldos en comparación a las otras divisiones?

-Te podría decir que no. Varios equipos de Primera "B" me habían ofrecido irme y Colchagua me ofreció el doble de sueldo. Hay equipos de Segunda División que son mucho más solventes que los de la "B".

En esta división hay muchos jugadores menores de 25 años, ¿de qué forma le traspasó sus conocimientos y experiencia?

-Lo bueno es que en los clubes que he estado, siempre me llevé bien con los jóvenes. Nunca tuve problemas con nadie. Cuando yo partí, los jugadores grandes se acercaban y quedé con esa experiencia. Yo les digo que el fútbol le da estabilidad económica pero que es corto, porque a los 37 ya estás fuera y hay que saber aprovecharla. Para carretear tienen toda su vida, pero el fútbol es corto. Yo probé mi primera cerveza a los 28 años, fui papá joven y eso me mentalizó a ser futbolista. Gracias a Dios conseguí jugar en buenos equipos. Tal vez la deuda fue jugar en Europa.

Sueño libertador

Richard Olivares fue testigo presencial de uno de los escándalos más grandes del fútbol continental del último tiempo. El 11 de mayo de 2004, el América de México se enfrentaba al Sao Caetano de Brasil por los octavos de final de la Copa Libertadores. El encuentro terminó con la eliminación de las "Águilas" y con bochornosos incidentes entre los jugadores cariocas y la barra americanista, que incluso lanzó una carretilla desde las tribunas del Estadio Azteca. "Corazón valiente" llevaba un par de meses en el Tigrillos, club filial del América, y el holandés Leo Bennhakker lo inscribió para ser refuerzo del gigante mexicano en la segunda fase del torneo. Para ese partido, Olivares estuvo en la banca con la 21 en su espalda.

¿El ser nominado por el América para la Copa Libertadores 2004 fue el peak de su carrera?

-Sin dudas. Participar de la Copa Libertadores de un equipo tan grande como el América fue lo mejor de mi carrera. Eso me abrió muchas puertas. Después me fui con Carlos Reinoso a San Luis donde salimos campeones y fui figura. Fue de los mejores años.

¿De qué forma se generó esa opción de llegar al primer equipo?

-Yo llegué el América a mediados del 2003, pero cambiaron los estatutos de los equipos mexicanos donde redujeron el número de extranjeros. De cinco pasaron a cuatro y yo ya iba como el quinto y me fui a Tigrillos, que era el filial. Hice buena campaña, con hartos goles. Siempre jugábamos de preliminar del primer equipo, por lo que Leo Bennhakker siempre veía nuestros partidos. Les interesó la opción, hablaron con mi representante y se generó la opción. Ricardo Rojas y Reinaldo Navia, chilenos que estaban en ese momento en el equipo, también hablaron y me apoyaron.

¿Cómo es ser jugador de las "Águilas americanistas"?

-Es otra cosa. Por infraestructura, calidad de vida. La gente que trabaja en el club es de otro nivel y ojalá el fútbol chileno lo imitara. Uno que lo está imitando acá es O'Higgins, con su Monasterio Celeste. El complejo del América es gigantesco donde se tiene de todo. En el Estadio Azteca, uno está en el camarín y este se mueve con los saltos de la gente. Ese estadio siempre se llena.

Deber ser impresionante jugar en el denominado "Coloso de Santa Úrzula"…

-Es algo impresionante. Hacer un gol en el mismo arco donde hizo un gol Diego Maradona fue todo. Es otra cancha, otro césped, el público. Ahí se siente el apoyo de la hinchada.

Cda

Una de las gracias que tiene Richard Olivares es que no debutó en el profesionalismo en el CDA, pero aun así se transformó en uno de sus últimos ídolos por la entrega y garra que mostraba dentro del terreno de juego. Con los "Pumas" vivió el descenso de 2008 y el histórico campeonato de Primera "B" de 2011, donde los albicelestes volvieron a levantar un trofeo después de más de tres décadas.

¿Cómo se generó la llegada a Club de Deportes Antofagasta en 2008?

-Yo tuve un problema de nacionalidad en México. Entre al draft como mexicano porque estaba haciendo los papeles para nacionalizarme. Me contrataron pero yo aún no tenía esos papeles por lo que quedé en aire, ya que el equipo (Lobos BUAP) había contratado a los extranjeros. Había la posibilidad de quedarme allá y estar seis meses sin jugar o venirme a Chile. Estuve entrenando de O'Higgins, estuvo la opción de Puerto Montt también. Pero me llamó Claudio Tello y me planteó la posibilidad de venir a Antofagasta. No la pensé dos veces, porque era una espina que tenía clavada de no haber jugado en mi ciudad.

¿Le sorprende ser considera ídolo por parte de la hincha del CDA pese a no ser formado en el club?

-Me sorprende porque no me formé acá. Tuve que irme para tener la posibilidad de debutar en el profesionalismo. Debuté a los 16 en Magallanes. Pero yo siempre fui así, me entregaba por entero en la cancha y se dio la posibilidad que acá hice buenos torneos y la gente se fue encariñando conmigo. Acá me sentía referente dentro del camarín.

¿Qué análisis hace de la actual situación del club, donde el equipo lucha todos los años por no descender?

-Acá hay temor de hacer un buen equipo, meterse la mano en el bolsillo y formar un buen plantel. Fernando Vergara es un excelente entrenador, ha hecho buenos campeonatos. La mano en el bolsillo se la metieron ahora con el Hugo (Droguett) que es un excelente jugador, de buen nivel y que también jugó en México. Para hacer buen torneo tienen que invertir y traer jugadores de primer nivel.

Aparte de compañeros de equipo en sus últimas temporadas en el CDA, también dirigió a Erick Pulgar en la Sub 17, ¿le llama la atención que el antofagastino llegara tan lejos en su carrera, jugando en Europa y siendo campeón de la Copa América Centenario?

-No me sorprende para nada, porque era un jugador extraordinario. Sobresalía sobre los demás compañeros y en la posición en que lo colocaran. Él se había retirado, y a través de unos amigos hablé con él, le dije que volviera porque la única forma de sacar de la Miramar a su familia era jugando fútbol, porque tenía mucha capacidad. Después lo tuve como compañero, y me llama la atención la humildad que tiene y eso lo ha llevado a estar donde está.

Operación

En 2008, y mientras vestía la camiseta de Club de Deportes Antofagasta, el delantero sufrió un codazo en su zona toráxica, lo que generó una serie de exámenes al corazón que determinaron la necesidad de retirarse del fútbol. Pero Fernando Yáñez, reconocido médico deportivo le sugirió utilizar el marcapasos y no dejar de jugar. Es en este instante de su carrera donde nace el apodo de "Corazón Valiente".

¿Cuál fue el peor momento de su carrera?

-Fue el momento en que me dijeron que no podía volver a jugar fútbol profesionalmente.

¿Cómo fue ese momento?

-Fue algo devastador. Todo empezó en un partido donde me pegaron un codazo en las costillas y me mandaron a hacer exámenes y eso arrojó la deficiencia cardiaca. Me dijeron que pensara en mi familia, que me podría ir en el sueño, porque mi corazón no latía por siete segundos cuando estaba en descanso. Fue como si me hubiesen cortado las piernas.

¿Y cómo se dio la opción del marcapasos?

-A través de Claudio Tello. Se contactó con Hugo Rubio en Santiago y pidieron otra opinión con el doctor Fernando Yáñez. Al ver los resultados de mis exámenes me dijo que había una posibilidad de seguir jugando que no me recomendaba que era operarme debajo del músculo para que me soportara los golpes. En ese momento estaba en la consulta con mi señora. Ella me pregunto que si quería seguir jugando, le dije que sí y ella me respondió que me operara. No la pensé más y me operé y hasta el día de hoy sigo jugando.

¿Nunca más tuvo problemas?

-Una vez jugamos contra Everton y (Juan Luis) "Limache" González me pegó una patada y se me abrió la cicatriz por lo que me tuvieron que cambiar el marcapaso de lado, pero pude seguir jugando sin problemas.

¿Fue antes que jugaran juntos en el CDA?

-Sí, fue antes. Después cuando llegó al club le dije y nos reíamos. Son anécdotas que pasan en el fútbol.

¿Cómo ha estado de este problema en la actualidad?

-Bien, con los riegos que se corren dentro de una cancha de fútbol, donde pude llegar un codazo, algún golpe, pero bien. Todavía estoy para jugar con mis 38 años y mi intención era retirarme acá.

¿Y por qué no se puede?

-Fui a hablar con Jorge (Sánchez) pero él no estaba acá. Después iba a hablar con Fernando Vergara para ver la posibilidad. Yo no iba a venir a pasear, iba a venir a pelear un puesto sanamente. Iba a venir a aportar. Pero al final no hablé porque no me gusta pedir favores, y ahí quedé y ya no está esa posibilidad.

Anecdotario

¿Cuál es la anécdota que más recuerda de su carrera futbolística?

-La de un compañero, Nataniel Revetria, que el papá jugó en Cobreloa. Estábamos en Ciudad de México, en el aeropuerto y aparece Roberto Gómez Bolaños, "Chespirito". Y el "Memo" Ochoa le dice, mira ahí va el Chapulín. Y Revetria preguntó en que equipo jugaba. Fue pura risa en el viaje.

¿El mejor gol que convirtió?

-Cuando uno es delantero, todos los goles son importantes. El mejor gol lo hice en Puebla. De volea desde tres cuartos de cancha y lo meto al ángulo. Otro es el que le hice a la Universidad de Chile acá cuando le ganamos acá el 2008, que estaba Mario Vener de entrenador.

¿En qué partido finalizó más triste?

-El último del 2008 con Everton, cuando nos fuimos al descenso con el CDA.

¿Le gustaría algún día ser entrenador del CDA?

-Obviamente. Me queda un año para terminar el curso de técnico y en el futuro me gustaría ser entrenador de Club de Deportes Antofagasta.

"Me queda un año para terminar el curso de técnico y en el futuro me gustaría ser entrenador de Club de Deportes Antofagasta"."

"Tuve que irme para tener la posibilidad de debutar en el profesionalismo. Acá me sentía referente dentro del camarín"."