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Donald Trump reestructura su equipo de campaña en plena caída en las encuestas

EE.UU. Cambios dejan claro que magnate quiere seguir siendo fiel a su estilo.
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El candidato republicano a la Presidencia de EE.UU., Donald Trump, reestructuró ayer su equipo de campaña y puso al frente de ella al directivo de un medio conservador conocido por defender el estilo provocador del magnate, que deja claro así que busca seguir siendo fiel a sí mismo.

La remodelación se produce cuando faltan menos de tres meses para las elecciones del 8 de noviembre y en un momento en que la mayoría de los sondeos de intención de voto, tanto a nivel nacional como en estados clave, dan ventaja a la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, frente a Trump.

El magnate nombró a Stephen Bannon, exbanquero y directivo del portal de noticias conservador Breibart News, como jefe ejecutivo de su campaña. Por su parte, Kellyanne Conway, hasta ahora asesora y analista de encuestas de la candidatura de Trump, será la jefa de campaña.

Ambos son "extremadamente competentes, personas altamente calificadas a las que les gusta ganar y saben cómo ganar", subrayó Trump en un comunicado.

La campaña destacó que estos cambios llegan en un momento de "crecimiento significativo", con la primera "gran compra" de anuncios de televisión para las elecciones de noviembre, que comenzarán a emitirse el viernes en estados cruciales como Florida, Ohio, Carolina del Norte y Pensilvania.

Bannon, sin experiencia previa en campañas políticas, ha defendido desde Breibart el estilo populista de Trump y no se ha mordido la lengua a la hora de criticar a figuras del aparato del Partido Republicano.

de intención de voto en promedio ha obtenido Hillary Clinton en los sondeos. Trump logra solo un 41,2%. 47,2%

Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump, fue acusado de recibir US$13 millones de un partido prorruso en Ucrania. US$13

Rousseff se defenderá en persona ante el Senado en fin del "impeachment"

BRASIL. La Presidenta suspendida acudirá al Congreso el 29 de agosto.
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La Presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, asumirá personalmente su defensa ante el Senado, en el juicio político que decidirá sobre destitución definitiva, según declaró ayer la propia Mandataria a un diario brasileño.

"Será la manifestación de una Presidenta (...) que está siendo juzgada en un proceso de 'impeachment' sin crimen de responsabilidad", dijo Rousseff a Folha, sobre la sesión que tendrá lugar el 29 de agosto.

La Mandataria también aseguró que no teme a las posibles hostilicdades de sus adversarios políticos, algo que prevén muchos de sus simpatizantes, que no quieren verla, por esa razón, en la Cámara Alta durante el juicio. "Nunca tuve miedo de eso. Aguanté tensiones mucho mayores en mi vida. Es un ejercicio de democracia", aseguró Rousseff.

Lo que viene

El juicio político para la destitución de la Mandataria debe empezar el próximo 25 de agosto, poco después de que terminen los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Se estima que el Senado podría dar su veredicto final más o menos una semana después.

La destitución de la primera Presidenta de Brasil, en el cargo desde 2011, parece cada vez más probable. El Senado, que ya la suspendió de sus funciones por seis meses en mayo con una clara mayoría, votó hace una semana a favor de poner en marcha el juicio definitivo.

Si se repite el voto de la semana pasada, cuando 59 senadores votaron contra Rousseff y solo 21 a favor de que se suspenda el juicio, la Presidenta habrá perdido definitivamente el cargo. Para la destitución es necesaria una mayoría de dos tercios.

Rousseff volvió a lanzar el martes un intento de frenar su destitución ofreciendo en una carta abierta celebrar un referéndum para decidir sobre la realización de nuevas elecciones, en caso de que pueda volver a sus funciones.

Si Rousseff es destituida, su Vicepresidente, Michel Temer, seguirá en la Jefatura de Estado, que ejerce de forma interina desde mayo, hasta los comicios regulares previstos para 2018.