Una novelita lumpen
Roma. Dos hermanos pierden a sus padres en un accidente automovilístico camino a Nápoles. Quedan solos, sin tutores, recursos ni protección. Intentan continuar la vida de modo similar a como la han llevado hasta entonces pero muy pronto dejan de estudiar, luego dejan la escuela. Ambos buscan trabajo para sobrevivir, ella en una peluquería, él en un gimnasio. Llegan a vivir con ellos dos amigos del hermano, un marroquí y un boloñés. La rutina es ver programas de televisión y películas arrendadas en los clubes de video del barrio y aledaños. Ven pornografía, es momento de perder la virginidad. Ella lo hace, como un ejercicio inconsciente, con ambos amigos. El miedo al futuro es inexorable y la noche se alarga en una luz cegadora, incandescente. Él busca la familiaridad y ella lo desconocido, "tratando de olvidar las pocas cosas que sabe". Se teme una desgracia inminente y los sueños figuran como revelaciones.
Es Roberto Bolaño quien escribe esta novela brevísima, utilizando humor negro y una estructura acompasada que divide en dieciséis partes, como etapas que va viviendo la narradora y personaje principal camino al destino que le es propio. Para lograr esto, atraviesa por espacios vacíos de significado, utilizando su cuerpo como capital para sobrevivir material y simbólicamente. Es la desesperación del desempleo posterior la que los lleva a planificar un robo que puede hacerles cambiar de suerte. Se autoproclaman delincuentes de un asalto que nunca llegan a concretar en casa de un olvidado actor de cine y fisicoculturista que contrata a Bianca para hacerle compañía. Convertida en amante de este hombre acabado y ciego producto de un accidente, empieza a rastrear la caja fuerte que le han dicho conserva en casa. Bolaño describe esos encuentros, esas conversaciones que transcurren como en sordina entre el hombre y la niña, quien convierte en lenguaje las imágenes del exterior que él no puede ver. Maciste, el hombre, es como "una llave o un puente oscuro que lleva a otra parte", "una máquina de predicciones" para la protagonista. La idea de ser delincuente le hace estar siempre temblando por dentro, mezclando la culpa y el gozo, pues carece de escrúpulos o los tiene tan distorsionados que cuesta reconocerlos como propios. Y el hecho de pensar tanto en el futuro hace que el presente esté anestesiado y suspendido indefinidamente para ella.
María Constanza Castro M.
Académica Escuela
de Periodismo UCN
Máster en Literatura.